Thursday, November 12, 2009


Multitudinaria marcha aglutina el descontento contra la extinción de Luz y Fuerza del Centro

Existen condiciones para llegar a una huelga nacional: SME

Hubo airadas manifestaciones en contra de Felipe Calderón, Javier Lozano y Alfredo Elías Ayub

Periódico La Jornada
Jueves 12 de noviembre de 2009, p. 3

Patricia Muñoz, Fabiola Martínez y Alma Muñoz

El movimiento social que se ha levantado en contra del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) tiene las condiciones para llegar a la huelga nacional con el apoyo del pueblo, advirtió el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), durante una manifestación multitudinaria que aglutinó el descontento y la ira de organizaciones sindicales, sociales y campesinas contra el gobierno de Felipe Calderón y su secretario del Trabajo, Javier Lozano.

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Martín Esparza (de cachucha), flanqueado por Jesús Martín del Campo, Gerardo Fernández Noroña y Alejandro Encinas, se dirigen al Zócalo capitalino donde culminó la jornada de protestaFoto Carlos Ramos Mamahua


En una jornada de protestas que logró interrumpir actividades en dependencias públicas y privadas, como parte del primer paro cívico nacional convocado por el SME, decenas de miles concentrados en el Zócalo votaron a mano alzada por que Lozano sea quien cobre su liquidación y se largue. Antes, se le promovería juicio político. También exigieron que el director de la Comisión Federal de Electricidad, Alfredo Elías Ayub, también se largue.

Marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo, acompañados por numerosos contingentes sindicales, sociales y políticos procedentes de distintos puntos de la ciudad. Los más entusiastas y molestos contra la política gubernamental fueron los estudiantes de distintas universidades.

Martín Esparza, líder del SME, marcó la ruta de la siguiente fase de la resistencia pacífica: El poder emana del pueblo y si ese poder está afectado, es momento de levantar este movimiento social pacífico.

Hace un mes, dijo, fueron tomadas por asalto las instalaciones de LFC, por la noche, como bandidos, como cobardes, y lanzan un decreto. Pensaban que nos iban a aniquilar, pero aquí está la conciencia de más de 100 años que tiene el movimiento del SME, recordó.

La jornada de ayer se prolongó más de 12 horas, a partir de las 7 de la mañana. Comenzó con un mitin frente a las instalaciones de Luz y Fuerza; después, los sindicalistas protestaron en distintas dependencias y realizaron brigadeos, como preludio de la marcha central. Los trabajadores llegaron a las 14 horas a las inmediaciones del Ángel de la Independencia, donde paulatinamente se agregaban contingentes. Integrantes de los sindicatos de la UNAM, de telefonistas, del ISSSTE, de Tranviarios, el Sutin, así como colectivos de estudiantes de la máxima casa de estudios, de la UAM, del IPN, Chapingo y brigadas del movimiento nacional en defensa de la economía popular, como Flor y Canto. También de la Central Campesina Cardenista, la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, UPREZ y otras más.

Acompañaron al SME militantes del PT y Convergencia, así como del PRD, especialmente del Distrito Federal. La vanguardia de la marcha llegó al Zócalo alrededor de las 17 horas, mientras la retaguardia avanzaba apenas por la glorieta de Colón. Los últimos contingentes entraron a esa plaza cerca de las 7 de la noche, cuando ya se entonaba el Himno Nacional. El Gobierno del Distrito Federal estimó que participaron 60 mil personas; el SME calculó más de 200 mil.

Los manifestantes avanzaron a paso rápido. En menos de una hora recorrieron el trayecto. A la cabeza de la columna iba Martín Esparza, flanqueado por diputados como Alejandro Encinas, Jaime Cárdenas y Gerardo Fernández Noroña; también Manuel Bartlett, Jesús Martín del Campo, Ricardo Ruiz y Bertha Luján, entre otros. Al paso de los contingentes se comentaba en tono festivo que la APPO logró cerrar todas las oficinas de la CFE en Oaxaca, pero también se mostraba preocupación por los cinco electricistas de Tlalnepantla detenidos en la carretera a Querétaro, a quienes, dijeron, sacaremos con honores.

La marcha se pintó de rojinegro y en mantas, pancartas y consignas se reflejó el coraje de los trabajadores por su despido. La constante fue un tono duro en contra de la figura presidencial, a quien ridiculizaron con botargas, máscaras y caricaturas. La rabia, como los mismos electricistas lo expresaron, fue también contra los secretarios de Gobernación, Fernando Gómez Mont; de Hacienda, Agustín Carstens; de Energía, Georgina Kessel, y especialmente el del Trabajo, Javier Lozano, para quien pidieron juicio político.

En el templete, frente a las oficinas del gobierno capitalino, destacaron dos mensajes de solidaridad: el de los obispos Samuel Ruiz (emérito) y Raúl Vera, quienes señalaron: Una Iglesia que no está del lado del pueblo que sufre, no es una iglesia cristiana, y el de los sindicalistas, que en voz de los dirigentes de la Unión Nacional de los Trabajadores advirtió la necesidad de utilizar las herramientas de lucha de los asalariados. La multitud coreó ¡huelga nacional! También refrendaron su apoyo al SME intelectuales, campesinos y organizaciones estudiantiles.

Los trabajadores dejaron en claro aquí que las fallas en el suministro de energía eléctrica obedecen a la impericia de la CFE y de las empresas privadas que han sido contratadas y no al sabotaje. Aunque convocaron a los ciudadanos a bajar el switch de sus casas de 19:30 a 21:30 horas, el SME no reportó datos sobre este acto simbólico.

Alentaron a no aceptar la zanahoria de la liquidación, porque van por la recuperación de su empleo; aseguraron que quienes han recibido su indemnización es por las falsas promesas de esquiroles del SME. Por ello, advirtieron que no irán a un diálogo con el gobierno federal, porque la condición impuesta es liquídense y luego vemos.

Esparza destacó que es tiempo de impulsar este movimiento: Estamos a punto del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana, y habremos de derrotar, como antes, a las trasnacionales, a la dictadura, la tiranía y las violaciones a la Constitución. Es tiempo de que el pueblo se organice.



Desde la azotea, unas 20 personas filmaron a los electricistas

Mitin mañanero frente a un fortificado edificio de LFC

Trabajadores telefonistas realizan una falta colectiva en apoyo al SME

La respuesta de las organizaciones sindicales y sociales a la convocatoria del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) hizo posible que el paro cívico nacional fuera calificado de todo un éxito en todo el territorio nacional. Los trabajadores despedidos por el decreto presidencial del 11 de octubre advirtieron: Seguimos en pie de lucha.

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El escritor Paco Ignacio Taibo II, durante la protesta en Marina Nacional y Circuito InteriorFoto Francisco Olvera
Fabiola Martínez y Patricia Muñoz

La jornada de protesta en contra del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) pudo unir a diversos gremios y organizaciones del campo y la ciudad. Paralizó dependencias, empresas privadas, universidades y arterias de la capital del país. Ahí se vio ¡la fuerza del SME!, se dijo.

¡Aquí está lo mejor del país!, resumió el escritor Paco Ignacio Taibo II, en el arranque de la movilización de esta jornada, que sus organizadores llamaron de resistencia civil y pacífica, justo frente a las oficinas centrales del organismo cerrado unilateralmente por el gobierno federal hace un mes.

El edificio de LFC es ahora un bloque cercado por altas vallas metálicas, por cuyos resquicios se alcanzan a ver largas hileras de policías federales.

A las siete de la mañana los trabajadores, acompañados por organizaciones sociales y legisladores, iniciaban su mitin. A esa hora en los noticieros de medios electrónicos era difundida la postura del gobierno que restaba importancia a la movilización; en los hechos, el nerviosismo oficial se ponía en evidencia con un sobrecargado dispositivo de seguridad y vigilancia.

Al menos una veintena de personas apostadas en la azotea de la sede de Luz y Fuerza registraban puntualmente con cámaras de video y fotográficas cada paso de los manifestantes; uno de ellos, con playera color vino, traía el rostro cubierto con bufanda negra, al tiempo que dos helicópteros de la Policía Federal sobrevolaban las instalaciones de la paraestatal, ubicada en el cruce de Circuito Interior y Marina Nacional.

Ante ello, los dirigentes del SME alertaron a sus compañeros que no cayeran en provocaciones, porque había infiltrados. En ese momento se detonaron algunos cohetones. El sindicato se deslindó de esto último.

Hasta ahí llegaron los reportes de que estaban entrando a la capital los contingentes de las divisiones foráneas y de que hubo incidentes en dos puntos carreteros, donde los trabajadores se replegaron y no respondieron a las agresiones.

También informaron que en diversos estados había marchas y por ejemplo, en Oaxaca, todas las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad tenían presencia de organizaciones sociales en apoyo al SME; de manera simultánea empezó el brigadeo informativo y fueron cerradas varias dependencias. Así, los mítines serían la estrategia constante durante todo el día.

El grupo de legisladores de PRD y PT que apoya al Sindicato Mexicano de Electricistas, entre los que se encuentran Víctor Castro, Rubén Velázquez, Karen Quiroga y Porfirio Muñoz Ledo –quien ya bautizó al secretario del Trabajo, Javier Lozano, como insano mental–, acudió puntual a la cita. El mensaje de los diputados y senadores presentes fue que los electricistas sean pacientes y perseverantes, porque no sólo se trata de ganar su lucha, sino de ser ejemplo de dignidad entre todos.

Al término del mitin, la mayoría avanzó hacia el edificio central de Teléfonos de México, en Sullivan, donde ya los esperaban los telefonistas en paro bajo la modalidad de falta colectiva.

Como en el primer punto de la protesta, a bordo de una camioneta que funcionó como improvisado templete, Martín Esparza, líder del SME, agradeció la solidaridad recibida y lamentó que una organización como ese sindicato haya sido reprimida por el propio Estado. El llamado constante fue en el sentido de defender no sólo a los electricistas, sino oponerse al intento del gobierno por aniquilar los derechos laborales.

El líder de los telefonistas, Francisco Hernández Juárez, también diputado federal y presidente de la Unión Nacional de Trabajadores, criticó que el gobierno federal haya desdeñado el camino legal, incluso para modificar el contrato colectivo o con la propia desaparición de LFC y, en cambio, prefirió la agresión. El gobierno, advirtió, está dejando un mensaje claro: o se alinean o los voy a someter a todos. Por ello, si dejamos pasar esto el gobierno saldrá envalentonado y nadie estará a salvo en este país.

Añadió: “El secretario del desempleo –en referencia a Javier Lozano Alarcón– ha tomado la postura de la confrontación y la amenaza”, dijo el dirigente, e hizo un llamado a los trabajadores a ensanchar el movimiento de apoyo al SME.

Ayer, el sindicato de trabajadores de la UNAM envió tres camiones con despensas en apoyo a la causa de los electricistas.

Eran las 10:30 de la mañana y Esparza Flores puntualizaba otra vez el itinerario del paro cívico nacional, porque esta jornada va para largo.



Paro nacional e histórico

Editorial

El paro cívico nacional realizado ayer por convocatoria del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) logró sumar amplias muestras de apoyo en distintos puntos del territorio nacional –estado de México, Puebla, Morelos, Hidalgo, Michoacán, Chiapas, Jalisco, Oaxaca– y congregó, en una multitudinaria manifestación que desbordó el Zócalo capitalino y las calles aledañas, a distintas organizaciones del sindicalismo independiente (los gremios de Trabajadores de la Industria Nuclear, de Telefonistas, de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, entre otros), al movimiento lopezobradorista, a los adherentes de la otra campaña, a la izquierda partidista, a organizaciones campesinas y estudiantiles, así como a agrupaciones sociales y a multitud de individuos aislados.

Con la masiva concentración en el centro de esta capital culminó una jornada sin precedente en la historia de las causas populares del país, en la que se asistió a la convergencia entre los distintos sectores de la oposición partidista, sindical y de la sociedad organizada, y al posible nacimiento de un amplio bloque antagónico a la alianza político-empresarial y mediática que ostenta el poder (público y privado) del país, pese a los esfuerzos de esta última por desarticular tales expresiones a través de las campañas de desinformación, linchamiento mediático y provocaciones manifiestas.

La aparición de esta confluencia entre las diversas expresiones de descontento en el país tendría que llevar a las autoridades a abandonar la cerrazón y la indolencia con que se han conducido hasta ahora en prácticamente todos los ámbitos del quehacer gubernamental, y a atender los reclamos que un sector amplio y creciente de la sociedad plantea ante el ensañamiento oficial en contra de los trabajadores y la población en general. Por desgracia, la falta de sensibilidad y de altura de miras del grupo en el poder quedó nuevamente de manifiesto ayer, con el rechazo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la solicitud del propio SME para designar una comisión que investigue la probable violación de garantías individuales por la extinción de Luz y Fuerza del Centro, con el argumento tecnicista de que la ley sólo faculta al Ejecutivo federal, a los gobernadores y al Congreso de la Unión para realizar este tipo de peticiones.

En la jornada de ayer ocurrieron lamentables hechos de violencia en las entradas de las carreteras México-Querétaro, México-Cuernavaca y México-Puebla. Significativamente, los únicos enfrentamientos ocurrieron entre manifestantes y elementos de la Policía Federal (PF), toda vez que la policía capitalina no reportó una sola confrontación. Esta diferencia lleva a cuestionar las versiones oficiales según las cuales los elementos de la fuerza pública fueron agredidos por los inconformes, y a preguntar si no hubo, entre los primeros, un comportamiento provocador por consigna y orden superior. Como quiera que haya sido, estos episodios fueron la excepción, y no la regla, en la jornada de movilizaciones, la cual se desarrolló, por lo demás, en un ambiente pacífico y civilizado.

Esa madurez de las oposiciones sociales y políticas pone de manifiesto, por contraste, el potencial desestabilizador de la medida adoptada por el gobierno federal hace un mes, y permite ponderar el riesgo que encierra la falta de disposición oficial para solucionar las demandas de los trabajadores electricistas despojados de sus puestos. Es pertinente y necesario, pues, que el calderonismo valore y atienda la amplia expresión de rechazo que se configuró ayer en el Zócalo y en distintos puntos del país y que revierta, cuanto antes, un decreto que al día de hoy constituye un factor de repudio, tensión y división nacional.

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