Los revolucionarios africanos tienen que dormir ahora con un ojo abierto porque Estados Unidos de América no se detiene ante nada en su intento de establecer Africom, un ejército estadounidense altamente equipado que residirá permanentemente en África para supervisar los intereses imperialistas estadounidenses.
A finales del año pasado el gobierno estadounidense intensificó sus esfuerzos por establecer un ejército permanente en África llamado Comando de África (Africom, African Command) como la última herramienta de la sutil recolonización de África.
Antes de que terminara el año pasado el general William E. Garret, comandante del ejército estadounidense para África, se reunió con los agregados de defensa de todas las embajadas africanas en Washington para vender a sus gobiernos la idea de un ejército estadounidense basado en África.
Los últimos informes de la Casa Blanca de este mes de enero indican que el 75% del trabajo del ejército se ha hecho a través de una unidad militar con base en Stuttgart, Alemania, y que el resto se dedica a conseguir un país africano que albergue al ejército y haga que las cosas se muevan.
Liberia y Marruecos se han ofrecido para albergar al Africom, mientras que la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC, en sus siglas en inglés*) se ha cerrado a toda posibilidad de que alguno de sus Estados miembros albergue al ejército estadounidense.
Otros países han permanecido en silencio.
Liberia tiene una larga relación con Estados Unidos debido a su historia de esclavitud, mientras que el descarriado Marruecos, que no pertenece a la Unión Africana y no celebra elecciones, puede que quiera al ejército estadounidense para que éste le ayude a suprimir cualquier levantamiento democrático.
La negativa de la SADC es una pequeña victoria para los pueblos de África en su lucha por la independencia total, pero el resto de los bloques regionales de África tienen que llegar todavía a una postura común, lo cual es preocupante.
El propio Estados Unidos quiere un país más estratégico que Marruecos y Liberia ya que el ejército será el epicentro de influyentes, articuladoras y protectoras políticas estadounidenses económicas y exteriores.
El otro peligro es que el Africom abra África como un campo de batalla entre Estados Unidos y grupos terroristas antiestadounidenses.
El Africom no es ni más ni menos que una cortina de humo detrás de la cual Estados Unidos quiere esconder sus medios de asegurar el petróleo y otros recursos naturales de África.
Los dirigentes africanos no deben olvidar que Estados Unidos y Europa han utilizado una y otra vez la fuerza militar como el único medio eficaz de cumplir su agenda y de asegurar que los gobiernos de cada país están dirigidos por personas sumisas a la disciplina estadounidense.
Por el hecho de residir en África, el Africom garantizará que los tentáculos de Estados Unidos lleguen fácilmente a cada país africano e influyan en cada acontecimiento a beneficio de Estados Unidos.
Al albergar al ejército [estadounidense] África habrá subcontratado su independencia militar a Estados Unidos y habrá aceptado el proceso que inicia su recolonización a través de un ejército que puede contener cualquier intento por parte de África de mostrar su propia destreza militar.
La pregunta fundamental es: ¿quién quitará el Africom una vez se establezca? ¿Con qué medios?
Debido a su origen el Africom será técnica y financieramente superior a cualquier ejército de un país africano y marcará el paso para el cambio de régimen en cualquier país a voluntad [de Estados Unidos], y también dará profundidad, dirección e ímpetu al esquema estadounidense de explotación de recursos naturales.
No cabe la menor duda de que en cuanto el ejército [estadounidense] sea operativo en África se revocarán todos los logros de la independencia.
Si los actuales dirigentes africanos sucumben a los deseos de Estados Unidos y aceptan la operación de su ejército en África, constarán en los anales de la historia como la generación de políticos que aceptó que prevaleciera el mal.
Hasta William Shakespeare se retorcería en su tumba y exclamaría: “Os dije que para que triunfe el mal basta con que los hombres de bien no hagan nada”.
No debemos olvidar que los africanos, que todavía se resienten de la humillación, de la subyugación, de la brutalidad y del complejo de inferioridad provocados por el colonialismo, no necesitan que se les haga retroceder a otra forma de colonialismo, aunque sea sutil.
El Africom ha sido controvertido en el continente desde el mismo momento en que el ex presidente estadounidense George W. Bush lo anunciara por primera vez en febrero de 2007.
Los dirigentes africanos no deben olvidar que bajo la administración de Barack Obama la política estadounidense respecto a África y al resto del mundo en vías de desarrollo no ha cambiado un ápice. Sigue siendo una política militar y materialista.
Los altos cargos tanto de la administración Bush como de la de Obama argumentan que el objetivo principal del Africom es profesionalizar a las fuerzas de seguridad en países clave de toda África.
Sin embargo, ninguna de las dos administraciones trata de considerar el impacto del establecimiento del Africom sobre partidos y gobiernos minoritarios, y sobre dirigentes fuertes considerados infieles, ni si Estados Unidos utilizará Africom para promover a dictadores amigos.
Los programas de adiestramiento y de armamento, y la transferencia de armas desde Ucrania a Guinea Ecuatorial, Chad, Etiopía y al gobierno de transición en Somalia indican claramente el uso de poder militar para mantener la influencia [estadounidense] en los gobiernos de África, que sigue siendo una prioridad de la política exterior estadounidense.
Con la Revolución Naranja Estados Unidos llevó al poder a los actuales dirigentes de Ucrania y se les está dando carta blanca para suministrar armamento a los conflictos africanos.
Los dirigentes africanos deben dar muestras de solidaridad y bloquear todo movimiento por parte de Estados Unidos para establecer sus bases en la madre patria, a menos que quieran ver un nuevo asalto de la colonización.
Si se permite que el Africom establezca una base en África, Kwame Nkrumah, Robert Mugabe, Sam Nujoma, Nelson Mandela, Julius Nyerere, Hastings Kamuzu Banda, Kenneth Kaunda, Augustino Neto y Samora Machel, entre otros, habrán luchado las guerras de liberación para nada.
Miles de africanos que murieron en las cárceles coloniales y en los frentes de guerra durante las luchas de liberación habrán derramado su sangre por nada si África es colonizada de nuevo.
¿Por qué debería el grupo actual de dirigentes africanos aceptar sistemáticamente la recolonización cuando han aprendido tanto del colonialismo, el apartheid y el racismo? ¿Por qué no iba el actual grupo de dirigentes africanos a tratar a la administración estadounidense de igual a igual y decirle a la cara que no necesita un ejército extranjero ya que la Unión Africana esta preparando su propio ejército?
Los dirigentes africanos no necesitan profetas procedentes de Marte para saber que la fascinación estadounidense por el petróleo, la guerra contra el terrorismo y el ejército se centrará ahora en África después de la aventura en Iraq.
* N. de la t.: La Comunidad de Desarrollo del África Austral (Southern African Development Community, SADC) es una organización intergubernamental creada en 1979 cuya sede se encuentra en Gaborone, Botswana. Su objetivo es fomentar una mayor cooperación e integración así como la cooperación política y de seguridad entre 15 Estados del África austral (Angola, Botswana, Lesotho, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, República Democrática del Congo, Seychelles, Sudáfrica, Swazilandia, Tanzania, Zambia y Zimbabwe).
Tichaona Nhamoyebonde es un politólogo que reside en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
Fuente: http://allafrica.com/stories/
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