■ Es el poder político a costa de los trabajadores, señala investigador
Patricia Muñoz Ríos
Es una “alianza perversa” la pretendida coalición entre la líder moral del magisterio, Elba Esther Gordillo, y el dirigente del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, ya que con ella “se busca dar nueva vida al sindicalismo corporativo, corrupto y antidemocrático que les ha significado muchos millones de pesos y el poder político a costa de los trabajadores”, señaló el investigador Javier Aguilar García.
Durante la presentación de su libro Radiografía del sindicalismo en México, el especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México sostuvo que la alianza Gordillo-Romero Deschamps significa la “recomposición de la delincuencia sindical”.
En el acto organizado por el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), el coordinador general del organismo, Héctor de la Cueva, planteó que tanto el líder petrolero como la lideresa del magisterio buscan ayudarse mutuamente con miras a defender sus privilegios y obtener posiciones políticas, recuperar el viejo cacicazgo sindical y dar “oxigeno” al corporativismo para “ponerlo a las órdenes de cualquier partido político”.
Sostuvo que ambos dirigentes tienen en la mira favorecer el proyecto económico y político de la derecha del gobierno calderonista, y van a cobrar por estos favores.
“Buscan crear un polo sindical a su favor para defender sus cacicazgos entre maestros, servidores públicos y petroleros, y ampliarlo a los trabajadores en general para con ello incidir tanto en la reforma laboral como en la energética”, añadió.
Además, se están preparando también para enfrentar el 2009 desde una posición de poder y capacidad para negociar puestos de elección popular; por ello “es urgente que las organizaciones hagan un replanteamiento estratégico, pues el capital, el gobierno y las políticas económicas de los años recientes han venido achicando las condiciones laborales”, indicó De la Cueva, y agregó que tras la propuesta Gordillo-Deschamps se esconden intereses políticos y económicos para conservar sus privilegios y canonjías.
A su vez, Luis Bueno Rodríguez, presidente del CILAS, aseguró que el tipo de sindicalismo que predomina en el país no sirve, no representa los intereses de los trabajadores, sino, por el contrario, se ha convertido en un “sistema amafiado”. Recordó que el líder petrolero Romero Deschamps rompió prácticamente con la CTM, ya que peleó y perdió la posibilidad de dirigir esta organización.
Los investigadores coincidieron en que la “intención sórdida” de Gordillo Morales y Romero Deschamps es también reverdecer el viejo cacicazgo sindical que imperó a finales de la décadas de los ochenta y noventa, e impulsar el “sindicalismo de derecha”.
En cuanto a la investigación realizada por Javier Aguilar, ésta plantea que el sindicalismo auténtico debe generar nuevas estrategias frente a la recomposición de la delincuencia corporativa sindical, la cual está aferrada a sus cuotas de poder que han detentado por décadas.
Hizo ver que la nueva realidad sindical es sombría para los trabajadores, porque de 45 millones de integrantes de la población económicamente activa que tiene México, apenas cinco millones están sindicalizados; sólo 15 millones tienen seguridad social, y alrededor de 28 millones en edad de trabajar no tienen protección ni prestación alguna.
Aguilar García indicó que la prevaleciente corrupción en las agrupaciones sindicales no es sólo producto de los malos manejos de sus líderes, pues para que se den esas prácticas es necesaria la complicidad de los patrones.
Durante la presentación de su libro Radiografía del sindicalismo en México, el especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México sostuvo que la alianza Gordillo-Romero Deschamps significa la “recomposición de la delincuencia sindical”.
En el acto organizado por el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), el coordinador general del organismo, Héctor de la Cueva, planteó que tanto el líder petrolero como la lideresa del magisterio buscan ayudarse mutuamente con miras a defender sus privilegios y obtener posiciones políticas, recuperar el viejo cacicazgo sindical y dar “oxigeno” al corporativismo para “ponerlo a las órdenes de cualquier partido político”.
Sostuvo que ambos dirigentes tienen en la mira favorecer el proyecto económico y político de la derecha del gobierno calderonista, y van a cobrar por estos favores.
“Buscan crear un polo sindical a su favor para defender sus cacicazgos entre maestros, servidores públicos y petroleros, y ampliarlo a los trabajadores en general para con ello incidir tanto en la reforma laboral como en la energética”, añadió.
Además, se están preparando también para enfrentar el 2009 desde una posición de poder y capacidad para negociar puestos de elección popular; por ello “es urgente que las organizaciones hagan un replanteamiento estratégico, pues el capital, el gobierno y las políticas económicas de los años recientes han venido achicando las condiciones laborales”, indicó De la Cueva, y agregó que tras la propuesta Gordillo-Deschamps se esconden intereses políticos y económicos para conservar sus privilegios y canonjías.
A su vez, Luis Bueno Rodríguez, presidente del CILAS, aseguró que el tipo de sindicalismo que predomina en el país no sirve, no representa los intereses de los trabajadores, sino, por el contrario, se ha convertido en un “sistema amafiado”. Recordó que el líder petrolero Romero Deschamps rompió prácticamente con la CTM, ya que peleó y perdió la posibilidad de dirigir esta organización.
Los investigadores coincidieron en que la “intención sórdida” de Gordillo Morales y Romero Deschamps es también reverdecer el viejo cacicazgo sindical que imperó a finales de la décadas de los ochenta y noventa, e impulsar el “sindicalismo de derecha”.
En cuanto a la investigación realizada por Javier Aguilar, ésta plantea que el sindicalismo auténtico debe generar nuevas estrategias frente a la recomposición de la delincuencia corporativa sindical, la cual está aferrada a sus cuotas de poder que han detentado por décadas.
Hizo ver que la nueva realidad sindical es sombría para los trabajadores, porque de 45 millones de integrantes de la población económicamente activa que tiene México, apenas cinco millones están sindicalizados; sólo 15 millones tienen seguridad social, y alrededor de 28 millones en edad de trabajar no tienen protección ni prestación alguna.
Aguilar García indicó que la prevaleciente corrupción en las agrupaciones sindicales no es sólo producto de los malos manejos de sus líderes, pues para que se den esas prácticas es necesaria la complicidad de los patrones.
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