Yo, un superdotado
Posted by Tomás Mojarro on Mayo 30th, 2008
Fue el lunes pasado, en mi depto. de Cádiz, El maestro, su jovencísima setentona de las zarcas pupilas y los vecinos de la tertulia, devorábamos un guiso de pollo y especias, especialidad de la tía Conchis. (Quedo, por no interferir en la plática, Bach. Una cantata.) Esa plática se centraba en cierta figura siniestra, hamponesca, conocida en el hampa por el alias de “lideresa moral”, entre cuyos delitos se contabiliza haber ayudado a trepar hasta Los Pinos a uno al que todo le queda grande. Dije: “Esa Gordillo es una..”
Y ándenle, el estrépito, la quebrazón de cristales. ¿Al puro nombre de la “maestra?” “Cuando Salinas regresaba, en el país sólo había temblores de tierra”, comentó El Cosilión. Pero no. Allá abajo, en el estacionamiento, algún remate en el área penal. Se alzó la tía Conchis, conserje del edificio: “Condenados chamacos. Y ni modo, habrá que dar fe de los hechos, cuantificar daños y prejuicios y deslindar responsabilidades”. Puso la rabadilla en el plato, la del pollo, y abandonó el comedor. Categórica, La Lichona- “Los míos no pudieron ser, ellos están haciendo su tarea”. “No, pues mi Marloncito, menos, protestó Petra Agúndez Él, si lo vieran, tan bien portadito”.
La plática degeneró en asuntos de niños, escuelas y travesuras. Y válgame, que ahí afloran los papas cuervos: “Porque lo que es mi Beba, dijo El Coslión. “Ella qué reglas de conducta le enseñen en la escuela, si la colegiatura me cuesta uno de la cara. Mi Beba pura estrellita en la frente”.
- Pues nuestra Manucita-esos papas cuervos-, no es por nada, pero qué dotes de artista, que en eso sí sacó aquí a mi gordo, que fue bailarín en la carpa Esmeralda. Si ustedes hubieran visto la pasada ceremonia de fin de cursos, con Manucita echándose el lago de los cisnes así, miren, de puntitas. Un angelito, con braques y toda ¿No, Arcadio?
- Pues Juan Gabrielito agüeleó. Primer lugar en macramé y jaletina artística Con ganas de darle de premio una ida a Disneylandia, pero esta crisis… (Yo, oyéndolos. Quedo, Bach.) “Un superdotado, mi Juan Gabriel“.
Superdotados. Habló Mariángeles, madrecita soltera, mirando el sillón donde una criatura dormía su inocencia de dos años. “Pues ahí donde la vea..”
El colmo, pensé. ¿Qué puede hacer un inocente para así estimular la vanidad materna? “Casi nada (me lo adivinó): mi niño ya es todo un perito en asuntos de teoría política, cómo la ven”.
El maestro y yo nos miramos. El Cosilión suspendió el viaje del alón a la boca “Ya, Mari, quezque teoría política A menos. que nos vaya a resultar que su papacito es aquí el valedor, aunque creo que él ya no…”
Ajeno a este mundo, el chamaco y su sueño, en posición fetal.
- Ah, ¿no me lo creen? No, pues yo misma me enteré de chiripada Todo empezó la noche del pasado lunes, mientras le preparaba su te de yerbabuena porque trae su digestión cuatrapeada Cómo fui a dejar a mi criatura frente a la tele, sin imaginar toda la radiactividad que ventoseó por el cinescopio.
El niño, dormido; un goterón de leche -no de su madre sino de mamila lástima- le escurría por la comisura izquierda “Quiera Dios que no se haya quedado taradito, pensé, pero al contrario, se reveló como un superdotado, qué les parece”.. (El susodicho se removió en sueños.) La Lichona:
- Nosotros nos referimos a las gracias y habilidades de nuestros chavos.
- De eso hablo yo también, aunque no sé a quién sacaría en lo inteligente, porque a su edad es ya un superdotado en teoría política
Alguno, a lo disimulado, sonrió, otro más movió la testa, y los más miraron hacia el sillón donde reposaba el bello durmiente. Mariángeles, ofendida “Ah, ¿entonces no me lo creen, piensan que los engaño? Ahora les voy a demostrar que mi niño, a su edad, ya es un genio”.
La vimos acercarse al sillón, dar un beso al chamaco, y así, de bote pronto y a porta gayola “M’hijo, ¿qué te pareció el mensaje del chaparrito?”
Mis valedores: no vayan a creerlo, que yo, mirándolo, no lo creí. “Sí, mi hijo, las medidas de Calderón para enfrentar la crisis alimentaria”.
¡Calderón, rudeza innecesaria! Al oír: “Calderón“, que la criatura se engarruña, suelta primero la carcajada, un alarido después, y una descarga apestosa Diarrea “Hay cada madre”, dijo La Petra. Yo, para mí, que fue la indigestión del chamaco, qué casualidad. Ahora que de genio a genio voy más a mí, que no desde el día del mensaje, sino desde antes, cuando el de Los Pinos, a lo fachendoso, así ofendió a medio país: “Haiga sido como haiga sido…” Yo, desde entonces. Ájale, ¿ven? (Con permiso.)
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