Saturday, August 15, 2009


Pide rectificar encabezados: apelo a la objetividad y a la veracidad de los dichos

Insta a ver con la misma preocupación las maniobras militares de Rusia en América Latina

Minimiza caída electoral de Acción Nacional y destaca el retroceso del PRD

Montevideo, 14 de agosto. El presidente Felipe Calderón aludió a La Jornada en dos de las respuestas que dio en la conferencia de prensa ofrecida en esta ciudad. En la primera ocasión, a la pregunta de este diario sobre la caída de su partido, el PAN, en las elecciones del pasado 5 de julio, señaló que más bien el fenómeno significativo es la caída de otro partido, no sé si sea el suyo, el PRD, que es lo que marca una enorme composición diferente de la Cámara de Diputados.

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El presidente Felipe Calderón, flanqueado por su esposa. Margarita Zavala, y el mandatario de Uruguay, Tabaré Vázquez, ríen durante la presentación de una escuela mexicana en MontevideoFoto Reuters
Claudia Herrera Beltrán
Enviada

La segunda vez cuestionó el titular de este periódico sobre que el mandatario mexicano defendió la instalación de bases militares en Colombia, al señalar que a diferencia, incluso del resto de los medios en México, y debo reconocerlo, a diferencia, incluso de su propia nota, su redacción, yo en ningún momento dije que apoyaba el establecimiento de bases de Estados Unidos en Colombia; yo apelo a la objetividad y a la veracidad de los dichos de la conferencia de prensa de ayer, para que su periódico rectifique la cabeza de la nota que usted envió.

Muchas preguntas, una respuesta

Situado al lado de su anfitrión, el presidente de Uruguay. Tabaré Vázquez, en la rueda de prensa que ambos ofrecieron, el michoacano respondió a los cuestionamientos planteados por este diario sobre el inmovilismo y los riesgos planteados por analistas y ex funcionarios de que este gobierno está políticamente muerto por la caída del PAN en los pasadas elecciones, por la ubicación del PRI en la Cámara de Diputados como mayoría y el hecho de que el futuro coordinador del PRD en esa Cámara, Alejandro Encinas, se manifestara dispuesto al diálogo, pero representa el ala crítica de ese partido.

En principio, señaló: Bueno, son muchas preguntas, muchos comentarios, muchas opiniones y muchos deseos en su intervención. Vamos a tratar de ordenarlos.

Añadió: como usted sabe, he sido un presidente siempre dispuesto al diálogo, siempre dispuesto al entendimiento. Y a pesar de tener una mayoría de partidos de oposición, no ahora, sino desde el inicio de mi mandato, hemos logrado acuerdos inéditos o sin precedente en el Congreso mexicano.

Refirió que logró reformas impensables, cambios estructurales que ni siquiera se intentaron en más de una década, otros en medio siglo, como los que se aprobaron en materia fiscal, energética, de pensiones y de justicia.

Señaló que con el mismo espíritu de diálogo, de entendimiento y de búsqueda del interés nacional, seguirá impulsando una agenda que convenga al país y que haga a México un país más competitivo, más justo, capaz de generar empleos; un México que verdaderamente pueda construir su desarrollo.

En su visita de Estado a este país, consideró que más allá de los planteamientos ideológicos que puedan hacer los partidos políticos, siempre ha empleado la premisa de que en cada opción política de todo el espectro electoral, siempre hay una base de disposición para colaborar con México.

Cualquiera que sea el origen ideológico de un diputado o de un senador de la República, cuando se trate de trabajar por el país, cuando se trate de pensar qué es lo que así conviene no a un partido o a otro, sino lo que más conviene a México, saben que cuentan y contarán siempre con el presidente de la República, expresó.

Respecto a si conversó con Vázquez sobre el plan que negocia Estados Unidos con Colombia para que le presten bases militares, explicó que refrendaba lo dicho un día antes en Bogotá.

Refirió que preguntó al presidente colombiano, Álvaro Uribe, y al estadunidense, Barack Obama, sobre este tema. Lo que yo señalaba ayer es que ambos, y especialmente enfático, el presidente Obama señalaba que no había ese proyecto que se ha mencionado de establecer bases estadunidenses en Colombia, ni tampoco era, precisamente, la materia del acuerdo que tenían, me explicaban, desde esos años estos países.

El Presidente manifestó que entiende la sensibilidad que hay sobre el tema, pero en el caso de México, de acuerdo con el principio de política exterior de no intervención, vemos con atención y damos seguimiento a este asunto, pero también respetamos la decisión que cada país asume en función de salvaguardar su soberanía y la seguridad de los ciudadanos.

De igual forma, recomendó tener consistencia y ver con la misma preocupación la realización de maniobras militares de Estados Unidos en un país, como ver la realización de maniobras navales en otro país de la misma región con los rusos, esto en referencia a los recientes acuerdos suscritos por el gobierno de Moscú con Venezuela.

O ver la intervención de asesoría y apoyo militar de una nación, como verla también con preocupación o con atención si la intervención militar y la asesoría es de Irán o de otra región.

Consideró que deben establecerse parámetros homogéneos para poder juzgar las cosas.

Al final, pidió una disculpa por haber prolongado su respuesta, pero señaló que era importante aclarar que en ningún momento manifestó su apoyo al establecimiento de bases militares de Estados Unidos en Colombia.

Unasur

Previamente, a pregunta de una reportera uruguaya, Calderón descartó participar en la cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que se celebrará el 28 de agosto en Bariloche, Argentina, para abordar el tema, por ser una organización de países hermanos, pero que corresponden geográficamente a un ámbito al cual no pertenece México.

Según Calderón, América Latina tiene muchos problemas y los conflictos entre países no contribuyen a resolver sus desafíos comunes.

A su vez el mandatario uruguayo reiteró su rechazo a la instalación de bases militares, no sólo en nuestro territorio, sino también en lo general en Sudamérica.

Vázquez dijo que ratificaba la respuesta expresada públicamente la semana pasada en presencia del presidente de Colombia, Álvaro Uribe, que se basa en dos principios históricos: el primero de ellos es el de no intervención en asuntos internos de cada país, y el segundo, rechazar la instalación de bases militares en el territorio sudamericano.

También anunció que participará en la reunión de Unasur, pues recibió la invitación de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quien además le comunicó que Uribe estará presente en el encuentro.




En conferencia de prensa conjunta con el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, el titular del Ejecutivo federal de nuestro país, Felipe Calderón Hinojosa, criticó un encabezado publicado en la primera plana de este diario en su edición de ayer, en el que se afirma: Apoya el Ejecutivo mexicano bases de EU en Colombia; asimismo, el gobernante externó una insinuación realmente improcedente –atinada o no, es lo de menos– sobre la preferencia partidista de la reportera.

De acuerdo con la versión estenográfica de lo dicho por Calderón en la capital colombiana, información a la cual hacía referencia el encabezado en cuestión, es cierto que el declarante no otorgó, literalmente, su apoyo a las bases militares que Estados Unidos controla en territorio colombiano. Habría sido más preciso, ciertamente, consignar que el titular del Ejecutivo federal justificó la existencia de esos enclaves, que externó su respeto al presidente Álvaro Uribe en su decisión de permitirlo o que, sin que esto tenga una puntualización sobre el tema, abogó por la construcción de los mecanismos para garantizar la seguridad de nuestros pueblos y por combatir al crimen organizado de manera organizada y comprometida a nivel internacional, en referencia inocultable a las bases mencionadas. En la expresión de tales posturas, Calderón marcó distancia respecto de la actitud de la mayor parte de los gobernantes sudamericanos, que es de claro rechazo al establecimiento de los enclaves militares en Colombia.

La Jornada pudo haber cometido una imprecisión de lenguaje en la medida en que el término apoyo estuvo ausente del discurso calderonista, pero considera correcto el sentido del encabezado, en la medida en que el declarante ofreció a sus interlocutores elementos de respaldo –genéricos y específicos– a la decisión de Uribe.

Por lo demás, a la pregunta sobre sus expectativas tras la caída electoral de su partido, el PAN, y de la próxima configuración del Legislativo, el gobernante respondió a la enviada de este diario: En términos de caída electoral, más que la de mi partido, más bien el fenómeno significativo es la caída de otro partido, no sé si sea el suyo, el PRD. La insinuación no sólo resulta inapropiada porque sugiere parcialidad en el desempeño profesional de la reportera –y conlleva, con ello, una descalificación implícita–, sino también porque pone de manifiesto una visceralidad que no es, no puede ser, una característica positiva en el desempeño del máximo cargo público del país.

En la misma conferencia de prensa, Calderón Hinojosa tuvo otras expresiones desafortunadas, como homologar los acuerdos de cooperación militar o los ejercicios castrenses que naciones como Rusia e Irán han firmado o llevado a cabo con algunos países latinoamericanos con el intervencionismo estadunidense en la región. Su llamado a juzgar ambos fenómenos con parámetros homogéneos revela una desmesura tan patente como la que hay entre las ventas de armas rusas a Venezuela –o, peor aún, los acuerdos de cooperación signados por ese país y el gobierno de Teherán– con el injerencismo político, diplomático, económico y militar de Washington en la zona, el cual ha sido padecido, con consecuencias trágicas, por nuestro país –y por casi todas las otras naciones de América– en diversos momentos de su historia.

Parece un tanto extraño el afán de homologar la venta de 24 aeronaves de combate de Moscú a Caracas y la realización de maniobras militares conjuntas en un par de ocasiones, por un lado, con las decenas de golpes de Estado, las guerras genocidas, las conformaciones de gobiernos títeres y las intervenciones, descaradas o subrepticias, pero sistemáticas, que la superpotencia estadunidense ha organizado y realizado, a lo largo de más de siglo y medio, en las naciones situadas al sur del río Bravo, por el otro. En cuanto a atribuir al régimen iraní un propósito injerencista relevante o significativo en América Latina, y trazar un paralelismo entre esa idea y la realidad de la proyección continental del poderío estadunidense, es claro que tal ejercicio carece de sustentos en la historia y en la realidad.


... get a Rubencito Aguilar.


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