Thursday, September 24, 2009

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Marcial Maciel escondió su fortuna en Nueva York y las bahamas

Marcial Maciel no sólo tenía el control de la poderosa orden católica de Los Legionarios de Cristo. Ahora se sabe que durante 60 años acumuló una riqueza inusual para un sacerdote; que gran parte de esta fortuna se encuentra depositada en bancos y paraísos fiscales como el de las islas Bahamas, y que ha abierto una guerra entre quienes se reclaman como los herederos: los hijos de Maciel. Alejandro Espinosa, ex legionario y sobrino de Maciel, cuenta cómo y cuánto dinero movía éste, de dónde lo obtenía y otras historias hasta ahora desconocidas de quien terminó siendo la imagen más grotesca de la pederastia con el consentimiento de papas y del resto del Vaticano.

Por Sanjuana Martínez

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Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo fallecido en enero de 2008, fue en apariencia un buen padre, aunque no precisamente de la Iglesia católica, sino de familia. Su preocupación por el destino de sus hijos lo llevó a que les dejara en herencia una especie de fideicomiso en el paraíso fiscal de las islas Bahamas, concretamente en el Cititrust Limited, una subsidiaria del Citibank.

La fortuna acumulada durante 60 años por Marcial Maciel es incalculable y sus presuntos hijos ya luchan por llevarse una parte de la herencia construida a través de los generosos donativos de sus fieles devotos.

El futuro de los tres hijos mexicanos de Marcial Maciel hasta ahora identificados: Norma Hilda, residente en Madrid, y los hermanos Raúl y Christian, que radican en Cuernavaca, Morelos, está supuestamente asegurado, aunque aún no se determina entre cuántos tendrá que dividirse ese dinero, ya que la congregación religiosa reconoce la existencia de “varios” hijos más.

Alejandro Espinosa, sobrino de Marcial Maciel y autor del libro El legionario, en donde narra los abusos sexuales a los que fue sometido por el fundador de los Legionarios de Cristo, asegura que su tío siempre manejó de manera discrecional los dineros del grupo y que más que un fideicomiso en las Bahamas, abrió cuentas bancarias a nombre de sustitutos para usar esos dineros a su antojo. Como ejemplo, ofrece su experiencia propia y cuenta cómo en diciembre de 1950 lo acompañó de Madrid a Nueva York para hacer una operación financiera en el First National City Bank: “Recuerdo que nos hospedamos tres días porque mi tío iba a atender sus asuntos de narco y lavado de dinero, para ser claros. Allí depositó poco más de 400 mil dólares en dos cuentas a mi favor. En aquel entonces era mucho dinero. Puso el dinero a mi nombre y yo firmé”.

Espinosa asegura que además de los generosos donativos, Maciel fue amasando una fortuna con negocios ilícitos como el blanqueo de capitales, producto del tráfico de drogas a las que era adicto.

Afirma que el fundador de los Legionarios, originario de Cotija, Michoacán, enriqueció a su familia, concretamente a sus ocho hermanos: Olivia, Teresa, Blanca, Maura, Francisco, Alfonso, José y Javier: “Los hizo ricos. Sólo a Francisco lo arrinconó por sus tendencias homosexuales, según el mismo Maciel. Por eso le propinaba golpizas cuando lo sorprendía haciendo el papel de niña cuando jugaba con otros niños”.

Sobre la versión de que Marcial Maciel abusó sexualmente de sus propios hijos, Espinosa lo duda: “No lo creo. Me resulta contrario a la psicología que yo le conocí a Maciel. ¿Por qué nunca violó a sus hermanas o hermanos?”.

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Alejandro ingresó a la legión a los 12 años y permaneció 13 años al lado de su tío. Por tanto, se muestra escéptico sobre la veracidad de la historia de varios de los hijos del líder de los Legionarios: “Él me dijo que había docenas de mujeres que le lloraban por un hijo de la carne y que le pagaban por dejarles descendencia. Y me dijo: ‘Yo me cuido mucho. ¡Imagínate, qué hubiera pasado si Jesucristo hubiera tenido hijos!’”.

La Legión de Cristo sacó a la luz pública en febrero pasado la existencia de una hija de Marcial Maciel. Se trata de la mexicana Norma Hilda, que vive en un lujoso apartamento en la calle de Los Madroños, en Madrid, quien pactó su silencio con los actuales dirigentes legionarios a cambio de una pensión vitalicia

y propiedades: “Es una manera de lavarle la cara a Maciel, haciéndolo ver más humano. El papa Benedicto XVI les obligó a anunciar lo de la hija. Ratzinger fue su principal encubridor junto con Wojtyla”.

Añade: “(Por) el gran dinero que manejan los Legionarios y luego de que ellos mismos reconocieran la existencia de Norma Hilda, yo no dudaría que le salieran hijos por docenas a mi tío; hasta Lucrecia Rego (directora de catholic. net, el portal católico más grande y más visitado de la red, e integrante del movimiento Regnum Christi, presente en cerca de 40 países del mundo) dice que es su hija”.

Sobre la existencia de otros descendientes representados por un abogado mexicano, Espinosa dice que carece de credibilidad si no se presentan pruebas: “Hay demasiado interés económico por parte del abogado que dice representar a los supuestos hijos de Maciel como para pensar que su objetivo está libre de intereses espurios. Él ha hablado de tener pruebas, pero no saca ninguna, algo que no comprometa, pero que dé fe. ¿Dónde están las fotos, las cartas de su puño y letra, los mails,

las grabaciones? Nada. Eso me genera muchas dudas”.

La credibilidad, dice, sólo se consigue ofreciendo pruebas y una carta escrita a máquina y firmada por una de las supuestas falsas identidades que utilizaba Maciel no es suficiente: “Se me hace muy artificial, sobre todo porque los supuestos hijos salen ahora que se murió. ¿Por qué no salieron en 1997 cuando denunciamos a Maciel? ¿Por qué ahora que ya es tan fácil?”. Lo más grave, señala, es que después de la batalla emprendida por las víctimas de Marcial Maciel, que al final han ganado credibilidad, todo puede venirse abajo por las mentiras de unos cuantos que buscan legitimarse. “Nos costó mucho abrir esa parte de la sociedad y ganar credibilidad sobre las acusaciones en contra de Maciel. Nosotros nunca buscamos una retribución económica, por eso tengo mis dudas. No niego los niveles de perversión que alcanzó Marcial Maciel, pero me hace dudar el factor económico que está detrás”.

Las pruebas de ADN son determinantes, pero Espinosa duda que estos jóvenes las tengan: “En ese caso, yo también estoy dispuesto a hacerme la prueba de ADN para probar que soy familiar a ver si alcanzo herencia y con la seguridad de que en mi caso sí es la misma sangre. Maciel era primo hermano de mi padre”.

Espinosa asegura que podría aceptar que Maciel tiene hijos, siempre y cuando ofrezcan pruebas: “Si llegan a mostrar un documento fehaciente lo creo, pero no con palabras. Si llegase a comprobar esa paternidad sigue siendo el mismo monstruo. A diferencia de Jesucristo, él sí trató de fundar su reino en la tierra, porque no creía en el del cielo”.

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El capítulo de las mujeres de Marcial Maciel tiene como objetivo humanizarlo, según Alejandro Espinosa, pero advierte: “Maciel ante todo era un homosexual y un pederasta. Lo de las mujeres era un sacrificio que asumía para desplumarlas. Eso es lo que vi durante tantos años. Nada de que ahora quieran hacerlo muy hombre a fuerzas, hablando de sus mujeres. Él estaba dispuesto a fornicarse a todas a las que podía sacarle uso y beneficio, pero si no tenían dinero, mejor se masturbaba”.

De acuerdo con su experiencia, la procedencia de los supuestos hijos de Maciel es muy extraña, sobre todo porque la madre de Norma Hilda es una mujer morena con rasgos indígenas, y la de Raúl y Christian es alguien de clase media o baja: “Es muy extraño, porque Maciel era racista a morir. No hay una relación coherente. Tampoco se metía con la servidumbre. Él, si acaso, tenía relaciones sexuales con las dueñas de las casas, como la de Lola Barroso, a donde se iba a descansar a Cuernavaca. Para él, la servidumbre era gente de segunda clase”.

“Maciel buscaba mujeres de la alta sociedad, incluso el padre de una chica de 15 años de apellido Zapata, que era dueño de la fábrica Tapón Corona, le dijo a Maciel: ‘Deja el sacerdocio y cásate con mi hija’. No aceptó por ‘pura virtud’ pero la muchacha le pedía procrear con ella un hijo.

“Otra le lloraba y le rogaba que se fueran a vivir a Suiza, y había una actriz italiana que tenía un hijo más bonito que el niño Jesús, y Maciel le llevaba rosas rojas y chocolates. Ellos se hospedaban en el hotel Excélsior de Madrid y tenían camas juntas. Vivió con ella durante meses. Si quería hijos, ¿por qué entonces no tuvo hijos con sus amantes ricas?”.

Según Espinosa, Maciel tuvo todas las amantes que quiso, desde esposas de hombres de la alta sociedad hasta viudas. El sexo era la pasión que lo dominaba. Hizo del sexo el instrumento que lo llevó al éxito en todos los campos de su vida. Entre los cincuenta y sesenta tuvo una docena de mujeres. “Las fui conociendo. A la única que nunca vi fue a una Josefita Pérez de Delfino, que era hija del dictador Pérez de Venezuela, y a otra señorita de apellido italiano”.

A Maciel le gustaban guapas, aunque la Talita Retes (una de sus acaudaladas benefactoras) no era la mejor. “Sin embargo, a ella sí la tuvo de amante. Talita Retes fue la primera amante. Le exigía matrimonio y Maciel la mandó al traste, claro, después de sacarle el dinero. Le dio más de 6 mil pesos oro. Con eso vivió y compró la casa de Madero 12”.

Maciel, apunta Espinosa, le decía las mismas mentiras a todas, igual que “nos decía a nosotros de niños, para someterlas sexualmente: el permiso papal, sus dolencias prostáticas, la retención de semen… todas esas estupideces que como niños nos creíamos. Lo raro es que ellas cayeran también”.

Los testimonios siempre han hablado de la capacidad de seducción de Maciel: “Ellas se dejaron seducir. Era galán y luego lo ponían adornado con esa aura de la predestinación celestial, las bendiciones del cielo y todo lo demás, pues las mujeres estaban enajenadas con él. A Maciel le encantaba y decía que lo confundían con el Duque de Windsor. La religión para él fue su pasaporte a la buena vida, al dinero, al poder, a la supremacía social. Maciel no creía en nada”.

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¿A cuánto asciende la fortuna acumulada por Maciel? Nadie ofrece una cantidad exacta. La Legión de Cristo es una multinacional que tiene más de 850 sacerdotes, 3 mil seminaristas y 70 mil laicos.

El emporio educativo está compuesto de más de 145 colegios, nueve universidades y 21 institutos superiores: “La fortuna es mucho más de 20 mil millones de euros. Hay que calcular todas sus propiedades, las universidades, los colegios o negocios de enseñanza, los más caros y los más ineficientes”.

La combinación sexo y dinero por parte de Maciel fue una realidad durante toda su vida, comenta Espinosa, quien asegura que a él mismo le ofreció ser su mano derecha siempre y cuando se sometiera a sus desviaciones: “Yo fui sometido a varios de sus abusos, pero nunca me dejé violar. Vi las orgías en las que participaba y cómo abusó de otros compañeros. Yo pensaba que era una máquina sexual, pero no, el doctor Ernesto Lammoglia me corrigió y lo definió como un monstruo del dinero. Y es verdad, a él le importaba el dinero sobre todas las cosas y el sexo era un instrumento multifuncional”.

21 septiembre de 2009



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