Sunday, November 08, 2009


El temor a la reunificación alemana

LEONARDO BOIX

LONDRES, 6 de noviembre (apro).- En 1990, el presidente de Francia, Francois Mitterrand, advirtió en privado a la entonces primera ministra británica, Margaret Thatcher, que una Alemania reunificada "presentaría más peligros que bajo Hitler".

Ello ocurrió durante conversaciones que ambos mantuvieron semanas después de la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, según documentos secretos desclasificados en Gran Bretaña.

500 informes publicados el pasado 10 de septiembre por la Cancillería británica (Foreign Office) tras un año de deliberaciones de funcionarios de Whitehall, exhibieron la magnitud de los temores anglo-franceses por la reunificación alemana.

Charles Powell, en esa época consejero de Exteriores de Thatcher, reportó en un memorando divulgado por la cancillería británica que en un almuerzo en el Palacio Eliseo realizado el 20 de enero de 1990, Miterrand habló con la Dama de Hierro sobre cómo la reunificación de Alemania podría crear un resurgimiento de los "malos alemanes" que dominaron Europa a mediados del siglo XX.

Según el documento desclasificado, el entonces presidente francés afirmó que el canciller alemán, Helmut Kohl, "lograría salirse con la suya" y crear "una Alemania unificada que presentará más peligros que bajo Hitler" y por ende "Europea tendrá que enfrentar las consecuencias".

Miterrand advirtió además a Thatcher que si Alemania se expande territorialmente "Europa retrocedería a un año antes de la Primera Guerra Mundial (1914-1918)" y enfrentaría un conflicto bélico sin precedentes.

Durante dicho almuerzo, el presidente francés advirtió que Kohl "estaba especulando sobre la adrenalina nacional de la población alemana".



Confesiones en privado



El documento, apunta: "La primera ministra abrió la sesión al decir que los eventos se estaban moviendo rápidamente en Alemania y en toda Europa del este y la Unión Soviética. A ella le preocupaba que los poderes occidentales estaban evitando sus responsabilidades para tomar en cuenta las implicaciones que llevaría (la reunificación)".

Thatcher explicó que "Alemania occidental está constantemente presionando hacia la reunificación y el tipo de conexiones que el Canciller Kohl típicamente hace entre la reunificación y el fin de las divisiones en Europa, que son poco convincentes. Incluso, los alemanes parecen asumir que podrán sumar a Alemania oriental a la Comunidad Europea".

De acuerdo con el documento, Thatcher dijo "que ayudó muy poco que (el expresidente de la Comisión Europea, Jacques Lucien Jean) Delors, apoyara esa visión".

Para la entonces primera ministra británica, Alemania oriental "está al borde del colapso".

Por su parte, Mitterand mencionó durante el encuentro que "los alemanes se están comportando con cierta brutalidad al concentrarse sólo en la reunificación excluyendo todo lo demás".

"Es difícil mantener buenas relaciones con ellos en esta situación. Por supuesto que los alemanes tienen el derecho a la autodeterminación, pero no tienen el derecho de afectar las realidades políticas de Europa", advirtió enojado el presidente francés a Thatcher, siempre de acuerdo al memorando desclasificado.

"(Según Miterrand) Alemania oriental está muy por detrás de la Alemania occidental y la gente en la primera nación no está de acuerdo con la idea de que vayan a ser 'comprados' por la segunda. Incluso cuando habló con estudiantes en Leipzig, él no detectó ningún sentimiento de gran entusiasmo por la reunificación. Estaba convencido que algunas de las manifestaciones en Alemania del este a favor de la reunificación fueron impulsadas por 'agentes' de Alemania occidental, que proporcionaron las pancartas y otros materiales llamando a la reunificación, aunque no dijo necesariamente que éstos hayan sido enviados por el gobierno de Alemania occidental".

El documento señala que Miterrand "reconoció que el gobierno de Alemania oriental está perdiendo autoridad y que existe el peligro de desorden como también de un colapso económico. Esto (considera Miterrand) podría llevar a pensar a la gente que no habrá alternativa a la reunificación".

Powell escribió en el documento que Miterrand "no creía que Europa estuviera preparada aún para la reunificación alemana. Y ciertamente no podía aceptar que esto fuera la prioridad por sobre el resto de las cosas".

Además, destacó que para el presidente francés "sería estúpido decirle no a la reunificación".

"En realidad –habría dicho Miterrand-- no hay fuerza en Europa que pueda impedir que esto pase. Ninguno de nosotros va a declararle la guerra a Alemania (…)"

Finalmente se mostró de acuerdo con los análisis de la primera ministra y compartió con ella el deseo de hablar sobre todos estos temas muy cuidadosamente. De hecho, dijo que ella era la única persona con la cual podía hablar francamente acerca de estos problemas, aunque –señala el documento—"no sabía cómo actuar".



La aversión de Thatcher



El Muro de Berlín cayó el 9 de noviembre de 1989, aunque Alemania no se reunificó oficialmente hasta el 3 de octubre de 1990.

Después de las elecciones multipartidarias de la Alemania oriental del 18 de marzo de 1990, las negociaciones entre este país, la República Federal de Alemania (RFA) y las cuatro naciones que ocuparon Alemania después de la Segunda Guerra Mundial (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Unión Soviética) concluyeron con el tratado llamado "dos más cuatro" que pretendía garantizar la independencia total a un estado alemán reunificado.

Alemania reunificada se convirtió en un miembro de la Comunidad Europea (después Unión Europea) y de la OTAN.

Las reuniones secretas entre Miterrand y Thatcher ocurrieron después del plan de diez puntos para la reunificación alemana presentado por Kohl, que abogaba entre otros aspectos por reforzar el débil aparato económico de Alemania del este introduciendo las reglas del mercado y en especial gracias a una fuerte aportación de capital e inversiones.

Los documentos revelan también que la entonces primera ministra británica se oponía de manera categórica a la reunificación de Alemania, en total desacuerdo con sus funcionarios del Foreign Office.

Un informe top secret de la cancillería titulado Alemania Reunificada, describe el "horror absoluto" que le produjeron a Thatcher los reportes incorrectos acerca de que miembros del Bundestag en Bonn habían cantado el himno nazi Deutschland über alles para celebrar la caída del Muro de Berlín.

Después de la Primera Guerra Mundial, este texto, escrito 30 años antes de la unificación alemana, se convirtió en himno nacional.

La primera estrofa "Deutschland, Deutschland über alles", a pesar de que originariamente expresaba sencillamente un anhelo de unidad nacional, ha quedado asociada con el imperialismo alemán y con el gobierno nazi.

Según los documentos desclasificados en Londres, los diplomáticos británicos se dieron cuenta en enero de 1989 que la reunificación alemana "era una posibilidad real" y una oportunidad para el progreso en Europa.

Tras la caída del Muro, los funcionarios temieron que Thatcher adoptara una "posición de choque" que alienara al resto de Europa, con efectos negativos para el Reino Unido, además de posicionarse tan "en las afueras del debate actual" que nadie terminara escuchándola.

En otro documento, simplemente titulado Primera Ministra/Mallaby, se detalla que Thatcher consideraba "alarmante" la posición del por entonces embajador británico en Bonn, Christopher Mallaby, acerca de "darle la bienvenida a una Alemania reunificada".

Uno de los documentos detalla un almuerzo realizado el 18 de septiembre de 1989 en el Kremlin entre Thatcher y el líder soviético Mijail Gorbachov. La mandataria británica dijo a gritos: "No queremos una Alemania reunificada. Esto provocará cambios en las fronteras de posguerra, y no podemos permitir eso porque un cambio semejante amenazará toda la situación internacional y pondrá en peligro a nuestra seguridad".

El 8 de diciembre de 1989, Powell escribió que según la Dama de Hierro Alemania Occidental "debe ser controlada por los aliados".

Abundó: "La posición de la primera ministra es que no debemos despertarnos un día y descubrir que la situación se ha modificado más allá de nuestro control, y que la reunificación alemana es exactamente eso en cuanto a sus intereses y propósitos", aclaró el por entonces consejero de Exteriores de Thatcher.

La decisión de desclasificar los documentos secretos --Gran Bretaña normalmente publica dichos informes luego de 30 años-- fue considerada por los expertos como un intento oficial por demostrar que los diplomáticos británicos estaban a favor de la reunificación alemana desde el primer momento.

Consultado por el periódico financiero Financial Times (FT) el día de la publicación de los documentos, el ministro francés para la Unión Europea (UE), Pierre Lellouche, afirmó que Francia y Alemania nunca lograron mantener "una confianza completa" tras la Segunda Guerra Mundial.

Lellouche, quien se desempeñaba como consejero diplomático de Jacques Chirac, entonces jefe de la oposición conservadora, sostuvo que la hostilidad del presidente socialista fue significativa. "Nunca logramos reconstruir la confianza de forma completa, algo que tenemos que hacer ahora", agregó.

"Es mi tarea asegurarme que las relaciones fallidas de hace 20 años entre Mitterrand y Kohl se vuelvan exitosas hoy entre Nicolás Sarkozy y Angela Merkel", sostuvo el funcionario del Palacio Eliseo.

Sin embargo, Hubert Védrine, el excanciller socialista que en 1989 era consejero diplomático de Mitterrand cuestionó los informes publicados en Londres.

"Es cierto que Mitterrand, como Thatcher, se enfurecía de vez en cuando. Pero sería muy erróneo creer que Mitterrand y Thatcher mantenían la misma posición", sostuvo Védrine al FT.

"Thatcher estaba muy preocupada por la reunificación de Alemania. Mitterrand no. Él quería asegurarse que (la reunificación) estuviera bien manejada, fuera democrática, ampliara la integración europea y no precipitara la caída de Gorbachov. Thatcher tenía un problema específico y era que no podía aceptar una mayor integración europea. Es totalmente imposible equiparar sus posiciones", concluyó el ex diplomático francés.



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