Tuesday, November 03, 2009

Empresarios que no pagaban impuestos

Alberto Aziz Nassif

El Universal

Martes 03 de noviembre de 2009



Tenía que llegar el debate. Resulta paradójico escuchar a Felipe Calderón hablar como Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ambos dicen: las grandes empresas en México no pagan impuestos, el monto que los grandes consorcios aportan al fisco en promedio un 1.7%. La declaración del presidente la hizo como parte de la lucha para sacar adelante una Ley de Ingresos que restituya los recursos que ya no da el petróleo. La declaración de AMLO la hizo desafortunadamente en la campaña presidencial del 2006.

Tuvo que llegar la crisis de las finanzas públicas para que el titular del poder ejecutivo rompiera una inercia y afirmara que las empresas que más ganan “rara, rara vez, pagan impuestos en el país” (EL UNIVERSAL, 29/10/2009). ¿Se está rompiendo algo más que las buenas maneras entre el gobierno panista y el sector empresarial del país? Desde que se aprobó el paquetazo de ingresos se desató un jaloneo entre el sector empresarial y el gobierno. Toda esa amplia y compleja red de intereses cerró filas en contra del aumento fiscal que primero propuso el gobierno, después se negoció con los diputados y más tarde con los senadores. Como en pocas ocasiones una Ley de Ingresos tuvo tantas complicaciones y consensos en contra, como ahora.

La batalla duró varios días: al día siguiente de la declaración de Calderón, el Consejo Coordinador Empresarial salió en defensa del sector y declaró que: “Las empresas pagan lo que por ley tienen que pagar” (El Universal, 29/10/2009). En efecto, esa es parte de la problemáticas fiscal, no se trata de un problema de legalidad, sino todo indica que se trata de un problema de mal diseño de la legalidad. El espacio de las reglas fiscales es una de las muchas expresiones en donde los intereses fácticos han negociado sus intereses, y lo que tenemos como resultado es una serie de reglas plagadas de huecos, excepciones, privilegios, en suma, una ineficacia rotunda que durante décadas se compensó con una renta petrolera que ayudó a tapar el problema. Durante años se acumuló el rezago y se ha postergado su solución. El gobierno ha perdido una parte de la renta petrolera y lo primero que hizo fue trasladar el costo del ajuste al causante cautivo y al consumidor. Así de sencillo. Ahora los empresarios salen a defender su situación y dicen que sí pagan impuestos y que el problema es que el gobierno gasta mucho y lo hace de forma equivocada.

Las expresiones del problema fiscal han generado un conflicto de varias pistas en el Congreso que propiciaron días de definiciones. La Ley de Ingresos llevó a una fuerte redefinición de liderazgos dentro del PRI, en donde los gobernadores con más diputados sacaron adelante un acuerdo que inicialmente fue desaprobado por los senadores. ¿Confrontación entre Peña Nieto y Beltrones? ¿Fue una anticipación de que la elección del candidato para 2012 no está definida y puede resultar en un escenario de enfrentamiento? El resultado fue una ausencia del PRI a la hora de votar en el senado. Fue el consenso pasivo de una fracción que gobierna, pero que se resiste a pagar los precios. En el PAN la gran mayoría se alineó con la propuesta gubernamental, pero las voces disidentes lograron paralizar de forma temporal el aumento al IVA; a pesar de las resistencias, el PAN tuvo que asumir los costos de ser el partido gobernante y aprobar el paquete, ayudado por el partido Verde. En el PRD se jugó en varias bandas, por una parte con el discurso de defensa de la ciudadanía en contra del aumento fiscal y, por la otra, en la negociación de un partido que tiene intereses, gobernadores y la ciudad de México, y para ellos quiere más recursos.

La negociación de los diputados pareció caerse en la cámara revisora, pero al final de cuentas el paquete quedó en términos similares a como se había votado, salvo algunos cambios. Así, la famosa Ley de Ingresos pasó por días de incertidumbre hasta que fue aprobada por los senadores, que modificaron el porcentaje para que las grandes empresas puedan hacer su ajuste de consolidación fiscal, y la tasa inicial de 40% quedó en 25%; el Internet queda sin gravar y se aplicará el aumento de ISR a partir de un ingreso de 10 mil pesos. El paquete se aprobó de nuevo por una mayoría de diputados de PRI y PAN. Pero la historia no ha terminado: se regresan al senado 4 de las 17 modificaciones que no aceptaron los diputados. Quizá de lo más importante y grave es que los diputados reestablecen la exención a las nuevas empresas de telecomunicaciones.

Al final, el gobierno se quedó con los aumentos fiscales. Calderón dio la pelea con los empresarios, pero el liderazgo presidencial estuvo muy lejos de una batalla a fondo. Los partidos políticos hicieron una negociación mediocre, de espaldas a los ciudadanos, llena de parches, privilegios y exenciones, todo con una visión de corto plazo, porque todos los actores saben que lo que se aprobó sólo servirá para un año. El gobierno de Calderón terminó por reconocer que la gran mayoría empresarial sí paga sus impuestos. ¿Fin del conflicto? Ahora vendrá la batalla por el reparto de los recursos, 3 billones 179 mil millones de pesos, y vamos a ver quién traga más pinole…

Investigador del CIESAS


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