Sunday, April 18, 2010



A la Mitad del Foro

Trece a la mesa

León García Soler

No hay respuesta al clamor ciudadano que demanda aclarar las muertes de niños, mujeres y hombres, victimados en retenes militares, o por el fuego cruzado durante enfrentamientos de las fuerzas armadas y los sicarios de la delincuencia organizada. O peor todavía, Felipe Calderón repite la versión de la violencia como problema de imagen para México. Y sentencia: los civiles inocentes muertos son realmente los menos. Pero el secretario de Gobernación acude al método epistolar para dar respuesta a declaraciones del cantante Joaquín Sabina, para anticipar un encuentro del compositor con el presidente Calderón: reconciliación de inusitadas almas gemelas, según el abogado Gómez Mont.

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Un soldado mexicano vigila una caseta fronteriza en Valle de Juárez, cerca de los límites con Estados Unidos
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No hay muerte menor, dice Manlio Fabio Beltrones. Y el senador sonorense lamenta que el presidente Calderón trate de minimizar un asunto de tan alta gravedad. Y Carlos Navarrete, gozoso converso a la civilidad parlamentaria, habla de avances para instaurar un protocolo de comportamiento, con parámetros y puntos de referencia de todo lo que está permitido y de lo que no debe pasar en los retenes. Gustavo Madero, coordinador panista, declaró su apoyo a dichos retenes, pero siempre que haya una reglamentación adecuada. No, pos sí. Y la nave va: Ejecutan a 44, dice la primera plana de La Jornada de ayer sábado. Y cunde el pánico en Morelos al difundirse un correo electrónico que anunciaba toque de queda, aconsejaba no salir a la calle de noche y no vestir de negro.

Muertos de miedo que acompañan a los muertos por las balas en la violenta guerra causante del problema de imagen de nuestro país. Amenaza de parálisis. Y a pesar de la comparecencia del secretario de la Defensa ante el Poder Legislativo, de haber intentado el general Galván aclarar lo dicho sobre la permanencia de las tropas en la calle durante los próximos diez años, se incorpora el miedo al método electoral importado de la España que gobernaba Aznar, el exiguo. De la España en la que el cadáver de Franco reaparece para exigir castigo a Baltasar Garzón, el juez que instruyó la causa contra los crímenes del franquismo durante la guerra civil. ¿A quién beneficia el miedo que ya llevó al IFE a enumerar distritos, secciones electorales en los que pudiera no haber condiciones de seguridad para celebrar elecciones?

Algo está podrido en la comarca. La cancillería y Gobernación anuncian jubilosamente que los habitantes de la Tierra, de todos los países del mundo, podrán entrar a México si disponen de una visa otorgada por el gobierno de Estados Unidos. La flamante secretaria de Turismo aplaude la medida, que permitirá contrarrestar el problema de imagen. El Cordero del señor, voz que proclama en San Lázaro siete-veces-siete períodos de vacas gordas; secretario de Hacienda que sin parpadear dijo desde esa denostada tribuna que hay en México hoy la mitad de los pobres que había en 1995: sonrisas de inconmensurable satisfacción ante curules vacías.

Y Felipe Calderón viaja al norte a participar en una Cumbre sobre Seguridad Nuclear a la que convocó Barack Obama. Ni una palabra en el aparato oficial de la comunicación instantánea, de la apertura infinita, de la difusión de la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad; ni una línea en los medios de la democracia sin adjetivos y la transición en presente perpetuo, acerca de Alfonso García Robles. Nada de la desnuclearización de América Latina; del tratado firmado en 1965 que proscribió las armas nucleares en territorios de la América nuestra. El mexicano Alfonso García Robles recibió en 1982, junto a la sueca Alva Myrdal, el Premio Nobel de la Paz. Y despachó en la cancillería de Tlatelolco, sede de la firma del tratado que lleva ese nombre. Plaza de las tres culturas, de la sangre derramada en octubre del 68. Y de la desmemoria.

Como la incuria y desfachatez de la clerigalla de nuestro pobre México que culpa a los libros de texto de la SEP de las vilezas de curas, monseñores y obispos que abusan sexualmente de niños; del crimen de pederastia y del encubrimiento de la Iglesia, de la institución misma, de los servidores del vicario de Cristo en el Vaticano, en el Estado nacido con el acuerdo de Letrán con Benito Mussolini. Discreta, casi tímidamente respondió el secretario de Educación Pública. Frente al despropósito del obispo Felipe Arizmendi: siempre hemos estado contra la información genital que tienen los libros oficiales, diría Alonso Lujambio que la dependencia a su cargo está obligada a informar a los niños de quinto y sexto de primaria sobre su anatomía y los cambios que el crecimiento produce en ellos.

Y tal vez, a reconocer que tenía razón Galileo Galilei: Y sin embargo, se mueve. Como la levedad de lealtades temporaleras en la alternancia, engendros del arribismo y del revisionismo sexenal del priato tardío. El secretario de Educación es enlistado entre los aspirantes del PAN a la sucesión presidencial. Y, según los rumorólogos, entre los allegados a la maestra milagrosa, Elba Esther Gordillo, presidenta del SNTE, cuyo secretario general, Rafael Ochoa, declaró: Es lamentable que Alonso Lujambio no conozca cuántos maestros y comisionados hay en el país. Si ignora datos tan elementales quiere decir que tenemos un improvisado al frente de una dependencia estratégica para la nación. Fuego amigo, dirán los posmodernos. Sintaxis y sindéresis son polvos de aquellos lodos.

De ahí que el PRD anuncie que ya tiene 11 de los 12 aspirantes a gobernador que contenderán en las elecciones de este año. 13 a la mesa. Aunque el decimotercero, Manuel Camacho, cena y se va. Lo esperan Marcelo Ebrard y volver a buscar la silla presidencial, interpósita persona, para demostrarse a sí mismo que se equivoca la sabiduría proverbial de quienes dicen que pájaro con el ala rota no vuelve a volar. Las vueltas del tiempo le permiten decir que la izquierda aliada con el PAN podrá derrotar al PRI. En coalición y con candidatos que ya fueron derrotados en el mismo empeño, en los mismos lugares. Puros ases en su baraja: juntos liquidarán el poder de designar sucesor, clave del caciquismo del PRI. Como pasó en Nayarit, digamos, donde Antonio Echevarría quiso, pero no pudo, imponer a su propia esposa.

No hay margen para fantasías donde el desempleo, la pobreza, el hambre, la violencia de la guerra contra el crimen organizado, multiplican sus víctimas y ofrecen sumar diez años más a los diez de desastres transcurridos bajo la mano torpe y dura de la derecha confesional, de los polkos posmodernos que se vanaglorian del libre acceso al país de quien tenga visa expedida por Estados Unidos. Las encuestas anticipan derrotas en toda la línea para el PAN, partido en el gobierno. Y para colmo, Vicente Fox anuncia que vuelve a la lid para apoyar a Xóchitl Gálvez en Hidalgo.

13 doctorados honoris causa otorgó hace unos días la Universidad Nacional Autónoma de México. Variopinto, el notable grupo incluye a Ramón Xirau, a Carlos Monsiváis, a Noam Chomsky. 13 a la mesa. Uno de ellos, Chomsky, diría el 13 de abril de 2010, en Madison, en la Universidad de Wisconsin: Soy lo bastante viejo para haber oído algunos de los discursos de Hitler por la radio; y tengo en la memoria la textura, el tono de las aclamaciones de las hordas; y tengo el terrible sentimiento de las oscuras nubes del fascismo acumulándose aquí en nuestra casa.

En la nuestra, el miedo incuba el huevo de la serpiente.




The Beatles - Don't let me down - Live - Subtitulado en Español

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