Monday, September 22, 2008



j. jesús esquivel Washington (apro)- La crisis económica y el derrumbe del mercado bursátil que azotan a Estados Unidos, pueden ser el factor decisivo en las elecciones presidenciales del 4 de noviembre y hasta la clave para un triunfo sólido de Barack Obama el candidato del Partido Demócrata.

La intervención gubernamental en el mercado bursátil que ocurrió la semana pasada para evitar una catástrofe financiera de largo plazo, agudizo el declive macroeconómico de Estados Unidos y con ello se incremento la percepción entre los electores de que hace falta un cambio ideológico en el gobierno federal.

Pese a la irrefutable debacle económica que se intensificó el pasado lunes 15 de septiembre cuando el gobierno federal decidió emitir un línea de crédito por 85 mil millones de dólares a la firma aseguradora AIG, causando la caída en las bolsas de valores de todo el mundo; John McCain el candidato presidencial del Partido Republicano, se atrevió a decir que las bases económicas del país estaban sólidas y que el se oponía a que el gobierno federal usara el dinero del erario para rescatar a los inversionistas de Wall Street.

Con su declaración McCain no solo demostró una ignorancia en política económica sino que también confirmó lo que dice la campaña de Obama: que el candidato republicano vive en un mundo de privilegios económicos que lo mantienen desconectado de la realidad del resto de la población estadunidense.

El error de McCain fue inmediatamente aprovechado por los demócratas. Una hora después de que hablara McCain, Joe Biden, el candidato demócrata a la vicepresidencia, ya estaba criticando al abanderado presidencial republicano presentándolo como un hombre desconectado de la realidad y que no entiende ni conoce los problemas mas importantes que enfrenta el electorado.

Con una sociedad sumida en una crisis económica por el alto costo de los combustibles, la depreciación de los bienes raíces, la crisis hipotecaria y una elevada tasa de inflación y desempleo; las palabras de McCain tuvieron un efecto políticamente importante para Obama y Biden, la dupla presidencial demócrata.

Después de los ataques de Biden, McCain intentó corregir su argumento explicando que para el las bases económicas son el potencial laboral de los estadunidenses.

El candidato presidencial también cambio de posición respecto al rescate financiero de Wall Street y 24 horas después de haberse opuesto a la línea de crédito que se emitió a AIG, se pronuncio a favor de la medida, agregando que si gana la presidencia el creara una especie de agencia federal para supervisar el mercado bursátil e intervenir antes de llegar a una catástrofe como la que se vive ahora en el mercado bursátil de Nueva York.

El intento de McCain por corregir su ignorancia macroeconómica fue además de un acto desesperado, una reacción demasiado tardía; el daño ya estaba hecho. A menos de una semana de que las encuestas sobre la tendencia electoral para las elecciones presidenciales colocaran a McCain con una ventaja de 4 puntos porcentuales frente Obama, la crisis económica que se profundizó con la debacle del mercado bursátil revirtió el rumbo de los sondeos que nuevamente colocaron a Obama como el candidato favorito para ganar los comicios del 4 de noviembre.

La lectura de los electores a la ignorancia y errores de McCain en política económica, fue que si a el le dan su voto y le entregan la presidencia, la situación financiera en el país seguirá siendo la misma porque el comulga con las mismas políticas del presidente George W. Bush, que han dado como resultado la crisis.

La formula de McCain para reconstruir el rumbo económico de Estados Unidos es con un recorte indiscriminado de impuestos a la clase mas pudiente, que es exactamente la misma fórmula que se ha venido implementando en el gobierno de Bush y que en su totalidad es rechazada por la sociedad estadunidense.

Está demostrado que los electores eligen como presidente al candidato que les ofrece las mejores opciones económicas, los estadunidenses votan con el bolsillo, la excepción a esta regla ocurrió hace 4 años cuando los votantes reaccionaron a favor de Bush por el temor a un nuevo ataque terrorista.

De acuerdo a las nuevas encuestas, los electores ven a Obama como el candidato más capacitado para resolver los problemas económicos, pero el demócrata debe capitalizar esta percepción construyendo su campaña con base en los problemas económicos y mantener el ataque a McCain en este flanco.

De ahí que Obama tiene una gran oportunidad electoral con el primero de los tres debates presidenciales, el del próximo viernes 26 de septiembre en el que el tema de discusión será la economía y los problemas nacionales.

Si en el debate Obama se anota una contundente victoria y los periódicos y los medios de comunicación electrónica difunden la derrota de McCain, los estadunidenses que aun no eligen candidato podrían favorecer al demócrata.

Lo que esta claro es que si la crisis económica se profundiza, Obama tiene más oportunidad de conseguir una victoria presidencial, incluso con un margen muy holgado. Pero si Obama no aprovecha la ignorancia y errores de McCain y le permite al republicano recuperar el terreno perdido en las encuestas, el resultado de los comicios de noviembre será muy cerrado y con una tendencia favorable para el candidato del partido del presidente Bush; aunque por un solo factor: el racial.

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