Monday, March 02, 2009


¿Qué hacer?: la gran pregunta en la economía mundial

Susana Lee


Susan.ll@granma.cip.cu

Esta tarde dará inicio el XI Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo que cada año, desde 1999, ha concitado el interés y multiplicado la capacidad de reunir en La Habana a prominentes ideólogos del pensamiento económico-social, en el empeño, no solo de escudriñar causas y consecuencias de las crisis que se han sucedido vertiginosamente a partir de la década de los 90 del siglo pasado hasta desembocar en la global que vivimos hoy, sino, sobre todo, de encontrar respuesta a la gran pregunta: ¿Qué hacer para impulsar el desarrollo en condiciones de globalización?

El Comandante en Jefe Fidel Castro ha sido, desde la creación de estos encuentros, un activo participante.

La idea surgió en 1998 durante las sesiones del Evento Internacional Economía’98, organizado por la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba. Fidel participaba activamente en sus análisis y argumentó la imperiosa necesidad de que los economistas, obligados por la época que se vivía —y se vive— a ser políticos y los políticos a convertirse en economistas, examinaran a fondo la crisis económica global que premonitoriamente auguró se produciría, mucho peor que la del año 1929.

De entonces a la fecha, el conocido como evento de Globalización se ha convertido en escenario imprescindible para que estudiosos de estos temas, sin distinción de tendencias, debatan con amplitud, franqueza y respeto, acerca de la crisis económica mundial.

La idea de estos análisis surgió en 1998 durante las sesiones del Evento Internacional de Economía.

Fidel ha participado activamente en la mayoría de ellos, y en todos, de una manera u otra, se ha hecho sentir su presencia. Todavía, a pesar del decenio transcurrido y porque el escenario mundial, lejos de aminorar sus complejidades, se ha agravado, resuenan sus palabras de clausura del I Encuentro, pronunciadas en lenguaje cablegráfico, como él las calificara, y vale la pena recordar algunas de las ideas expresadas por su renovada vigencia:

"Mis convicciones más profundas: la increíble e inédita globalización que nos ocupa, es un producto del desarrollo histórico; un fruto de la civilización humana; se alcanzó en un brevísimo periodo de no más de tres mil años en la larga vida de nuestros antecesores sobre el planeta. Eran ya una especie completamente evolucionada. El hombre actual no es más inteligente que Pericles, Platón o Aristóteles, aunque no sabemos todavía si suficientemente inteligente para resolver los complejísimos problemas de hoy. Estamos apostando a que puede lograrlo. Sobre eso ha tratado nuestra reunión.

"Una pregunta: ¿se trata de un proceso reversible? Mi respuesta, la que me doy a mí mismo, es: no.

"¿Qué tipo de globalización tenemos hoy? Una globalización neoliberal; así la llamamos muchos de nosotros. ¿Es sostenible? No. ¿Podrá subsistir mucho tiempo? Absolutamente no. ¿Cuestión de siglos? Categóricamente no. ¿Durará solo décadas? Sí, solo décadas. Pero más temprano que tarde tendrá que dejar de existir.

"¿Me creo acaso una especie de profeta o adivino? No. ¿Conozco mucho de economía? No. Casi absolutamente nada. Para afirmar lo que dije basta saber sumar, restar, multiplicar y dividir. Eso lo aprenden los niños en la primaria.

"¿Cómo se va a producir la transición? No lo sabemos. ¿Mediante amplias revoluciones violentas o grandes guerras? Parece improbable, irracional y suicida. ¿Mediante profundas y catastróficas crisis? Desgraciadamente es lo más probable, casi, casi, inevitable, y transcurrirá por muy diversas vías y formas de lucha.

"¿Qué tipo de globalización será? No podría ser otra que solidaria, socialista, comunista, o como ustedes quieran llamarla.

"¿Dispone de mucho tiempo la naturaleza, y con ella la especie humana, para sobrevivir la ausencia de un cambio semejante? De muy poco. ¿Quiénes serán los creadores de ese nuevo mundo? Los hombres y mujeres que pueblan nuestro planeta.

"¿Cuáles serán las armas esenciales? Las ideas; las conciencias. ¿Quiénes las sembrarán, cultivarán y harán invencibles? Ustedes. ¿Se trata de una utopía, un sueño más entre tantos otros? No, porque es objetivamente inevitable y no existe alternativa. Ya fue soñado no hace tanto tiempo, solo que tal vez prematuramente. Como dijo el más iluminado de los hijos de esta isla, José Martí: ‘Los sueños de hoy serán las realidades de mañana.’"

De entonces a la fecha, cada edición elevó el nivel científico y la polémica, con la presencia cada vez mayor de representantes de organismos y personalidades defensores de unas y otras escuelas del pensamiento económico, lo que evidenció la necesidad insoslayable del examen y la confrontación periódicos por la naturaleza cambiante de los fenómenos y el surgimiento de nuevas problemáticas en la economía mundial.

Si no fueran suficientes estos argumentos, bastaría pasar revista a los acontecimientos del último año que, arrastrados por los avatares de la crisis económica y financiera en los Estados Unidos y el vertiginoso incremento de los precios de los productos básicos, provocan un saldo escalofriante en el mundo, no solo en los países más pobres sino, incluso, en los desarrollados, para voltear la atención esta semana hacia Globalización 2009 y seguir el curso de sus deliberaciones.

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