Monday, June 29, 2009


Hace tres años se inició la investigación que hizo caer en desgracia a varios funcionarios

El entonces vicepresidente habló de un liderazgo de fósiles y dinosaurios


La Habana, 28 de junio. La investigación que derribó a las figuras más conocidas de la nueva generación de dirigentes cubanos estalló con un anónimo que llegó a Raúl Castro hace tres años, según los videos que a manera de informe se están exhibiendo a puerta cerrada.



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La vigilancia sobre otros funcionarios guió la investigación hacia Felipe Pérez RoqueFoto Carlos Ramos Mamahua
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Carlos Lage fue acusado de deshonesto por Raúl Castro el 2 de marzo. Imágenes de archivoFoto Notimex
Gerardo Arreola
Corresponsal

Según personas que han visto las filmaciones y las han relatado a La Jornada, el anónimo reportaba que el médico Raúl Castellanos Lage, asesor del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular y primo del entonces vicepresidente Carlos Lage, se hacía notar por sus constantes y virulentas críticas al gobierno.

Muchos anónimos llegan y muchos se desechan, dijo Castro en la reunión de alto nivel del 2 de marzo pasado, que concluyó con la destitución de Lage y otros funcionarios. Pero el mandatario recuerda que decidió ordenar que siguieran a Castellanos.

Los videos se basan en la investigación de la Seguridad del Estado (Operación Medusa), que a su vez está integrada con filmaciones, fotografías y grabaciones directas y telefónicas. Se exhiben a personal del gobierno y de las fuerzas armadas y a militantes del Partido Comunista de Cuba (PCC) y de su rama juvenil.

Castellanos había trabajado en los años 80 del siglo pasado con Carlos Aldana, el que fuera poderoso jefe de asuntos ideológicos e internacionales del PCC, número tres de la dirigencia y que cayó en desgracia en 1992.

Según relataron las fuentes, el informe mostró que la vigilancia de Castellanos reveló rápidamente la relación que tenía con Conrado Hernández, un amigo de Lage de toda la vida y segunda pieza del caso.

Hernández también llamaba la atención, al moverse en los círculos oficiales con gran soltura. Usando el nombre de Lage presionaba para obtener información confidencial más allá de la razonable para su ocupación de representante comercial del gobierno del País Vasco.

Un hecho fortuito puso bajo los reflectores, además, a Carlos Valenciaga, jefe de despacho de Fidel Castro desde 1999.

Según las fuentes, el 16 de septiembre de 2006 Valenciaga celebró su cumpleaños en un salón del Palacio de la Revolución, cerca de donde el líder cubano pasaba la fase más aguda de la enfermedad que terminó por alejarlo de la actividad pública.

La vigilancia sobre Castellanos, Hernández y Valenciaga, activada con diferencia de meses, condujo a Lage y a otros allegados, como el canciller Felipe Pérez Roque, el vicepresidente del Consejo de Ministros Otto Rivero y el jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del PCC, Fernando Remírez.

De acuerdo con los relatos, Hernández aparece filmado y con audio en la zona al aire libre del restaurante El Templete, el más popular entre los círculos diplomáticos y empresariales de La Habana, concertando su colaboración con un funcionario del Centro Nacional de Información (CNI), el servicio español de inteligencia.

Consultadas por este diario en dos ocasiones en los pasados dos meses, fuentes diplomáticas españolas han rechazado esa vinculación, aunque Madrid anunció el mes pasado el relevo del personal del CNI en La Habana.

Hernández fue detenido el 14 de febrero pasado en el aeropuerto, cuando salía para España, presuntamente con informes sobre la evaluación cubana del proceso electoral vasco que culminaría el primero de marzo.

El 2 de marzo Raúl Castro acusa de deshonestos a Lage, Pérez Roque, Rivero y Remírez, por negarse a reconocer las imputaciones que les hacía el mandatario, antes de mostrar el material recopilado por la Seguridad del Estado.

Fuera del cargo contra Hernández, según las fuentes, el informe audiovisual sólo vincula datos con filmaciones y grabaciones. No concluye, sino sugiere.

Las inferencias posibles son las de que hubo deslealtad con la dirigencia histórica, influyentismo y privilegios que contradicen el discurso público de austeridad.

Castellanos fue grabado en su casa hablando con Lage el 24 de febrero de 2008, horas después de que Raúl fue electo jefe de Estado y de gobierno y José Ramón Machado Ventura quedó como segundo de a bordo.

Castellanos sugiere que bien se pudo dañar a Machado, cuando el ahora vicepresidente primero se sometió a una operación de arterias. El país lo iba a agradecer, agrega. Lage habla de un liderazgo de fósiles y dinosaurios.

El 2 de marzo de 2009 Raúl Castro informa que Castellanos acaba de ser detenido. Señala una mesa donde se apilan documentos, fotos y videos y dice que ahí están las pruebas de todo el caso, para quien quiera consultarlas.

Raúl habla con indignación de la fiesta de Valenciaga. Aparecen fotos del entonces secretario de Fidel Castro con gorra militar y una botella bajo la pelvis. En esa fiesta hubo obscenidades, dice el actual presidente cubano, recordando que mientras tanto su hermano estaba entre la vida y la muerte.

Los videos muestran la relación que mantenían los involucrados: viajes de Rivero y su esposa al País Vasco, auspiciados por Conrado; informes de Rivero a Conrado sobre inversiones; reuniones del grupo en la finca de Conrado, en la provincia de Matanzas, con comida y bebida muy fuera del alcance del cubano medio; un río desviado para beneficiar a la propiedad; informes políticos de Remírez a Conrado; un pasaporte diplomático que Pérez Roque le consigue en horas a Conrado, quien aparentemente llegó incluso a recibir reportes de la salud de Fidel Castro.

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