Siete periodistas asesinados
JOSé GIL OLMOS
MÉXICO, D.F., 29 de julio (apro).- Desde que el PAN conquistó la Presidencia de la República, en el 2000, han sido asesinados 53 periodistas. Tan sólo lo que va de este año siete comunicadores perdieron la vida. En ninguno de los casos los responsables han sido detenidos. Esta impunidad ha provocado que el país sea considerado el segundo más peligroso en el mundo para los periodistas, detrás de Irak.
En medio de la crisis que vive el país, hay cosas que se nos olvidan por la cotidianidad con que ocurren, pero no por ello dejan de ser graves porque refuerzan esta sensación de ingobernabilidad que existe entre la población desde hace unos años.
Una de estas cosas es la constante agresión que en todo el país sufren los periodistas, quienes realizan su trabajo en circunstancias de peligro, principalmente en algunas regiones donde el narcotráfico se ha adueñado de la población y de su gobierno.
La Fundación para la Libertad de Expresión (Fundalex) manifestó apenas hace unos días su "indignación y profunda preocupación" ante los hechos de violencia que continúan en contra de los periodistas mexicanos. El caso más reciente, el corresponsal en Acapulco de la cadena W Radio, Juan Daniel Martínez Gil.
Con esta muerte son ya siete los asesinatos de periodistas en lo que va del 2009. Los otros periodistas ejecutados este año son Luis Daniel Méndez Hernández, en el estado de Veracruz; Jean Paul Ibarra Ramírez, en Guerrero; Carlos Ortega Samper y Eliseo Barrón Laguna, en Durango; Ernesto Montañés Valdivia, en Chihuahua, y Martín Javier Miranda, en Michoacán.
Pero las agresiones contra los periodistas son muchas más. Ocurren en todo el país. Entre 2008 y el primer semestre de este año se registraron 365, una cada dos días, según un informe de la Fundación Buendía, elaborado por Omar Raúl Martínez.
La situación es sumamente preocupante si tomamos en cuenta los datos duros que dicha fundación proporcionó en una conferencia de prensa: Durante 2008 se registraron 223 agresiones directas e indirectas contra periodistas y medios informativos, incluidos 12 asesinatos. Mientras que hasta el 30 de junio de 2009, contabilizamos 142 actos contra el trabajo periodístico y cinco asesinatos.
Un mes después de este informe, ocurrieron dos asesinatos más de periodistas mexicanos.
Las cifras que proporcionó la fundación son abrumadoras y han llevado a considerar el periodo del 2008 al primer semestre de 2009 como el más violento y con mayor número de ataques contra el periodismo mexicano en tres lustros.
En los dos primeros años del gobierno del presidente Ernesto Zedillo fueron asesinados 6 periodistas e igual número en el mismo período de su sucesor Vicente Fox, mientras que en los dos primeros años del mandato de Felipe Calderón se ha registrado la muerte de 17 periodistas, puntualizó Martínez.
Las agresiones contra los informadores incluyen asesinatos (5%), ataques físicos (31%) y amenazas e intimidaciones (21%), entre otras. Los más afectados son los periodistas que se dedican a la cobertura de las fuentes policíacas con 46% y política, 38%, de acuerdo con el reporte de la Fundación Buendía.
El problema es que el gobierno de Calderón ve este hecho como un "daño colateral" dentro de su "guerra" contra el narcotráfico y no como una consecuencia de los errores de su estrategia de combate al crimen organizado basada en el uso del Ejército.
De ahí que no se vea un cambio favorable en esta situación de peligro para los informadores de todo el país, pero sobre todo aquellos que viven y trabajan en zonas donde el crimen organizado, especialmente el narcotráfico, se ha fundido con el gobierno, creando un imperio de impunidad y corrupción que difícilmente se terminará con más soldados que actúen como policías.
En medio de la crisis que vive el país, hay cosas que se nos olvidan por la cotidianidad con que ocurren, pero no por ello dejan de ser graves porque refuerzan esta sensación de ingobernabilidad que existe entre la población desde hace unos años.
Una de estas cosas es la constante agresión que en todo el país sufren los periodistas, quienes realizan su trabajo en circunstancias de peligro, principalmente en algunas regiones donde el narcotráfico se ha adueñado de la población y de su gobierno.
La Fundación para la Libertad de Expresión (Fundalex) manifestó apenas hace unos días su "indignación y profunda preocupación" ante los hechos de violencia que continúan en contra de los periodistas mexicanos. El caso más reciente, el corresponsal en Acapulco de la cadena W Radio, Juan Daniel Martínez Gil.
Con esta muerte son ya siete los asesinatos de periodistas en lo que va del 2009. Los otros periodistas ejecutados este año son Luis Daniel Méndez Hernández, en el estado de Veracruz; Jean Paul Ibarra Ramírez, en Guerrero; Carlos Ortega Samper y Eliseo Barrón Laguna, en Durango; Ernesto Montañés Valdivia, en Chihuahua, y Martín Javier Miranda, en Michoacán.
Pero las agresiones contra los periodistas son muchas más. Ocurren en todo el país. Entre 2008 y el primer semestre de este año se registraron 365, una cada dos días, según un informe de la Fundación Buendía, elaborado por Omar Raúl Martínez.
La situación es sumamente preocupante si tomamos en cuenta los datos duros que dicha fundación proporcionó en una conferencia de prensa: Durante 2008 se registraron 223 agresiones directas e indirectas contra periodistas y medios informativos, incluidos 12 asesinatos. Mientras que hasta el 30 de junio de 2009, contabilizamos 142 actos contra el trabajo periodístico y cinco asesinatos.
Un mes después de este informe, ocurrieron dos asesinatos más de periodistas mexicanos.
Las cifras que proporcionó la fundación son abrumadoras y han llevado a considerar el periodo del 2008 al primer semestre de 2009 como el más violento y con mayor número de ataques contra el periodismo mexicano en tres lustros.
En los dos primeros años del gobierno del presidente Ernesto Zedillo fueron asesinados 6 periodistas e igual número en el mismo período de su sucesor Vicente Fox, mientras que en los dos primeros años del mandato de Felipe Calderón se ha registrado la muerte de 17 periodistas, puntualizó Martínez.
Las agresiones contra los informadores incluyen asesinatos (5%), ataques físicos (31%) y amenazas e intimidaciones (21%), entre otras. Los más afectados son los periodistas que se dedican a la cobertura de las fuentes policíacas con 46% y política, 38%, de acuerdo con el reporte de la Fundación Buendía.
El problema es que el gobierno de Calderón ve este hecho como un "daño colateral" dentro de su "guerra" contra el narcotráfico y no como una consecuencia de los errores de su estrategia de combate al crimen organizado basada en el uso del Ejército.
De ahí que no se vea un cambio favorable en esta situación de peligro para los informadores de todo el país, pero sobre todo aquellos que viven y trabajan en zonas donde el crimen organizado, especialmente el narcotráfico, se ha fundido con el gobierno, creando un imperio de impunidad y corrupción que difícilmente se terminará con más soldados que actúen como policías.
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