Cuba: el regreso de los rusos
JUAN BALBOA
LA HABANA, 31 de julio (apro).- Estados Unidos ha empezado a tener otro gran dolor de cabeza con la presencia incontrolable de Rusia en países de América Latina, sobre todo en playas de Cuba y Venezuela.
Con gran sigilo, el pasado jueves 30 los exaliados de la Guerra Fría dieron un salto importante cuando las empresas petroleras Cupet y Zarubzhnieft, cubana y rusa, respectivamente, firmaron cuatro contratos para la exploración a riesgo en la zona económica exclusiva del Golfo de México, que pertenece a la isla.
El vicepresidente Igor Sechin encabezó una delegación de la Federación Rusa que viajó a la isla y firmó con Ricardo Cabrisas, vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, una serie de convenios de inversión en la agricultura cubana, mismos que complementarán los acordados entre los dos países en noviembre del año pasado.
Así, la presencia de Rusia en la isla se vuelve cada vez más importante, pues en dos años ha logrado consolidar su presencia política, económica y militar en el país gobernado por Raúl Castro, con la firma de los acuerdos de exploración y explotación de petróleo y níquel, y la construcción de gasoductos.
De acuerdo con información oficial, los dos países analizarán nuevos proyectos de cooperación en las esferas del transporte, energía, comunicaciones, educación, industria médico-farmacéutica, biotecnología, turismo y militar, sectores en los cuales existe un gran potencial para la cooperación y el intercambio.
Las industrias petroleras y bélicas son las dos prioridades de Rusia, no sólo en Cuba, sino en América Latina, dado que pretende explorar y explotar una zona económica exclusiva de 112 mil kilómetros cuadrados en el Golfo de México, misma que se dividió en 59 bloques de unos 2 mil kilómetros cuadrados
A principios de año, Cuba reveló que sus reservas petrolíferas en el Golfo de México se estimaban en más de 20 mil millones de barriles de petróleo, extraíbles en sus yacimientos marítimos.
Al respecto, Rafael Tenreyro-Pérez, gerente de exploración de la empresa estatal Cubapetróleo (Cupet), afirmó que el cálculo nacional de sus reservas es mayor del que posee Estados Unidos.
Desde 1999, la isla abrió a compañías extranjeras una zona económica exclusiva de 112 mil kilómetros cuadrados en el Golfo de México para la exploración petrolera, que se dividió en 59 bloques de aproximadamente 2 mil kilómetros cuadrados.
Y el director de Exploración y Producción de la Industria Petrolera Cubana confirmó que en los mares cubanos del Golfo de México --ubicado entre los bordes marinos con México y Estados Unidos-- se descubrió una nueva provincia petrolera que no ha sido perforada ni tocada y que tiene el mismo potencial petrolero de yacimientos como el de Cantarel, en México.
Según estudios de Cubapetróleo, las condiciones de la nueva zona petrolera en el Golfo son muy parecidas a las principales regiones que producen petróleo en México.
Así mismo, señaló que existen elementos análogos con regiones de petróleo en países vecinos: Poza Rica, en México, y Texas y Louisiana, en Estados Unidos.
Pero sobre todo, precisó, existen similitudes con cuencas al norte, continuación de la zona de producción de petróleo de aguas profundas en Estados Unidos y el cinturón al este de México.
La nueva provincia petrolera cubana tiene características geológicas similares a países como México, Arabia Saudita, naciones del Oriente Medio e Irán, donde, según Tenreyro, se encuentra el 70% de las reservas mundiales de petróleo.
Así, la zona exclusiva marítima de Cuba en el Golfo de México se ha convertido en el tesoro de empresas petroleras de Vietnam, Francia, España, India, Venezuela, Noruega, Brasil y Rusia.
Y el tesoro que Rusia reencontró en Cuba no sólo es hidrocarburo. El país que preside Dmitry Medvédev quiere dejar a un lado las diferencias ideológicas del pasado y retomar su alianza estratégica con la isla, consolidar su presencia en América Latina y arrancarle a Estados Unidos el mercado bélico de la región.
Los rusos lo hacen público cada vez que les es posible cuando afirman que "Cuba es un socio clave en América Latina". Y desde esta isla, que los rusos abandonaron hace 15 años, se ha empezado a gestar la escalada diplomática (de lo que fue la Unión Soviética) más importante en toda su historia en América Latina.
Venezuela, en tanto, se ha colocado como el primer país que hizo pública la compra de armamento ruso, al informar que el año pasado adquirió armas por un valor de 4 mil 400 millones de dólares.
Por su lado, Brasil, con una industria militar pujante, se interesa por los cazas rusos Su-35 y solicita asistencia tecnológica para la construcción de submarinos.
Y Cuba reactivará su colaboración en la esfera militar, primordialmente en la táctica de defensa aérea y en el entrenamiento de soldados.
Tanto Rusia como Cuba no han descartado la posibilidad de estrategias de defensa antimisiles, de acuerdo con fuentes de la embajada de Rusia en La Habana.
Pero el balance realizado por la Armada rusa es aún más festivo, dado que califica de un gran "éxito" la fase activa de la Operación Combinada Venrus 2008, realizada a fines del año pasado.
Cabe recordar que una escuadra de la Flota rusa del Norte, liderada por el crucero lanzamisiles "Pedro el Grande", surcó por primera vez los mares de Cuba en noviembre pasado.
Luego, el buque antisubmarino "Almirante Chabanenko" se quedó cinco días (del 5 al 10 de diciembre de 2008) en Panamá, antes de llegar a Cuba. Este submarino es uno de los más modernos de la Armada rusa, dado que está provisto de misiles antibuque Moskit y sistemas de defensa antiaérea.
El ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, ha declarado que Rusia y los países latinoamericanos son aliados naturales en la creación de un nuevo orden mundial más seguro y justo, y en la solución de los problemas clave de actualidad, con base en el apego común a las normas fundamentales de Derecho Internacional.
Y, con ello, Estados Unidos tiene en su patio trasero a un visitante incómodo.
Con gran sigilo, el pasado jueves 30 los exaliados de la Guerra Fría dieron un salto importante cuando las empresas petroleras Cupet y Zarubzhnieft, cubana y rusa, respectivamente, firmaron cuatro contratos para la exploración a riesgo en la zona económica exclusiva del Golfo de México, que pertenece a la isla.
El vicepresidente Igor Sechin encabezó una delegación de la Federación Rusa que viajó a la isla y firmó con Ricardo Cabrisas, vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, una serie de convenios de inversión en la agricultura cubana, mismos que complementarán los acordados entre los dos países en noviembre del año pasado.
Así, la presencia de Rusia en la isla se vuelve cada vez más importante, pues en dos años ha logrado consolidar su presencia política, económica y militar en el país gobernado por Raúl Castro, con la firma de los acuerdos de exploración y explotación de petróleo y níquel, y la construcción de gasoductos.
De acuerdo con información oficial, los dos países analizarán nuevos proyectos de cooperación en las esferas del transporte, energía, comunicaciones, educación, industria médico-farmacéutica, biotecnología, turismo y militar, sectores en los cuales existe un gran potencial para la cooperación y el intercambio.
Las industrias petroleras y bélicas son las dos prioridades de Rusia, no sólo en Cuba, sino en América Latina, dado que pretende explorar y explotar una zona económica exclusiva de 112 mil kilómetros cuadrados en el Golfo de México, misma que se dividió en 59 bloques de unos 2 mil kilómetros cuadrados
A principios de año, Cuba reveló que sus reservas petrolíferas en el Golfo de México se estimaban en más de 20 mil millones de barriles de petróleo, extraíbles en sus yacimientos marítimos.
Al respecto, Rafael Tenreyro-Pérez, gerente de exploración de la empresa estatal Cubapetróleo (Cupet), afirmó que el cálculo nacional de sus reservas es mayor del que posee Estados Unidos.
Desde 1999, la isla abrió a compañías extranjeras una zona económica exclusiva de 112 mil kilómetros cuadrados en el Golfo de México para la exploración petrolera, que se dividió en 59 bloques de aproximadamente 2 mil kilómetros cuadrados.
Y el director de Exploración y Producción de la Industria Petrolera Cubana confirmó que en los mares cubanos del Golfo de México --ubicado entre los bordes marinos con México y Estados Unidos-- se descubrió una nueva provincia petrolera que no ha sido perforada ni tocada y que tiene el mismo potencial petrolero de yacimientos como el de Cantarel, en México.
Según estudios de Cubapetróleo, las condiciones de la nueva zona petrolera en el Golfo son muy parecidas a las principales regiones que producen petróleo en México.
Así mismo, señaló que existen elementos análogos con regiones de petróleo en países vecinos: Poza Rica, en México, y Texas y Louisiana, en Estados Unidos.
Pero sobre todo, precisó, existen similitudes con cuencas al norte, continuación de la zona de producción de petróleo de aguas profundas en Estados Unidos y el cinturón al este de México.
La nueva provincia petrolera cubana tiene características geológicas similares a países como México, Arabia Saudita, naciones del Oriente Medio e Irán, donde, según Tenreyro, se encuentra el 70% de las reservas mundiales de petróleo.
Así, la zona exclusiva marítima de Cuba en el Golfo de México se ha convertido en el tesoro de empresas petroleras de Vietnam, Francia, España, India, Venezuela, Noruega, Brasil y Rusia.
Y el tesoro que Rusia reencontró en Cuba no sólo es hidrocarburo. El país que preside Dmitry Medvédev quiere dejar a un lado las diferencias ideológicas del pasado y retomar su alianza estratégica con la isla, consolidar su presencia en América Latina y arrancarle a Estados Unidos el mercado bélico de la región.
Los rusos lo hacen público cada vez que les es posible cuando afirman que "Cuba es un socio clave en América Latina". Y desde esta isla, que los rusos abandonaron hace 15 años, se ha empezado a gestar la escalada diplomática (de lo que fue la Unión Soviética) más importante en toda su historia en América Latina.
Venezuela, en tanto, se ha colocado como el primer país que hizo pública la compra de armamento ruso, al informar que el año pasado adquirió armas por un valor de 4 mil 400 millones de dólares.
Por su lado, Brasil, con una industria militar pujante, se interesa por los cazas rusos Su-35 y solicita asistencia tecnológica para la construcción de submarinos.
Y Cuba reactivará su colaboración en la esfera militar, primordialmente en la táctica de defensa aérea y en el entrenamiento de soldados.
Tanto Rusia como Cuba no han descartado la posibilidad de estrategias de defensa antimisiles, de acuerdo con fuentes de la embajada de Rusia en La Habana.
Pero el balance realizado por la Armada rusa es aún más festivo, dado que califica de un gran "éxito" la fase activa de la Operación Combinada Venrus 2008, realizada a fines del año pasado.
Cabe recordar que una escuadra de la Flota rusa del Norte, liderada por el crucero lanzamisiles "Pedro el Grande", surcó por primera vez los mares de Cuba en noviembre pasado.
Luego, el buque antisubmarino "Almirante Chabanenko" se quedó cinco días (del 5 al 10 de diciembre de 2008) en Panamá, antes de llegar a Cuba. Este submarino es uno de los más modernos de la Armada rusa, dado que está provisto de misiles antibuque Moskit y sistemas de defensa antiaérea.
El ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, ha declarado que Rusia y los países latinoamericanos son aliados naturales en la creación de un nuevo orden mundial más seguro y justo, y en la solución de los problemas clave de actualidad, con base en el apego común a las normas fundamentales de Derecho Internacional.
Y, con ello, Estados Unidos tiene en su patio trasero a un visitante incómodo.
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