Uso electoral del narco
Salvamento de perdidos
Granada en Aguascalientes
Javier A-Guille, sin Iniciativa
Por malicia natural, o porque a sus haberes han agregado la visión política, pero cada vez son más los detalles operativos de segmentos de la alta delincuencia que denotan intencionalidades que van más allá de la nota roja y se inscriben en planos netamente políticos. Por ejemplo: la hasta ahora inexplicada desaparición de Diego Fernández de Cevallos tuvo un impacto internacional, favoreció el reacomodo del calderonismo en el consejo nacional del PAN, descalificó a opositores de por sí desgastados como Manuel Espino y ha alentado versiones contradictorias respecto de eventuales maquinaciones que usarían el secuestro del llamado Jefe para promoverlo como estandarte contra los cárteles delictivos que no tienen bufete jurídico dorado (una reaparición combativamente declarante sería ideal antes de las elecciones del mes próximo) o, en sentido inverso, para quitar del camino a un adversario odiado que pretendía disputarle a Los Pinos la candidatura presidencial de 2012 que en el PAN sigue siendo asunto intencionalmente raquítico. No debería asombrar, en realidad, que el análisis y la intencionalidad política hayan sido agregados al menú de comportamiento de grupos dedicados al comercio de las drogas, pues eso ha sucedido en varios países de Latinoamérica, y en México basta con ver el nivel profesional de muchos de quienes han sido arrojados por el desempleo a las redes del narco diversificado en cuanto a rubros empresariales y formas de defensa de sus intereses.
Pero, hasta ahora, lo delincuencial sólo había mostrado su fusión casi pleonástica con lo político en cuanto a postulación de candidatos, amenazas a opositores a esos narcodesignios, financiamiento de campañas y exigencia de cuotas en gabinetes, sobre todo en las áreas de seguridad pública, obras públicas y tesorerías o secretarías de finanzas, y de lealtades legislativas en las cámaras donde no se generan iniciativas ni se votan favorablemente promociones que afecten los intereses de los nuevos jefes políticos clandestinos. Ayer, sin embargo, en Aguascalientes hubo un acercamiento a las nuevas formas de presión de esos cárteles, con una granada que fue arrojada contra bodegas del Instituto Estatal Electoral donde se guardan las boletas que se utilizarán en los próximos comicios. No se necesitan grandes esfuerzos de imaginación para avizorar lo que podrá suceder este julio venidero si esos grupos de retadora criminalidad deciden actuar contra los procesos estatales, inyectando miedo a los ciudadanos para que no cumplan tareas de funcionarios electorales, promoviendo toques de queda virtuales y atacando puntos sensibles del ciclo electoral que no puedan ser totalmente vigilados por el Ejército.
Las preocupaciones pueden ser mayores si se atiende a una realidad básica de la actual conformación de poderes a partir del narcotráfico: todas las fuerzas institucionales están dominadas (total o parcialmente, en pugna interna o con aparente discreción, en las élites o en las bases, siempre en combinaciones múltiples) por alguno de los cárteles contendientes que a su vez obedecen instrucciones de sus piezas claves en el tablero político que entre otros usos les asignan los de amagar, cobrar, desplazar y exterminar. El panismo por ello demanda que en los próximos comicios estatales las fuerzas policiales de cada entidad sean acuarteladas y que el control de los incidentes esté a cargo de las corporaciones federales: no puede ser más explícita la confesión de que el escenario de la guerra
contra el narcotráfico ha sido trasladado al de las elecciones. Esa extensión
bélica proviene y se retroalimenta de la relación de poderes políticos con el negocio de las drogas; la narcopolítica en pleno.
Astillas
Ayer quedó en difícil situación el fascistoide plan propagandístico que pretende convencer a los mexicanos de que con un cambio de actitud
pueden resolverse problemas históricos. Dado que se amarró a lo futbolístico, el proyecto de engatusamiento mediático denominado Iniciativa México va corriendo la misma suerte adversa que los pateadores de balones que ayer pasaron de la misma manera mediocre de siempre a una etapa más del torneo mundial que se realiza en Sudáfrica. La cantaleta cívico-patriótica
de Javier Aguirre, tan groseramente recetada a los televidentes en los comerciales de la mencionada Iniciativa Privada México, quedó muy estropeada a partir de la derrota frente a Uruguay. El presunto nuevo salvador electrónico de la patria (a quien algunos han rebautizado como Javier A-Guille) mostró frente a Uruguay facetas negativas (necedad, amiguismo, ejercicio despótico del poder y oídos sordos a las críticas) que había dado por extinguidas en sus peroratas de superación personal por televisión. El sueño inducido, y comercialmente muy bien logrado, se topará este domingo con la aplastante Argentina. Con un muy buen equipo a su cargo, el Franco Aguirre, es decir, el Vasco Guille, bueno, como se llame ese director técnico, se esmeró en promover ilusiones de grandeza que ayer tuvieron una triste confrontación con la realidad… Juan Molinar Horcasitas ha sido empujado por el propio PAN a los asomos de un juicio político por el caso ABC, aun cuando el representante del partido en el poder
ahora trate de echarse atrás, arguyendo que su aprobación al análisis de posibilidades de ese juicio estaba condicionada a que abarcara a priístas involucrados en situaciones de similar riesgo de castigo público… Quemaduras de tercer grado político, de las que ponen en riesgo la vida electoral, se ha causado por propia voluntad el bonzo yucateco Emilio Gamboa Patrón al anunciar que mete las manos al fuego por Ulises Ruiz y Fidel Herrera… Y, mientras Calderón sigue considerando que una forma de celebrar el bicentenario es mediante regatas como la que estos días recibirá en Veracruz, ¡hasta mañana, con policías de Arizona reportando presuntas amenazas de narcos, que habrían huido a México, por decomisos de droga!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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