La decisión de relevar a Santiago Creel como coordinador de los senadores panistas causó el efecto de una implosión en el seno del PAN. Puestas al descubierto, inocultables ya, las desavenencias entre los legisladores y los dirigentes del blanquiazul no sólo ponen al borde de la crisis a esta organización derechista, sino que están descarrilando la reforma energética del presidente Calderón.
La decisión de relevar a Santiago Creel como coordinador de los senadores panistas causó el efecto de una implosión en el seno del PAN
Jenaro Villamil / PROCESO
MÉXICO, D.F., 15 DE JUNIO/ La reforma energética del gobierno de Felipe Calderón se descarriló la semana pasada tras la abrupta remoción de Santiago Creel como coordinador de los senadores del PAN.
Este hecho se suma a la presión desatada por la consulta ciudadana del próximo 27 de julio y a la confirmación de que los tiempos legislativos y políticos no son adecuados para que las bancadas, en especial las del PRI y las del Frente Amplio Progresista, acepten discutir y aprobar esa reforma antes del informe presidencial del 1 septiembre.
Los plazos son fatales para la reforma. Ésta no podrá aprobarse antes del 22 de julio, fecha en la que culminarán los foros de debate en el Senado, ni antes del 27 de julio, cuando se realice la consulta ciudadana en la Ciudad de México, pero tampoco en un período extraordinario en agosto, pese a la opinión de los legisladores del PRI.
Para los distintos actores legislativos consultados por Proceso, la discusión se extenderá hasta el período ordinario de septiembre y con una “alta probabilidad” de que el tema energético se empalme con el inicio formal del proceso electoral federal de 2009 en octubre próximo. Y todas las encuestas revelan que este tema puede afectar electoralmente al PAN.
El primer indicio de crisis se produjo en la tarde del lunes 9. De manera abrupta, el dirigente nacional del PAN, Germán Martínez, le informó a Santiago Creel que lo destituía como coordinador de los 52 senadores del PAN. El argumento: que con esta medida se “relanzaba” la reforma petrolera y se preparaba el partido para la contienda electoral de 2009.
Germán Martínez quiso ofrecerle un “intercambio” a Creel: dejarlo en la presidencia del Senado a cambio de que el senador chihuahuense Gustavo Madero lo relevara en la coordinación. Creel le respondió que esa no era facultad del presidente del PAN, sino del pleno del Senado y que duraría en su encargo hasta el 31 de agosto.
A pesar de la larga historia de desencuentros y diferencias entre Creel y el equipo calderonista, la medida sorprendió a los propios coordinadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y del PRD, Carlos Navarrete, porque en ese momento negociaban con Creel la realización del próximo período ordinario, previsto para el jueves 19, así como la construcción de una “tercera vía” o un método legislativo para replantear los puntos más rechazados y criticados de la reforma energética presidencial.
A lo largo de los 10 debates realizados en la casona de Xicoténcatl ha quedado claro que no se cuenta con los votos necesarios para aprobar la “maquila” en refinación, la exploración en aguas profundas ni la apertura privada en materia de petroquímica, transporte y almacenamiento de hidrocarburos.
“Es una medida de cierta desesperación para reencarrilar la iniciativa. Calderón cree que cambiando al coordinador van a ser más eficientes en la defensa de su reforma. Sin embargo, el problema no está en el Senado ni la eficacia o no de los legisladores del PAN. El problema es el contenido de las iniciativas”, afirma Carlos Navarrete.
Entrevistado por Proceso poco después de conocerse el cese de Creel, Navarrete criticó las medidas gubernamentales:
“El presidente Calderón no está leyendo bien a la opinión pública. No van a poder frenarnos ante la posibilidad de la consulta ciudadana. No van a poder reencarrilar la propuesta. Hasta mediados de agosto no podrán sacar una reforma y el PRI está a punto de definir si se van hasta septiembre para discutir las iniciativas”.
Manlio Fabio Beltrones, coordinador de la bancada del PRI y presidente de la Junta de Coordinación Política, advirtió el mismo día del relevo en la coordinación del PAN que el trabajo realizado con Santiago Creel había sido “altamente satisfactorio” y esperaba que la designación de su sustituto no entorpeciera los acuerdos.
Beltrones dijo que fue una “volada” el rumor difundido por algunos senadores del PAN que plantearon que el PRI estaba condicionando la aprobación de la reforma energética a cambio de una nueva reforma en política social. “De ninguna manera”, atajó el priista.
Sin embargo, hace unos días crecieron los indicios de un mayor acercamiento entre el PRI y el PRD, sobre todo en materia de reforma energética. Carlos Navarrete señaló que existen “puntos de encuentro” con los legisladores priistas, mientras que Francisco Labastida, presidente de la Comisión de Energía y otrora aliado inamovible del gobierno calderonista, reconoció que no se aprobarán las iniciativas tal como fueron enviadas por el Ejecutivo federal y defendió lo expresado en las foros de debate.
“Sí se han tocado cosas de fondo. Lamento que no le hayan informado al presidente de la República de los asuntos de fondo que se han tratado”, afirmó Labastida en respuesta a las quejas expresadas por Calderón el jueves 12 de que los debates no han entrado a los detalles técnicos de sus iniciativas y sólo se han limitado a asuntos políticos e ideológicos.
“Hemos dicho varias veces que no estamos por el ‘no absoluto’, pero estamos por una reforma que le sirva al país, y eso implica que le vamos a hacer los cambios que sean necesarios a la iniciativa que envió el presidente”, dijo Labastida en conferencia de prensa después del décimo debate.
La consulta
El creciente apoyo a la propuesta de una consulta ciudadana, según las distintas encuestas recientes, se convirtió en el principal “foco rojo” para el equipo calderonista, que considera esta medida como un intento de “descarrilar” su reforma energética.
La empresa GEA-ISA, en su encuesta nacional de mayo pasado, reveló que el 78% de los encuestados opinaron que sí se debería realizar una “consulta directa” a los ciudadanos. En su tercera encuesta, levantada entre el sábado 7 y el domingo 8, esta empresa, cercana al entorno presidencial, reveló que 76% opinó que debía convocarse a una consulta “antes de que los legisladores decidan sobre el tema” y 69% respondió que debía consultarse “si se acepta o rechaza una reforma en materia petrolera previamente aprobada por los legisladores”.
La empresa de María de las Heras indicó en su sondeo del lunes 9, publicado en Milenio diario, que el 48% de los encuestados vía telefónica está a favor de la consulta. En abril pasado este porcentaje fue de 35%.
El Universal publicó el miércoles 11 otra encuesta en la que el 62% de los capitalinos encuestados está a favor de realizar la consulta ciudadana. Sólo el 18% consideró que ésta implica un gasto innecesario.
La posibilidad de la consulta fue expresada primero por el ministro en retiro, Juventino Castro, quien argumentó en el tercer foro de debate que esta propuesta es viable, toda vez que halla fundamento en el artículo 26 constitucional.
Durante su participación en los debates del 29 de mayo, el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, se robó los reflectores al proponer una consulta para el 27 de julio y solicitarle a las autoridades del Instituto Electoral del Distrito Federal que la organizaran.
Las reacciones en contra de la propuesta fueron airadas. El secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, la titular de la Secretaría de Energía, Georgina Kessel, y el director de Pemex, Jesús Reyes Heroles, rechazaron esta posibilidad. Argumentaron que era anticonstitucional, que la ciudadanía no estaba preparada para un tema tan complejo y que la verdadera consulta se había realizado antes en las elecciones del 2 de julio de 2006.
En comunicados enviados el 28 de mayo, el lunes 2 y el viernes 6, el Comité de Intelectuales en Defensa del Petróleo, conformado por Carlos Monsiváis, Lorenzo Meyer, Rolando Cordera, Elena Poniatowska, Ar-naldo Córdova y David Ibarra, entre otros, apoyaron la idea de la consulta y propusieron que se extendiera a otras entidades.
Ante el rechazo de los diferentes funcionarios federales, los intelectuales rebatieron: “¿A qué se enfrenta ahora la ciudadanía? A la tesis estrepitosa que ve en la ignorancia de los ciudadanos, sinónimo de la consulta, el descarrilamiento de la reforma energética (Santiago Creel). La operación ‘quirúrgica’ está a la vista: se trata de eliminar el derecho de los ciudadanos a tener un punto de vista nacional sobre su patrimonio; se quiere, sin metáforas, privatizar a la opinión pública, reducirla al juicio de un grupo autocalificado de expertos, los únicos, según repiten, autorizados para decidir el rumbo del país”.
El domingo 8, el gobierno del Distrito Federal instaló un comité promotor de la consulta del próximo 27 de julio en el que, con excepción de las delegaciones Benito Juárez y Miguel Hidalgo, gobernadas por el PAN, participarán las demás jurisdicciones políticas, así como los presidentes de 408 municipios de 26 entidades, gobernados por alguno de los tres partidos integrantes del Frente Amplio Progresista (FAP), incluyendo a municipios conurbados del Estado de México como Ecatepec.
En paralelo, se formó una coordinación, encabezada por Manuel Camacho Solís, que plantea organizar otra consulta el 3 de agosto en aquellos sitios donde no se realice el plebiscito, apoyado por el gobierno capitalino y las autoridades municipales del FAP. En esta coordinación participan los seis coordinadores legislativos del frente, Claudia Sheinbaum, del “gobierno legítimo” de Andrés Manuel López Obrador.
Consultado por Proceso, Camacho asegura que este grupo busca “contribuir a disminuir las diferencias políticas”; “no queremos que los conflictos internos de los partidos limiten la capacidad de organización”.
Exregente capitalino en el sexenio salinista, Camacho recuerda que el plebiscito organizado por grupos ciudadanos para definir la autonomía política en el Distrito Federal fue importante para que él pudiera convencer al gobierno federal a favor de la elección directa del jefe de gobierno.
“El peso de la opinión pública me dio los argumentos para sugerirle a Salinas la reforma del Distrito Federal y tener la fuerza suficiente adentro del gabinete”, sostiene.
Creel, los desencuentros
La remoción de Santiago Creel como coordinador de los senadores pa-nistas no sólo fue la culminación de una serie de contradicciones y desencuentros entre el exprecan-didato presidencial y el equipo calderonista, sino un reflejo de los enredos panistas provocados por la reforma energética.
El primer traspié de Santiago Creel se dio a finales de enero pasado, cuando el coordinador de la bancada del PAN aceptó debatir con Andrés Manuel López Obrador sobre el futuro de Petróleos Mexicanos y la reforma energética.
Presionado por Los Pinos, el 28 de enero Creel reculó y descartó el debate con el excandidato presidencial porque no pretendía “abrir una puerta mediática”.
“No le abriré espacios me-diáticos a nadie que pudiera interferir con procesos internos de otros partidos”, afirmó Creel, en clara referencia al relevo panista en la dirigencia nacional.
Antes de que el gobierno federal presentara el paquete de cinco iniciativas, Creel dejó entrever que la iniciativa no provendría del Ejecutivo sino de las bancadas del PAN. Rechazó establecer “plazos fatales” para aprobar la reforma, a pesar de las presiones del coordinador priista, Manlio Fabio Beltrones.
“El consenso ya está en este momento del lado del Congreso. El Ejecutivo presentó su diagnóstico, ahora nos toca a nosotros, quienes integramos el Congreso, hacer una propuesta”, afirmó Creel.
El gobierno federal expresó su molestia por la ausencia física de Creel, presidente del Senado, durante la visita de la secretaria de Energía, Georgina Kessel, para presentar las iniciativas el 7 de abril. El coordinador panista negó que buscaran aprobar en fast track la reforma.
El 10 de abril, la toma de la tribuna agarró por sorpresa a los panistas y priistas. Pasaron cinco días para que el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, se comunicara con Creel y establecieran una estrategia para que el Senado se-sionara en una sede alterna.
Las resistencias del gobierno federal a aceptar el debate petrolero, contrastó con una posición más dialogante del exsecretario de Gobernación, quien negoció en el seno de la Junta de Coordinación Política la realización de los foros de consulta.
El signo más visible del desen-cuentro entre Creel y la dirigencia panista se registró desde el 13 de mayo, primer día del debate petrolero. Germán Martínez abandonó el recinto de Xicoténcatl después de su participación, dejando solos a los panistas frente a la posición crítica que expresaron Cuauhtémoc Cárdenas y la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes.
Paradójicamente, las diferencias y contradicciones entre Creel y el gobierno federal, así como el veto de las televisoras no afectaron la imagen del panista. Por el contrario, el viejo rival de Calderón apareció como el político de Acción Nacional con mayor índice de aceptación y reconocimiento (24% en Reforma, 42% en la encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica), muy arriba de Josefina Vázquez Mota (17 y 18%), de Juan Camilo Mouriño (12 y 16.5%) y del propio Germán Martínez.
A pesar de este nivel de aceptación, el dirigente nacional del PAN insistió en que el cambio de Creel era necesario para “relanzar” la reforma energética y para preparar mejor al PAN con vistas a las elecciones del 2009.
Involuntariamente, el mismo Germán Martínez empató así los tiempos electorales con la reforma de Pemex.
La decisión de relevar a Santiago Creel como coordinador de los senadores panistas causó el efecto de una implosión en el seno del PAN
Jenaro Villamil / PROCESO
MÉXICO, D.F., 15 DE JUNIO/ La reforma energética del gobierno de Felipe Calderón se descarriló la semana pasada tras la abrupta remoción de Santiago Creel como coordinador de los senadores del PAN.
Este hecho se suma a la presión desatada por la consulta ciudadana del próximo 27 de julio y a la confirmación de que los tiempos legislativos y políticos no son adecuados para que las bancadas, en especial las del PRI y las del Frente Amplio Progresista, acepten discutir y aprobar esa reforma antes del informe presidencial del 1 septiembre.
Los plazos son fatales para la reforma. Ésta no podrá aprobarse antes del 22 de julio, fecha en la que culminarán los foros de debate en el Senado, ni antes del 27 de julio, cuando se realice la consulta ciudadana en la Ciudad de México, pero tampoco en un período extraordinario en agosto, pese a la opinión de los legisladores del PRI.
Para los distintos actores legislativos consultados por Proceso, la discusión se extenderá hasta el período ordinario de septiembre y con una “alta probabilidad” de que el tema energético se empalme con el inicio formal del proceso electoral federal de 2009 en octubre próximo. Y todas las encuestas revelan que este tema puede afectar electoralmente al PAN.
El primer indicio de crisis se produjo en la tarde del lunes 9. De manera abrupta, el dirigente nacional del PAN, Germán Martínez, le informó a Santiago Creel que lo destituía como coordinador de los 52 senadores del PAN. El argumento: que con esta medida se “relanzaba” la reforma petrolera y se preparaba el partido para la contienda electoral de 2009.
Germán Martínez quiso ofrecerle un “intercambio” a Creel: dejarlo en la presidencia del Senado a cambio de que el senador chihuahuense Gustavo Madero lo relevara en la coordinación. Creel le respondió que esa no era facultad del presidente del PAN, sino del pleno del Senado y que duraría en su encargo hasta el 31 de agosto.
A pesar de la larga historia de desencuentros y diferencias entre Creel y el equipo calderonista, la medida sorprendió a los propios coordinadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y del PRD, Carlos Navarrete, porque en ese momento negociaban con Creel la realización del próximo período ordinario, previsto para el jueves 19, así como la construcción de una “tercera vía” o un método legislativo para replantear los puntos más rechazados y criticados de la reforma energética presidencial.
A lo largo de los 10 debates realizados en la casona de Xicoténcatl ha quedado claro que no se cuenta con los votos necesarios para aprobar la “maquila” en refinación, la exploración en aguas profundas ni la apertura privada en materia de petroquímica, transporte y almacenamiento de hidrocarburos.
“Es una medida de cierta desesperación para reencarrilar la iniciativa. Calderón cree que cambiando al coordinador van a ser más eficientes en la defensa de su reforma. Sin embargo, el problema no está en el Senado ni la eficacia o no de los legisladores del PAN. El problema es el contenido de las iniciativas”, afirma Carlos Navarrete.
Entrevistado por Proceso poco después de conocerse el cese de Creel, Navarrete criticó las medidas gubernamentales:
“El presidente Calderón no está leyendo bien a la opinión pública. No van a poder frenarnos ante la posibilidad de la consulta ciudadana. No van a poder reencarrilar la propuesta. Hasta mediados de agosto no podrán sacar una reforma y el PRI está a punto de definir si se van hasta septiembre para discutir las iniciativas”.
Manlio Fabio Beltrones, coordinador de la bancada del PRI y presidente de la Junta de Coordinación Política, advirtió el mismo día del relevo en la coordinación del PAN que el trabajo realizado con Santiago Creel había sido “altamente satisfactorio” y esperaba que la designación de su sustituto no entorpeciera los acuerdos.
Beltrones dijo que fue una “volada” el rumor difundido por algunos senadores del PAN que plantearon que el PRI estaba condicionando la aprobación de la reforma energética a cambio de una nueva reforma en política social. “De ninguna manera”, atajó el priista.
Sin embargo, hace unos días crecieron los indicios de un mayor acercamiento entre el PRI y el PRD, sobre todo en materia de reforma energética. Carlos Navarrete señaló que existen “puntos de encuentro” con los legisladores priistas, mientras que Francisco Labastida, presidente de la Comisión de Energía y otrora aliado inamovible del gobierno calderonista, reconoció que no se aprobarán las iniciativas tal como fueron enviadas por el Ejecutivo federal y defendió lo expresado en las foros de debate.
“Sí se han tocado cosas de fondo. Lamento que no le hayan informado al presidente de la República de los asuntos de fondo que se han tratado”, afirmó Labastida en respuesta a las quejas expresadas por Calderón el jueves 12 de que los debates no han entrado a los detalles técnicos de sus iniciativas y sólo se han limitado a asuntos políticos e ideológicos.
“Hemos dicho varias veces que no estamos por el ‘no absoluto’, pero estamos por una reforma que le sirva al país, y eso implica que le vamos a hacer los cambios que sean necesarios a la iniciativa que envió el presidente”, dijo Labastida en conferencia de prensa después del décimo debate.
La consulta
El creciente apoyo a la propuesta de una consulta ciudadana, según las distintas encuestas recientes, se convirtió en el principal “foco rojo” para el equipo calderonista, que considera esta medida como un intento de “descarrilar” su reforma energética.
La empresa GEA-ISA, en su encuesta nacional de mayo pasado, reveló que el 78% de los encuestados opinaron que sí se debería realizar una “consulta directa” a los ciudadanos. En su tercera encuesta, levantada entre el sábado 7 y el domingo 8, esta empresa, cercana al entorno presidencial, reveló que 76% opinó que debía convocarse a una consulta “antes de que los legisladores decidan sobre el tema” y 69% respondió que debía consultarse “si se acepta o rechaza una reforma en materia petrolera previamente aprobada por los legisladores”.
La empresa de María de las Heras indicó en su sondeo del lunes 9, publicado en Milenio diario, que el 48% de los encuestados vía telefónica está a favor de la consulta. En abril pasado este porcentaje fue de 35%.
El Universal publicó el miércoles 11 otra encuesta en la que el 62% de los capitalinos encuestados está a favor de realizar la consulta ciudadana. Sólo el 18% consideró que ésta implica un gasto innecesario.
La posibilidad de la consulta fue expresada primero por el ministro en retiro, Juventino Castro, quien argumentó en el tercer foro de debate que esta propuesta es viable, toda vez que halla fundamento en el artículo 26 constitucional.
Durante su participación en los debates del 29 de mayo, el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, se robó los reflectores al proponer una consulta para el 27 de julio y solicitarle a las autoridades del Instituto Electoral del Distrito Federal que la organizaran.
Las reacciones en contra de la propuesta fueron airadas. El secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, la titular de la Secretaría de Energía, Georgina Kessel, y el director de Pemex, Jesús Reyes Heroles, rechazaron esta posibilidad. Argumentaron que era anticonstitucional, que la ciudadanía no estaba preparada para un tema tan complejo y que la verdadera consulta se había realizado antes en las elecciones del 2 de julio de 2006.
En comunicados enviados el 28 de mayo, el lunes 2 y el viernes 6, el Comité de Intelectuales en Defensa del Petróleo, conformado por Carlos Monsiváis, Lorenzo Meyer, Rolando Cordera, Elena Poniatowska, Ar-naldo Córdova y David Ibarra, entre otros, apoyaron la idea de la consulta y propusieron que se extendiera a otras entidades.
Ante el rechazo de los diferentes funcionarios federales, los intelectuales rebatieron: “¿A qué se enfrenta ahora la ciudadanía? A la tesis estrepitosa que ve en la ignorancia de los ciudadanos, sinónimo de la consulta, el descarrilamiento de la reforma energética (Santiago Creel). La operación ‘quirúrgica’ está a la vista: se trata de eliminar el derecho de los ciudadanos a tener un punto de vista nacional sobre su patrimonio; se quiere, sin metáforas, privatizar a la opinión pública, reducirla al juicio de un grupo autocalificado de expertos, los únicos, según repiten, autorizados para decidir el rumbo del país”.
El domingo 8, el gobierno del Distrito Federal instaló un comité promotor de la consulta del próximo 27 de julio en el que, con excepción de las delegaciones Benito Juárez y Miguel Hidalgo, gobernadas por el PAN, participarán las demás jurisdicciones políticas, así como los presidentes de 408 municipios de 26 entidades, gobernados por alguno de los tres partidos integrantes del Frente Amplio Progresista (FAP), incluyendo a municipios conurbados del Estado de México como Ecatepec.
En paralelo, se formó una coordinación, encabezada por Manuel Camacho Solís, que plantea organizar otra consulta el 3 de agosto en aquellos sitios donde no se realice el plebiscito, apoyado por el gobierno capitalino y las autoridades municipales del FAP. En esta coordinación participan los seis coordinadores legislativos del frente, Claudia Sheinbaum, del “gobierno legítimo” de Andrés Manuel López Obrador.
Consultado por Proceso, Camacho asegura que este grupo busca “contribuir a disminuir las diferencias políticas”; “no queremos que los conflictos internos de los partidos limiten la capacidad de organización”.
Exregente capitalino en el sexenio salinista, Camacho recuerda que el plebiscito organizado por grupos ciudadanos para definir la autonomía política en el Distrito Federal fue importante para que él pudiera convencer al gobierno federal a favor de la elección directa del jefe de gobierno.
“El peso de la opinión pública me dio los argumentos para sugerirle a Salinas la reforma del Distrito Federal y tener la fuerza suficiente adentro del gabinete”, sostiene.
Creel, los desencuentros
La remoción de Santiago Creel como coordinador de los senadores pa-nistas no sólo fue la culminación de una serie de contradicciones y desencuentros entre el exprecan-didato presidencial y el equipo calderonista, sino un reflejo de los enredos panistas provocados por la reforma energética.
El primer traspié de Santiago Creel se dio a finales de enero pasado, cuando el coordinador de la bancada del PAN aceptó debatir con Andrés Manuel López Obrador sobre el futuro de Petróleos Mexicanos y la reforma energética.
Presionado por Los Pinos, el 28 de enero Creel reculó y descartó el debate con el excandidato presidencial porque no pretendía “abrir una puerta mediática”.
“No le abriré espacios me-diáticos a nadie que pudiera interferir con procesos internos de otros partidos”, afirmó Creel, en clara referencia al relevo panista en la dirigencia nacional.
Antes de que el gobierno federal presentara el paquete de cinco iniciativas, Creel dejó entrever que la iniciativa no provendría del Ejecutivo sino de las bancadas del PAN. Rechazó establecer “plazos fatales” para aprobar la reforma, a pesar de las presiones del coordinador priista, Manlio Fabio Beltrones.
“El consenso ya está en este momento del lado del Congreso. El Ejecutivo presentó su diagnóstico, ahora nos toca a nosotros, quienes integramos el Congreso, hacer una propuesta”, afirmó Creel.
El gobierno federal expresó su molestia por la ausencia física de Creel, presidente del Senado, durante la visita de la secretaria de Energía, Georgina Kessel, para presentar las iniciativas el 7 de abril. El coordinador panista negó que buscaran aprobar en fast track la reforma.
El 10 de abril, la toma de la tribuna agarró por sorpresa a los panistas y priistas. Pasaron cinco días para que el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, se comunicara con Creel y establecieran una estrategia para que el Senado se-sionara en una sede alterna.
Las resistencias del gobierno federal a aceptar el debate petrolero, contrastó con una posición más dialogante del exsecretario de Gobernación, quien negoció en el seno de la Junta de Coordinación Política la realización de los foros de consulta.
El signo más visible del desen-cuentro entre Creel y la dirigencia panista se registró desde el 13 de mayo, primer día del debate petrolero. Germán Martínez abandonó el recinto de Xicoténcatl después de su participación, dejando solos a los panistas frente a la posición crítica que expresaron Cuauhtémoc Cárdenas y la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes.
Paradójicamente, las diferencias y contradicciones entre Creel y el gobierno federal, así como el veto de las televisoras no afectaron la imagen del panista. Por el contrario, el viejo rival de Calderón apareció como el político de Acción Nacional con mayor índice de aceptación y reconocimiento (24% en Reforma, 42% en la encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica), muy arriba de Josefina Vázquez Mota (17 y 18%), de Juan Camilo Mouriño (12 y 16.5%) y del propio Germán Martínez.
A pesar de este nivel de aceptación, el dirigente nacional del PAN insistió en que el cambio de Creel era necesario para “relanzar” la reforma energética y para preparar mejor al PAN con vistas a las elecciones del 2009.
Involuntariamente, el mismo Germán Martínez empató así los tiempos electorales con la reforma de Pemex.
No comments:
Post a Comment