González Casanova: el Estado, cada vez más débil ante las trasnacionales

■ Pone en duda las bondades de la democracia realmente existente

Alonso Urrutia

La democracia “realmente existente” en el mundo, en un entorno de globalización y neoliberalismo, sólo ha servido para sancionar y legitimar –incluso por sectores identificados con la izquierda– políticas económicas que han profundizado la concentración de la riqueza. Hoy en día, sostuvo el académico Pablo González Casanova, hay un Estado cada vez más débil frente a las grandes compañías que alientan las desnacionalizaciones de los sectores públicos.

Al participar en el seminario ¿Para qué sirven las elecciones?, organizado por El Colegio de México, González Casanova señaló: “Hoy nos enteramos por una secretaria de Estado (Georgina Kessel, titular de Energía) que lo que tanto se había discutido democráticamente en el Legislativo ya ha sido entregado a las compañías extranjeras. No ha habido una sola voz de la oposición que haya dicho tanto”.

Manifestó que en la actualidad negocios inconfesables de “las megacompañías que desnacionalizan el sector público son consecuencia de nuestra democracia realmente existente”. En tanto, “numerosos miembros de izquierda de la clase política han sido acusados de corrupción, mientras se han olvidado totalmente de sus luchas por un mundo más libre, equitativo, no se diga ya un programa socialista o de liberación nacional”, aunque existen voces en todos los partidos que mantienen la lucha por principios y valores.

El académico destacó que la crisis mundial es compleja y va más allá de lo económico, como se le ha querido presentar. “Es una crisis política, ética, cultural y tecnológica, consecuencia, igualmente, de la democracia realmente existente, de las diferencias entre la democracia formal y la real”.

A pesar de eso, consideró que la lucha por la democracia, por la autonomía de los pueblos indígenas, por los pobres de la tierra y por la liberación nacional “sigue teniendo más validez que nunca y exige la creciente organización del pensamiento y de la sociedad, con el impulso a su cultura, a diversas formas de democracia participativa y a la promoción de sus proyectos alternativos de nación”.

Por su parte, el consejero presidente del Instituto Federal Electoral, Leonardo Valdés, reivindicó la transición democrática que se ha experimentado en México y consideró que en 2006 fue la expresión más clara de la pluralidad existente en el país. Aseveró que el hecho de que los resultados hayan sido tan cerrados es la más cruda muestra de una pluralidad que, sostuvo, habrá de consolidarse en los próximos procesos.

A su vez, la investigadora Silvia Gómez Tagle planteó que a pesar de las democracias frágiles que existen aún en Latinoamérica, las elecciones son indispensables, pero no suficientes para garantizar la democracia.

Subrayó que en la democracia real la volatilidad del voto y el abstencionismo son fenómenos que marcan los sistemas políticos.