Sunday, April 25, 2010


Ciudades sitiadas


Rehenes de la narcoviolencia, las ciudades de Cuernavaca y Acapulco se mantienen en vilo en espera que las autoridades adopten medidas de seguridad eficaces para contener a los capos que se disputan la hegemonía del Cartel de los Beltrán Leyva y evitar que las muertes se miltiplquen

CUERNAVACA, Mor. /ACAPULCO, Gro., 24 de abril (proceso).- Además de lo que los funcionarios públicos llaman su “vocación turística”, Guerrero y Morelos comparten el vacío de autoridad que se refleja en Acapulco y Cuernavaca, ciudades donde los sicarios al servicio de Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, y Héctor Beltrán Leyva, El H, libran una batalla por controlar la zona y mantienen a la población en virtual toque de queda, además de sembrar la muerte y el miedo.
La saña con la que ambos capos se disputan las plazas ha provocado psicosis entre la ciudadanía, la cual se manifiesta, por ejemplo, en cierre de establecimientos comerciales y sensación de ingobernabilidad. Debido a ello, diversos sectores sociales comienzan a organizarse, pues temen que la inestabilidad, cada vez más envolvente, termine por liquidar el turismo, la principal actividad económica en la región.
El clima de violencia se exacerbó en los últimos meses con la muerte de Marcos Arturo Beltrán Leyva, El Jefe de Jefes, a raíz de un enfrentamiento con marinos el 16 de diciembre del año pasado en Cuernavaca.
Ese hecho trastocó la estructura de los Beltrán Leyva en sus principales plazas –Guerrero y Morelos–, donde se afincaron y mantuvieron hegemonía durante dos décadas. Desde entonces, la pugna entre El H y La Barbie se ha ido enconando.
Tras la muerte del Jefe de Jefes comenzó el reacomodo. La Barbie regresó a Acapulco por su coto de poder, perdido en 2008, cuando pleitos al interior de la organización lo llevaron al destierro. El 20 de diciembre El Güero Huetamo, lugarteniente de La Barbie, convocó en Acapulco a vendedores de droga y a varios pistoleros para informarles que desde ese momento la plaza estaba a cargo de Édgar Valdez, y les dio instrucciones para impedir la entrada de Héctor Beltrán, El H (Proceso 1732).
Ese episodio marcó el comienzo de una serie de ejecuciones en Guerrero y Morelos que desde entonces suman más de 300 en ambas entidades.
En lo que va del año, en Morelos se han registrado más de 50 asesinatos vinculados al narcotráfico, según el recuento de los medios locales. José Martínez Cruz, integrante de la asociación civil denominada Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos, advierte que la mayoría de las víctimas son adultos jóvenes y menores de edad.
Considera que el gobierno federal debe modificar su estrategia anticrimen, así como acatar los protocolos internacionales en materia de delincuencia organizada, pero sobre todo dejar de apoyarse exclusivamente en las Fuerzas Armadas para combatir al crimen organizado y evitar que la ciudadanía sea la que pague las consecuencias.

La importancia de “El Indio”

Fuentes policiacas de Morelos consultadas por este corresponsal aseguran que los oficios de Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, considerado un hábil negociador y conciliador entre capos, han sido infructuosos para apaciguar a La Barbie y El H. Incluso comentan que la situación puede ser aún más crítica, sobre todo con la detención, el miércoles 21 en el Estado de México, de Gerardo Álvarez Vázquez, El Indio, lugarteniente de La Barbie.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) anunciaron, con espectacularidad mediática, la detención de El Indio como el operador financiero y encargado de blanquear activos para la estructura de los Beltrán Leyva, actividad que realizaba cuando aún vivía El Jefe de Jefes; también controlaba el tráfico de drogas en los municipios de Huixquilucan y Naucalpan, en el Estado de México, y en las regiones de Acapulco y Costa Grande, en Guerrero.
Su arresto ocurrió dos horas después de la ejecución de dos hombres en Cuernavaca. Los cuerpos aparecieron con un mensaje de La Barbie en el que advertía que 25 operadores de su rival, El H, que habían ingresado a Acapulco se encontraban cautivos y serían asesinados en los siguientes cuatro días.
La amenaza de La Barbie se conoció la víspera de que el presidente Felipe Calderón asistiera a la 73 Convención Bancaria en la zona Diamante de Acapulco. El mandatario acudió en medio de un despliegue policiaco-militar sin precedente, que contrastó con la falta de vigilancia y seguridad en las calles del puerto, donde las balaceras a plena luz del día ya son frecuentes, incluso en la principal avenida turística: la costera Miguel Alemán.
El mismo miércoles 21 fue asesinado cerca de la colonia Mozimba el cabo de Infantería Carlos Diego Oliva, quien viajaba en un auto compacto junto con otros militares que se encontraban francos. El ataque se realizó en Pie de la Cuesta: un comando que se desplazaba en varias camionetas rafagueó el auto en el que iban los militares, según los reportes de la policía de Acapulco.
En las últimas semanas, la violencia se ha recrudecido en las capitales de Guerrero y Morelos. La situación podría agudizarse con la detención de El Indio, quien, según la Sedena y la SIEDO, “podría involucrar a autoridades y mandos policiacos de Guerrero y Morelos”, comentan a este corresponsal algunos agentes de Acapulco que prefieren mantener su nombre en el anonimato.
Informes de la SIEDO destacan que El Indio llegó a Acapulco en 2008, en sustitución de La Barbie. Sus funciones se limitaban a lavar activos del cártel de los Beltrán Leyva en Guerrero y Morelos. Su poder corruptor abarcó autoridades estatales y municipales, señalan los documentos.
Gracias a la impunidad de que gozaba en Guerrero, El Indio se paseaba por Acapulco, donde incluso era asiduo cliente de las discotecas del puerto, entre ellas Palladium, la preferida de La Barbie, propiedad del cónsul honorario de Rusia en Acapulco, Tony Rullan, y Clásico del Mar, administrada por Raymundo Reséndiz, yerno del gobernador Zeferino Torreblanca Galindo.
A pesar de que era considerado como el jefe de la plaza de Acapulco, no tenía un punto fijo para residir y pernoctaba en varias entidades, indican los reportes oficiales.
Después de la muerte de Arturo Beltrán, El Indio optó por aliarse con La Barbie, en la guerra que este personaje libra contra El H y sus sicarios comandados por Sergio Villarreal Barragán, El Grande. Durante semanas, su nombre dejó de mencionarse en Acapulco, hasta el miércoles 21, cuando las autoridades federales informaron sobre su detención.
Un reporte difundido en el periódico Reforma el viernes 23 destaca que El Indio tuvo una relación sentimental con la venezola Alicia Machado, exMiss Universo, con quien se informó que procreó una niña.
En la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/359/2008 se asegura que Machado y El Indio tuvieron una hija, que fue bautizada en 2008. En esa ocasión asistieron a la ceremonia religiosa los hermanos Arturo y Héctor Beltrán Leyva, así como La Barbie y el capo colombiano Harold Mauricio Ojeda, El Conejo, según la versión difundida por Reforma.
La SIEDO considera que El Indio tenía contacto con organizaciones de narcotraficantes de Centro y Sudamérica para la compra y trasiego de droga; además, se encargaba de la instalación de laboratorios clandestinos para la producción de drogas sintéticas que se venden en Estados Unidos, país que ya pidió la extradición del detenido.

El “viernes negro”

Con la desaparición del Jefe de Jefes, Cuernavaca se convirtió en centro de las disputas por el liderazgo de la organización de los hermanos Beltrán Leyva, que reivindican La Barbie y Héctor Beltrán Leyva, hermano del capo sinaloense asesinado en diciembre pasado, a quien respalda un grupo de sicarios encabezados por Sergio Villarreal Barragán, El Grande.
El aroma a guayabos que caracteriza a esta colonial ciudad morelense ha sido desplazado por el vaho de la pólvora y las calles y lugares públicos se han cubierto de cuerpos decapitados, desmembrados y colgados.
Las últimas semanas los habitantes de esta ciudad han presenciado varios hechos insólitos. El martes 13 un mensaje que circuló a través de correos electrónicos y redes sociales advertía a la población que el viernes 16 se abstuviera de salir de sus casas porque en las calles se iba a librar una batalla entre bandas criminales. El texto lo firmaba la organización criminal denominada cártel del Pacífico Sur, que representa la alianza entre Los Zetas y el grupo que encabeza El H.
Ese “viernes negro” –como lo calificaba el escrito– los negocios del centro de Cuernavaca cerraron y las calles aledañas lucieron desiertas. Y aunque ese fin de semana no sucedió ningún hecho violento, el costo económico para los empresarios fue elevado, mientras que la ciudadanía tuvo que recluirse ante la falta de seguridad.
El gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame Castillo, reaccionó cinco días después. La mañana del miércoles 21 –el día de la detención de El Indio y de la ejecución de un cabo en Acapulco– el mandatario convocó al sector empresarial a una reunión en el hotel Villa Bejar, para hablarles de las medidas de promoción turística para “revertir –les dijo– la mala imagen de Cuernavaca provocada por la narcoviolencia”.
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Morelos, Roberto Abe Ahumada, sostiene que este clima de inestabilidad puede alejar a inversionistas, por lo que urge a las autoridades de los tres niveles de gobierno a implementar estrategias efectivas para inhibir los índices delincuenciales que se viven en Cuernavaca.
Otros dirigentes empresariales critican al gobernador Adame porque, dicen, sólo se limita a implementar campañas para limpiar la imagen de Morelos. “Lo que necesitamos es establecer acuerdos concretos desde la ciudadanía, para revertir los efectos de la inseguridad”, dice uno de los entrevistados, quienes argumentan preferir el anonimato.
Organizaciones sociales locales preparan ya una marcha para el domingo 2 de mayo para exigir al gobierno estatal les brinde seguridad debido a que las autoridades de Cuernavaca han sido omisas ante esta espiral de violencia que afecta la vida cotidiana de los morelenses.
Los efectos de la narcoviolencia se reflejan en el cierre de escuelas de español que ofrecen cursos a extranjeros que cada año llegan a Cuernavaca y dejan una importante derrama económica, comentan.
Y aun cuando han arribado contingentes de agentes federales y militares de la 24 Zona Militar para implementar retenes y recorridos en Cuernavaca, la disputa por la plaza cobra cada vez más víctimas.

¿Y las autoridades?

En Acapulco, donde varios civiles han muerto al quedar atrapados en el fuego cruzado durante balaceras entre bandas delincuenciales, las críticas a las autoridades por la falta de acciones son similares a las de los ciudadanos morelenses.
El miércoles 14 murieron cuatro personas: la señora Laura Delgado Turullols y sus hijos Mireya y Carlos Miranda Delgado de 8 y 12 años, respectivamente, así como un agente federal. El multihomicidio provocó consternación e indignación social. La noche de ese miércoles cientos de personas organizaron una marcha silenciosa sobre la costera Miguel Alemán para exigir paz y un alto a la violencia.
La movilización ciudadana sintetizó el drama que se vive en Guerrero desde hace cinco años, desde que los cárteles de la droga se disputan la plaza. En ese lapso se han registrado más de 3 mil homicidios dolosos, en su mayoría ligados a la delincuencia organizada. Consultado sobre este hecho, el comandante de la VIII Región Naval con sede en Acapulco, José Santiago Valdez Álvarez comenta: “Ese no es mi problema”.
Un mes antes, una mujer del Estado de México murió al quedar en medio de un enfrentamiento entre dos grupos armados. Entre el 13 y el 14 de marzo hubo varias balaceras en el puerto. En esa jornada fallecieron 30 personas: 11 sicarios, siete policías municipales un funcionario del ayuntamiento, cinco presuntos operadores de La Barbie –cuatro de ellos decapitados–, un descuartizado; cuatro presuntos narcomenudistas y la paseante mexiquense.
El secretario de Seguridad Pública de Acapulco, Serafín Valdez, anunció que los policías municipales tienen la orden de no participar en balaceras. Sólo deben avisar a las autoridades federales, dijo el jefe policiaco.

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=15&idTitulo=16298

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