Thursday, December 03, 2009



La Corte, la fiscalía, el Ministerio Público y Derechos Humanos aconsejan la no restitución

Ratifica el Congreso hondureño separación de Manuel Zelaya del cargo de presidente

“Le puede pasar lo mismo que a Mel”, clara advertencia de ex ministro de Defensa a Pepe Lobo

Arturo Cano

Enviado
Periódico La Jornada
Jueves 3 de diciembre de 2009, p. 19

Tegucigalpa, 2 de diciembre. En una sesión que transcurre entre la chacota y el debate sobre las verdaderas motivaciones del golpe de Estado, el Congreso unicameral de Honduras decide ratificar el decreto 141 que el 28 de junio determinó separar a Manuel Zelaya del cargo de presidente de la República, aunque, según los mismos golpistas, el hombre del sombrero ya no era presidente cuando lo echaron del país a punta de bayoneta.

El debate y la votación son mero trámite, ya que en el arranque de la sesión, celebrada tres días después de las elecciones, se lee una moción para ratificar el decreto, firmada por más de 100 legisladores, luego de la decisión de la bancada del Partido Nacional (PN), que, con sus 55 diputados, sella el destino inmediato del derrocado presidente (ayer, su asesor político Carlos Reina, sugirió que permanecerá en la embajada de Brasil hasta el 27 de enero de 2010).

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Seguidores del presidente constitucional Manuel Zelaya repudian en Tegucigalpa al gobierno golpista y rechazan las elecciones amañadasFoto Reuters

Los primeros en llegar son los diputados nacionalistas, todavía eufóricos por el triunfo electoral de su candidato Porfirio Pepe Lobo en los comicios del pasado domingo, y también porque serán mayoría absoluta en el Congreso unicamaral y en las alcaldías del país centroamericano.

El diputado Antonio Rivera Callejas se acerca al área de los periodistas. Aunque dicen que es uno de los ideólogos del PN, hizo campaña con el lema el de los chocoyos, porque tiene hoyuelos en las mejillas. Es una de las promesas del PN, formado en la Escuela Americana, parte de una generación que espera relevar a Pepe Lobo. Rivera habla de respetar la ley, y anuncia que su partido ya tienen una posición y que todos sus diputados votarán en bloque

Carlos Lara, también nacionalista, informa que más de 110 diputados (de 128) vamos a ir por mantener lo que ocurrió el 28 de junio porque de lo contrario estaríamos incurriendo en responsabilidades. Vaya pues, como dicen en Honduras, todo cocinado.

La inspiración de lo alto

Al arrancar la sesión, luego de que llegan los liberales, además de divididos apaleados en los comicios del domingo anterior. Tras el himno nacional, naturalmente, siguen los rezos, que en la costumbre legislativa son dirigidos por una legisladora, que pide a todos ponerse de pie, inclinar las cabezas y tomarse de las manos: Que la decisión, padre, que tomemos en este momento sea con la inspiración de lo alto.

A diferencia de otras ocasiones, ahora sí se permite el ingreso de periodistas extranjeros. Los cordones policiacos son echados dos cuadras más allá y por vez primera, en lugar de vallas hay mesas con mantelitos en los bajos del Congreso. Solícitas edecanes entregan una bolsa que contiene la Constitución, un disco compacto con todos los argumentos legales contra Zelaya e información básica del Congreso. También hay bebidas y bocadillos, aunque las bancas están descarapeladas y en los lavamanos no hay agua.

José Alfredo Saavedra, presidente del Congreso, lee el punto cinco del acuerdo Tegucigalpa-San José, declarado letra muerta por Zelaya desde el 8 de noviembre, cuando se derrumbó, con las maniobras de Roberto Micheletti, la posibilidad de que el Congreso decidiera sobre la restitución antes de la integración del gabinete de unidad nacional, prevista para el 5 del mismo mes. No debe haber vencidos ni vencedores: es Honduras lo que está en juego, abre Saavedra.

Sigue la larga lectura de las opiniones de cuatro instituciones del Estado a las que el Congreso pidió dictámenes. La Corte Suprema de Justicia dice que no. La fiscalía que la restitución es inadmisible por ser improcedente. Y en el mismo sentido se manifiestan el Ministerio Público y del Comisionado Nacional de Derechos Humanos.

Continuemos con los videos, dice Saavedra. Y en dos pantallas gigantes aparecen las imágenes que presentan al presidente Zelaya como un violador consuetudinario de las leyes, amigo de Hugo Chávez y otras lindezas.

Alerta para el supuesto ganador

La primera estocada la pone Rodolfo Irías, coordinador de los diputados nacionalista, primera mayoría en el futuro Congreso: No merece una posición de cálculo de oportunismo en procura de un sector político interno y de un bloque de naciones agrupadas por intereses que no necesariamente son los de Honduras (...) La patria es ara, no pedestal, cita a José Martí el legislador derechista.

El diputado y ex candidato presidencial César Ham, de Unificación Democrática (UD), hace ver el cinismo de la respuesta de la Corte Suprema de Justicia, que advierte en el texto enviado al Congreso que la orden de captura no se ha cumplimentado y la todavía más descarada postura de la fiscalía, que argumenta que el 28 de junio el Poder Ejecutivo cayó en una situación de ausencia, como si los golpistas no hubieran expatriado a la fuerza a Manuel Zelaya.

Ham también reprocha a Pepe Lobo, cuyo triunfo sigue sin ser reconocido por la inmensa mayoría de los países del mundo, que haya dicho que haría lo imposible para reconciliar a la familia hondureña y ahora respalde el voto contra la restitución.

El liberal Edmundo Orellana, ex ministro de Defensa del presidente constitucional, pregunta a sus pares si han evaluado los alcances de ratificar esta decisión, cuando la comunidad internacional condenó el golpe de Estado.

Antes, sin mucha convicción y ya viendo venir la aplanadora legislativa, afirma: Sería un terrible comienzo para el nuevo gobierno que aquí no se restituya el orden constitucional.

Orellana, reconocido abogado que renunció a su cargo días antes del golpe de Estado, en desacuerdo con que Zelaya desobedeciera la orden de un juez e insistiera en la consulta sobre la cuarta urna, dice que Lobo perderá la mitad de su gestión en busca de reconocimiento mundial, lo que agravará los problemas de un país donde ya se habla de devaluación y de aumento impuestos.

Uno de los riesgos de no restaurar el orden constitucional, dice Orellana, es que se hagan realidad las amenazas veladas de que a Lobo le puede pasar lo mismo que a Zelaya.

Algunos diputados insisten en discutir los aspectos legales.

¿Qué tribunal emitió una sentencia condenatoria contra el presidente? Dicen que ya no era presidente, pero no les entiendo, ¿entonces qué necesidad había de separarlo del cargo? Y si tenían su renuncia, ¿por qué habrían de quitarlo?, dice la diputada liberal Carolina Echeverría. Ella vota por el presidente Zelaya, aunque también aclara: “No soy comanche, no soy ñángara, no soy chavista, soy demócrata y no conspiro ni avalo los golpes de Estado”.

La mayor parte de los que votan en favor de no restituir a Zelaya, sin embargo, lo hacen solamente con expresiones de este tipo: Por el amor a mi familia, porque creo en Dios y en la democracia; Por mis hijos, por mis nietos y por los hijos de mis nietos; “Para que mis hijos me miren a la cara y me digan: ‘papá, defendiste la democracia’”.

Los 28 muertos de los que ustedes se ríen (porque hay risas de diputados cuando se habla de la represión) ahí están en sus conciencias, en sus almas, ¡eso es lo que les van a dejar a sus nietos!, les responde el diputado Marvin Ponce, de UD.

Otro bloque de diputados hondureños es más explícito en sus motivaciones:

Un nuevo socialismo ha venido escalando posiciones; y ha venido usando la democracia para acceder al poder y después instalar una dictadura.

A nadie que andaba por el buen camino lo reprimieron y Dios se va encargar de reprimir a los mentirosos.

No somos de Hugo Chávez, somos hondureños. Y los comunistas ahí tienen su partido y no han podido ganar una elección.

Manuel Zelaya pretendió cambiar el Partido Liberal y convertirlo en el partido del socialismo del siglo XXI.

Que no se vaya a hacer él miembro del Foro de Sao Paulo (recomendación a Lobo).

Poco después de las siete de la noche, el rechazo a restituir a Zelaya rebasa la cifra de los 65 votos necesarios para hacer la mayoría simple. Para entonces, ya los 500 miembros de la resistencia que se habían reunido en las cercanías del Congreso han dejado el centro de la capital, todo el día repleto de policías y soldados.

Cerca de las 22 horas, 10 de la noche, termina la votación: 111 votos por no restituir al mandatario constitucional Zelaya, contra 14 y tres ausencias. Se interpreta de nuevo el himno nacional, que termina así: serán muchos, Honduras, tus muertos/ pero todos caerán con honor.

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