Tuesday, June 15, 2010


Cuba y el respaldo opositor a la apertura

Juan Balboa


LA HABANA, 11 de junio (apro).- Un ramillete de personeros de la oposición radicados en la isla --muchos de ellos con grandes diferencias-- se han unido para apoyar el proyecto de ley del demócrata Collin Peterson, con el que se intenta cancelar las restricciones para que los estadunidenses viajen a Cuba y, además, se agilice la venta de productos agrícolas.

Todos son disidentes al gobierno que preside Raúl Castro. Asimismo, forman parte de espacios opositores en las 14 provincias que conforman Cuba.

Incluso firmaron esta semana una carta dirigida al Congreso de Estados Unidos en que se apoya que los ciudadanos del país del norte puedan viajar “libremente” a la isla.

Llama la atención, en principio, que en la carta hayan estampado sus firmas 74 opositores: desde dirigente políticos como Félix Bonne Carcassés hasta personas sin partido, como Juan Almeida García, hijo de uno de los comandantes de la Revolución, Juan Almeida Bosque, pasando por la bloguera Yoani Sánchez.

Hay en esa larga lista de apoyo a la iniciativa demócrata personajes que tienen más de 15 años que no se dirigen la palabra, como Elizardo Sánchez Santa Cruz, quien preside la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, y Manuel Cuesta Morúa, del opositor Partido Arco Progresista.

Los dos con una gran presencia mediática y política dentro y fuera de la isla. Sin embargo, llama la atención que los opositores calificados de “duros” al gobierno comunista de la isla no se encuentren entre los firmantes. Entre ellos, Martha Beatriz Roque y Vladimiro Roca, de la llamada Agenda para la Transición.

Lo cierto es que la carta puede ser calificada de “histórica” por el número de opositores, setenta y cuatro, que estampan su rúbrica en dos temas poco gratos tanto para la disidencia cubana en Miami como para Madrid.



La carta




De esa manera, los dirigentes de las organizaciones políticas que viven en Cuba, representantes de organismos de derechos humanos, periodistas independientes y blogueros, entre otros, expresaron su deseo de que los ciudadanos de Estados Unidos puedan viajar libremente a la mayor de las Antillas.


Los primeros párrafos de la misiva, que ya generó una gran polémica dentro y fuera de Cuba, son claros en el propósito de la disidencia:

“Los miembros de la sociedad civil cubana que suscribimos esta carta a título personal, hemos sabido que actualmente ustedes (los congresistas) están considerando un proyecto de ley (HR4645) que levantaría las restricciones de viajes a Cuba para todos los estadunidenses, y facilitaría la venta de productos agrícolas a la isla.

“Este proyecto de ley tiene como título ‘Ley de reforma a las restricciones de los viajes y promoción del comercio’, y tenemos entendido que cuenta con el apoyo de republicanos y demócratas en el Congreso”.

Los opositores cubanos aseguran que coinciden con la opinión de que el aislamiento del pueblo de Cuba “beneficia a los intereses más inmovilistas del gobierno”.

Mientras que la apertura, agregan, sirve para informar y ‘empoderar’ a los cubanos y ayudar a un mayor fortalecimiento de la sociedad civil.

“Al paso del tiempo hemos comprobado que el régimen cubano no se abre plenamente ni al mundo ni a los propios cubanos porque a lo que más teme es a la apertura. Le temen a la libertad de comercio y a la libre empresa, al flujo de información y a la comunicación directa entre los pueblos”.

Luego critican a los disidentes, de Miami y Madrid, que se oponen a este proyecto de ley. Ellos, precisan, alegan que levantar estas prohibiciones representaría una concesión al régimen cubano y constituiría una fuente de ingresos de divisas que podría ser utilizada para reprimir al pueblo.

También argumentan que, dadas las incesantes violaciones de derechos humanos y los repetidos actos de repudio, el levantar estas prohibiciones sería como abandonar a la sociedad civil cubana.

En seguida, aceptan que en los últimos meses se ha incrementado en Cuba la represión y la violación sistemática de los derechos humanos de “forma cruel y pública”.

Es cierto, prosiguen, que estos fondos también podrían utilizarse para sostener e incluso agravar esta represión.

“No obstante, creemos que si los ciudadanos de Estados Unidos, como los del resto del mundo, aumentaran su presencia en nuestras calles y pudieran visitar a los familiares de los presos políticos y otros miembros de la incipiente sociedad civil cubana, podrían ser testigos de los sufrimientos del pueblo cubano.

“Esta presencia solidaria, el apoyo directo y otras muchas posibilidades de intercambio, usados eficazmente y en la dirección deseada, en lugar de dejar abandonada a la sociedad civil en Cuba, podría fortalecerla de manera significativa.

“De igual forma, facilitar aún más la venta de productos agrícolas podría contribuir a aliviar las penurias alimentarias de la población”.

Pero también los estadunidenses “se sensibilizarían aun más con la necesidad de los cambios en Cuba y se convertirían en puentes solidarios y cercanos para favorecer la transición que deseamos muchos cubanos”, reconocen.

La misiva entregada en La Habana señala que como viajar “es un derecho”, los disidentes “apoyamos la aprobación de este proyecto de ley”.

De los cinco proyectos de ley sobre el tema que actualmente existen en el Congreso de Estados Unidos, tres tienen las mejores opciones.

La primera la presentó el demócrata Byron Dorgan en el Senado. Dos más las propusieron los también demócratas William Delahunt y Collin Peterson, el primero en el Senado, y el segundo en la Cámara de Representantes.

La propuesta de Dorgan tiene 38 votos confirmados de los 60 que se requieren para su aprobación. Y el proyecto de Delahunt tiene unos 200 patrocinadores confirmados, y sólo le faltarían 18 de los necesarios para su admisión en el plenario.

La última fue presentada en la Cámara de Representantes el 23 de febrero por Collin Peterson, presidente del Comité de Agricultura, un proyecto de ley que ahora es apoyado por la mayoría de la disidencia cubana que vive en la isla.

Por cierto el proyecto de ley de Peterson ha sido bien visto porque reúne la liberación de viajes con facilidades para agilizar la venta de productos agrícolas a la isla.

El bloqueo comercial, financiero y económico que mantiene Estados Unidos contra Cuba, desde 1962, prohíbe el comercio entre las dos naciones. Además, también limita que ciudadanos estadunidense puedan viajar, como turistas o en plan de negocios, a la isla.



mav


--FIN DE NOTA—

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