Wednesday, April 22, 2009



“Los fundamentos de nuestra economía son fuertes” dicen


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens



“Comenzamos a ver rayos de esperanza en la economía”

Presidente Barack Obama, conferencia de prensa de abril

Las ventas al detalle cayeron en marzo ya que las pérdidas de empleos y las condiciones más duras para obtener créditos obligaban a los consumidores a recortar fuertemente sus gastos opcionales. Casi cada sector sufrió bajas incluyendo la electrónica, la gastronomía, los muebles, los artículos deportivos y los materiales de construcción. Las ventas de coches siguen cayendo en picada a pesar de ventas agresivas de vehículos nuevos y 13.000 millones de dólares de ayuda del gobierno federal. El derrumbe en la vivienda, que comenzó en julio de 2006, aceleró su caída en marzo, bajando un 19% año por año, mientras se anunciaban más sufrimientos en el futuro. Los no pagos de hipotecas aumentan y se calcula que las ejecuciones hipotecarias en 2009 serán del orden de 2,1 millones, un aumento de 400.000 desde 2008. Los gastos de consumo han bajado, la vivienda está en la ruina y la producción industrial bajó por una tasa anual de un 20%, la mayor caída trimestral desde el Día de la Victoria en Europa en la Segunda Guerra Mundial. La contracción se impone a través de todo el sistema, y no hay señales de que disminuya.

Las condiciones en la economía en conjunto son ahora vastamente diferentes de las en Wall Street, donde el S&P 500 y el Dow Jones Industrials se han consolidado continuamente durante 5 semanas, recuperando más de un 25% de las pérdidas anteriores. El paquete de estímulo monetario de 13 billones de dólares del jefe de la Reserva Federal Ben Bernanke ha causado una recuperación en el mercado bursátil mientras la Calle Mayor sigue languideciendo bajo auxilio vital, esperando que el estímulo fiscal de 787.000 millones de dólares de Obama tenga efecto y compense la caída de la demanda y el aumento del desempleo. La recuperación en Wall Street indica que la inundación con liquidez de Bernanke está creando una burbuja en las acciones ya que los valores actuales no reflejan las condiciones subyacentes en la economía.

Los medios financieros hablan activamente de una recuperación mientras los valores suben más con cada semana que pasa. Jim Cramer de CNBC, el cabecilla hiperventilador del “Dinero Rápido,” anunció la semana pasada: “Proclamo que la depresión ha pasado.” Cramer y sus estrepitosos porristas mediáticos ignoran el hecho de que todos los sectores del sistema financieros están ahora apuntalados con préstamos de la Reserva Federal y bonos del Tesoro, sin los cuales el ficticio libre mercado se derrumbaría. Durante 19 meses, Bernanke ha mantenido una corriente continua de liquidez que fluye de los cofres del Tesoro de EE.UU. a la bolsa de valores de Nueva York en el centro de Manhattan. La Reserva Federal ha recapitalizado a instituciones financieras a través de sus bajas tasas de interés, sus multibillonarios medios prestables, y su compra directa de la deuda soberana de EE.UU. y de valores de Fannie Mae respaldados por hipotecas. El estado de cuentas de la Reserva Federal se ha convertido en un vertedero para todo tipo de desechos tóxicos y de pútridos instrumentos de deuda para los cuales no existe un mercado activo. Cuando los bancos centrales y los inversionistas extranjeros se den cuenta de que la divisa estadounidense está respaldada por dudosos colaterales de alto riesgo, habrá una corrida sobre el dólar seguida por una salida en estampida de valores de EE.UU. A pesar de todo, Bernanke asegura a sus críticos que “los fundamentos de nuestra economía son fuertes.”

En cuanto a la recuperación, el analista de mercados Edward Harrison la resume como sigue:

“Se trata de una recuperación falsa porque los problemas sistémicos subyacentes en el sector financiero están siendo disimulados mediante diversos mecanismos diseñados para recapitalizar subrepticiamente a bancos, mientras el estímulo monetario y fiscal induce un rebote antes de que la insolvencia inherente de muchos bancos se convierta en un problema. Esto significa que el sistema bancario seguirá siendo débil incluso después que la recuperación tome forma. El resultado probable del sistema débil será una recaída en circunstancias similares a una depresión antes de que la salva temporal de estímulos haya desaparecido. Nótese que esto no imposibilita que las acciones suban considerablemente o que se forme un nuevo mercado alcista porque por insostenible que sea la recuperación, no dejará de ser una recuperación.” (Edward Harrison, "The Fake Recovery", Credit Writedowns)

El repunte en el mercado bursátil no arreglará el sistema bancario, ni demorará la caída en la vivienda, ni remendará los desharrapados estados de cuentas de las familias, ni reparará las industrias en bancarrota o revertirá el declive acelerado en la confianza del consumidor. El aumento en el mercado bursátil sólo indica que los especuladores han vuelto al negocio aprovechando las generosas inyecciones de capital de la Reserva Federal que impulsan los valores hacia la estratósfera. Mientras tanto, las filas del desempleo se siguen alargando, los bancos alimentarios se agotan y los refugios para los que carecen de vivienda están que revientan. Las prioridades de la Reserva Federal se orientan a la clase inversionista no al ciudadano común que trabaja. Bernanke trata de mantener contento a Wall Street impulsando los valores de los activos con capital barato, pero los aumentos del suministro de dinero provocan más presión descendiente sobre el dólar. El jefe de la Reserva también ha comenzado a comprar bonos del Tesoro de EE.UU., lo que equivale a escribir un cheque propio para cubrir un sobregiro en la cuenta de uno mismo. Es el tipo de galimatías que pasa por política económica sana. La Reserva Federal es incapaz de solucionar el problema porque la Reserva es el problema.

La semana pasada, el mercado creció a lo alto al conocer que el ingreso neto de Wells Fargo en el primer trimestre aumentó un 50% a 3.000 millones de dólares, haciendo subir su acción un 30% en una sola sesión. Los medios financieros celebraron el triunfo de manera típica congratulándose mutuamente y anunciando que el mercado había tocado “fondo.” La noticia sobre Wells Fargo fue repetida ad nauseam durante dos días incluso a pesar de que todos saben que los grandes bancos poseen cientos de miles de millones en activos respaldados por hipotecas que están marcadas muy por encima de su verdadero valor y que sobrevendrán inmensas pérdidas. Naturalmente, los escépticos son mantenidos fuera de foco o acerbos presentadores los atacan por ser fatalistas y Casandras. Lamentablemente, la contabilidad creativa y la manipulación mediática sólo pueden tener éxito por un cierto tiempo. En última instancia los bancos tendrán que amortizar sus pérdidas y buscar más capital. Wells Fargo se salvó esta vez, pero a la próxima puede que no tenga tanta suerte. Bloomberg resume la situación de Wells Fargo:

“Wells Fargo & Co., el segundo prestamista de ahorro-vivienda de EE.UU., podría necesitar 50.000 millones de dólares para pagar al gobierno federal y cubrir pérdidas por préstamos a medida que la crisis económica se profundiza, según Frederick Cannon de KBW Inc.

KBW espera 120.000 millones de dólares de pérdidas de “tensión” en Wells Fargo, suponiendo que la recesión continúe durante el primer trimestre de 2010 y que el desempleo llegue a un 12%, escribió hoy Cannon en un informe. El banco basado en San Francisco podría necesitar 25.000 millones de dólares aparte de los 25.000 millones que debe al Tesoro de EE.UU. por el plan de rescate de la industria, escribió.

“Los detalles son escasos y creemos que gran parte de las noticias positivas en los resultados preliminares tenían que ver con la contabilidad de fusiones, estándares de contabilidad revisados y moratorias de no-pago de hipotecas, más que con tendencias subyacentes,” escribió Cannon, quien bajó la calificación de las acciones de “rendimiento de mercado” a “operación pobre.” “Esperamos que las ganancias y el capital estén bajo presión debido a la continuación de la debilidad económica.”

¿Qué pasó con todos esos préstamos sin rendimiento y MBS [valores con respaldo hipotecario] basura? ¿Se evaporaron simplemente hacia el éter neoyorquino? ¿Es posible que la buena suerte de Wells tenga algo que ver con los recientes cambios de las reglas de contabilidad de FASB [Consejo de Estándares de Contabilidad Financiera] respecto a "mark to market" [posiciones de futuros abiertas de los contribuyentes son ajustadas a valor de mercado para el cierre del año impositivo, N. del T.] que permiten más flexibilidad a los bancos para asignar un valor a sus activos? También, a juzgar por las planillas en Internet, Wells parece tener la menor “ratio de reservas de pérdidas para préstamos” de los cuatro principales bancos. No se puede decir que algo semejante inspire confianza.

Paul Krugman también expresa un punto de vista escéptico ante el informe de Wells Fargo:

“Respecto a esas maravillosas cifras de Wells Fargo.... hay que recordar, que los beneficios en los informes no constituyen un número definitivo; involucran numerosas suposiciones. Y por lo menos algunos analistas dicen que las suposiciones de Wells sobre pérdidas por préstamos parecen, bueno, extrañas. Tal vez sí, tal vez no; pero hay que decir que sería terriblemente conveniente que los bancos sonaran bien claro ahora; precisamente cuando la cuestión de hasta qué punto se pondrá duro el gobierno de Obama está colgada en la balanza.”

Los bancos están todos jugando el mismo juego de escondite, tratando de embaucar al público para que crea que están en una posición de capital más fuerte de lo que están en realidad. No es más que otra trapacería de Wall Street empapelada con insípida propaganda mediática. Las gigantescas agencias de bolsa y los medios financieras son dos rayos de la misma rueda que giran en sincronización. Por desgracia, la fanfarria de los medios y el maquillaje de cifras no sacarán a la economía de su espiral descendiente o producirán una recuperación a largo plazo. Eso requiere política fiscal, programas de puestos de trabajo, alivio de deudas, saneamiento de hipotecas y un plan progresista para reconstruir la economía de la nación sobre un fundamento sólido de productividad y de aumentos regulares de salarios. Hasta ahora, el gobierno de Obama ha concentrado toda su atención y sus recursos en el sistema financiero en lugar de la gente trabajadora. Eso no solucionará el problema.

La deflación está hincando sus dientes en la economía. Los precios de alimentos y combustible cayeron en marzo en un 0,1% mientras el desempleo sigue su declive hacia un 10%. La caída de los precios al por mayor ha sido la mayor desde 1950 en los últimos 12 meses. Según MarketWatch: “La producción industrial ha bajado un 13,3% desde que comenzó la recesión en diciembre de 2007, el mayor descenso porcentual desde el fin de la Segunda Guerra Mundial”… La tasa de utilización de la capacidad del total de la industria cayó más allá a 69,3%, un punto bajo histórico para esta serie, que comienza en 1967.” (Federal Reserve) La persistente caída en los precios de la vivienda (30%) y las pérdidas en el patrimonio inmobiliario sólo aumentan las presiones deflacionarias. La inmensa burbuja crediticia pierde aire una inmensa ráfaga.

El estímulo de 787.000 millones de dólares de Obama es demasiado pequeño para compensar la falta de actividad en una economía de 14 billones de dólares por año, en la que la capacidad de manufactura e industrial han caído a puntos bajos récord y el desempleo aumenta en 650.000 por mes. El alto desempleo es letal para una economía en la que los gastos de consumo representan un 72% del PIB. Sin alivio de la deuda y reducción de la presión de las hipotecas, el consumo se deteriorará y los beneficios corporativos se seguirán reduciendo. Las compañías del S&P500 ya han tenido una caída de un 37% en los beneficios corporativos. A menos que sean encarados los temas subyacentes de alivio de la deuda y de los salarios, las actuales tendencias persistirán. El crecimiento es imposible si los trabajadores están en quiebra y no se pueden permitir la compra de las cosas que producen.

El estímulo debe ser aumentado a un tamaño que permita que fomente la actividad económica y cree suficientes empleos para superar los problemas. El profesor de economía de Yale, Robert Schiller, propugna el martes más estímulos en su comentario en Bloomberg:

“En la Gran Depresión… el gobierno de EE.UU. tuvo muchas dificultades para mantener su compromiso con el estímulo económico. Se hablaba de, y se probó, la ‘reactivación de la economía’, pero no consecuentemente. La Depresión podría haber sido impedida en gran parte, pero no lo fue… Ante una psicología actual similar a la de la era de la Depresión, necesitamos de nuevo una masiva reactivación de la economía.

Sería una vergüenza si estuviésemos tan abrumados por la cólera ante la injusticia de todo que no tomáramos las medidas positivas necesarias para restaurar el pleno empleo. No será sólo injusto de cara al contribuyente estadounidense. Sería injusto hacia los que viven en chabolas…, sería injusto hacia los que están siendo desalojados de sus casas, y que no pueden encontrar otras porque no pueden encontrar empleo. Sería injusto hacia los que tienen que abandonar sus estudios porque ellos, o sus padres, no pueden encontrar empleo.

Es hora de enfrentar lo que hay que hacer. La sorpresa involucrada por el coste será inmensa, pero el coste en términos de producción perdida por no lograr el objetivo crediticio o el objetivo de la demanda agregada será aún mayor.” (Robert Schiller, “Depression Lurks unless there's more Stimulus,” Bloomberg)

Incluso si la producción industrial, la manufactura, el comercio al detalle y la vivienda están en caída libre, el habla en Wall Street todavía se concentra en la elusiva recuperación. El S&P 500 tocó fondo a 666 el 6 de marzo y desde entonces ha vuelto a 852. Evidentemente las inyecciones de capital de Bernanke han jugado un papel importante en ese cambio. El ex Secretario de Trabajo bajo Clinton y profesor de economía en la Universidad de California Berkeley, Robert Reich, lo explica como sigue en su blog:

“Todos estos artículos con noticias optimistas están conectados por un hecho: la inundación de dinero que la Reserva Federal ha estado lanzando a la economía… Hay tanto dinero derramado sobre la economía que su precio tiene que bajar. Y el dinero barato tiene que inducir un cierto emprestamiento. La verdadera pregunta es si esto significa un despegue económico. La respuesta es que no lo hace.

El dinero barato, recordaréis, nos metió en este lío. Hace seis años, la Reserva Federal (Alan Greenspan et al) bajó los tipos de interés a un 1%... Los grandes prestamistas hicieron lo que se podía esperar con ese dinero gratuito – conseguir lo más posible y luego prestárselo a todo el que podía ponerse de pie (y a muchos que no lo podían). Sin que hubiera reguladores que los controlaran, se salieron con la suya con el equivalente financiero de asesinatos.

El único principio económico que ha cambiado desde entonces es que tanta gente fue tan terriblemente perjudicada que ha desaparecido la confianza necesaria para que consumidores, inversionistas y empresas repitan lo que hicieron en aquel entonces… Sí, algunos consumidores refinanciarán y utilizarán el dinero extra que extraigan de sus casas para volver a gastarlo. Pero la mayoría utilizará ese dinero extra para pagar deudas y comenzar de nuevo a ahorrar, como lo hiciera hace años…

Admiro el optimismo disparatado, y comprendo por qué Wall Street y sus portavoces quieren ver un retorno al mercado alcista. ¡Diablos!, cualquiera que tenga una cartera de acciones quiere que vuelva a crecer. Pero desear algo es algo diferente de conseguirlo. Y el optimismo disparatado puede causar un inmenso daño a una economía. ¿No lo hemos aprendido todavía?

(Blog de Robert Reich, "Why We're Not at the Beginning of the End, and Probably Not Even At the End of the Beginning")

Si la intención del grandioso experimento económico de Bernanke fue crear una inflación dispareja en los mercados de valores y, por lo tanto, ampliar el abismo entre los financistas y la economía real; parece haber tenido éxito. ¿Pero por cuánto tiempo? ¿Cuánto tardará antes de que los bancos e inversionistas extranjeros se den cuenta de que las “facilidades de emprestamiento,” de sonido tan inocuo, de la Reserva Federal han provocado una ola de liquidez especulativa de bajos intereses hacia los mercados de capital? ¿De qué otra manera se puede explicar que las acciones suban vertiginosamente cuando la capacidad industrial, la manufactura, las exportaciones, los beneficios corporativos, el comercio minorista y todos los demás sectores han sido convertidos en escombros? La liquidez nunca es inerte. Navega por el sistema financiero como el mercurio en el agua, lanzándose elusivamente al área que ofrece la mayor oportunidad para ganancias. Por eso la marea apareció primero en el mercado bursátil. Cuando pase a las materias primas – y aumenten el petróleo y los precios de alimentos – Bernanke se dará cuenta de que el tiro le salió por la culata.

El plan de rescate financiero de Bernanke es un desastre. Debería haber pasado menos tiempo con Milton Friedman y más con Karl Marx. Fue Marx el que reveló la raíz de todas las crisis financieras. La resumió como sigue:

“La razón en última instancia de todas las crisis reales sigue siendo la pobreza y el consumo restringido de las masas, contrariamente al impulso de la producción capitalista para desarrollar las fuerzas productivas como si el poder absoluto de consumo de la sociedad constituyera su límite.” (Karl Marx, Capital, vol. 3, New York International publishers, 1967.)

¡Bingo!. Mensaje a Bernanke: Los trabajadores necesitan ayuda para la deuda y un aumento de salarios, no mayores rescates para gánsteres bancarios estafadores

Mike Whitney vive en el noroeste del Pacífico. Para contactos, escriba a: fergiewhitney@msn.com Mike Whitney vive en el noroeste del Pacífico. Para contactos, escriba a: fergiewhitney@msn.com


http://www.counterpunch.org/whitney04162009.html


"The Foundations of Our Economy are Strong"

A Bulletin From the Captain of the Titanic

By MIKE WHITNEY

"We are starting to see glimmers of hope across the economy."

President Barack Obama, April press conference.

Retail sales fell in March as fearsome job losses and tighter credit conditions forced consumers to cut back sharply on discretionary spending. Nearly every sector is seeing declines including electronics, restaurants, furniture, sporting goods and building materials. Auto sales continue their nosedive despite aggressive promotions on new vehicles and $13 billion of aid from the federal government. The crash in housing, which began in July 2006, accelerated on the downside in March, falling 19 per cent year-over-year, signaling more pain ahead. Mortgage defaults are rising and foreclosures in 2009 are estimated to be in the 2.1 million range, an uptick of 400,000 from 2008. Consumer spending is down, housing is in a shambles, and industrial output dropped at an annual rate of 20 per cent, the largest quarterly decrease since VE Day. The system-wide contraction continues, with no sign of letting up.

Conditions in the broader economy are now vastly different than those on Wall Street, where the S&P 500 and the Dow Jones Industrials have rallied for 5 weeks straight, regaining more than 25 per cent of earlier losses. Fed chief Ben Bernanke's $13 trillion in monetary stimulus has triggered a rebound in the stock market while Main Street continues to languish on life-support, waiting for Obama's $787 billion fiscal stimulus to kick in and compensate for falling demand and rising unemployment. The rally on Wall Street indicates that Bernanke's flood of liquidity is creating a bubble in stocks since present values do not reflect underlying conditions in the economy.

The financial media are abuzz with talk of a recovery as equities inch their way higher every week. CNBC's Jim Cramer, the hyperventilating ringleader of "Fast Money", announced last week, "I am pronouncing the depression is over." Cramer and his clatter of media cheerleaders ignore the fact that every sector of the financial system is now propped up with Fed loans and T-Bills, without which the fictive free market would collapse in a heap. For 19 months, Bernanke has kept a steady stream of liquidity flowing from the vault at the US Treasury to the NYSE in downtown Manhattan. The Fed has recapitalized financial institutions via its low interest rates, its multi-trillion dollar lending facilities, and its direct purchase of US sovereign debt and Fannie Mae mortgage-backed securities. The Fed's balance sheet has become a dumping ground for all manner of toxic waste and putrid debt-instruments for which there is no active market. When foreign central banks and investors realize that US currency is backed by dodgy subprime collateral, there will be a run on the dollar followed by a stampede out of US equities. Even so, Bernanke assures his critics that "the foundations of our economy are strong".

As for the recovery, market analyst Edward Harrison sums it up like this:

“This is a fake recovery because the underlying systemic issues in the financial sector are being papered over through various mechanisms designed to surreptitiously recapitalize banks while monetary and fiscal stimulus induces a rebound before many banks' inherent insolvency becomes a problem. This means the banking system will remain weak even after recovery takes hold. The likely result of the weak system will be a relapse into a depression-like circumstances once the temporary salve of stimulus has worn off. Note that this does not preclude stocks from large rallies or a new bull market from forming because as unsustainable as the recovery may be, it will be a recovery nonetheless." (Edward Harrison, "The Fake Recovery", Credit Writedowns)

The rally in the stock market will not fix the banking system, slow the crash in housing, patch-together tattered household balance sheets, repair failing industries or reverse the precipitous decline in consumer confidence. The rising stock market merely indicates that speculators are back in business taking advantage of the Fed's lavish capital injections which are propelling equities into the stratosphere. Meanwhile, the unemployment lines continue to swell, the food banks to run dry and the homeless shelters to burst at the seams. So far, $12 trillion has been pumped into the financial system while less than $450 billion fiscal stimulus has gone to the "real" economy where workers are struggling just to keep food on the table. The Fed's priorities are directed at the investor class not the average working Joe. Bernanke is trying to keep Wall Street happy by goosing asset values with cheap capital, but the increases to the money supply are putting more downward pressure on the dollar. The Fed chief has also begun purchasing US Treasuries, which is the equivalent of writing a check to oneself to cover an overdraft in one's own account. This is the kind of gibberish that passes as sound economic policy. The Fed is incapable if fixing the problem because the Fed is the problem.

Last week, the market shot up on news that Wells Fargo's first quarter net income rose 50 per cent to $3 billion, pushing the stock up 30 percent in one session. The financial media celebrated the triumph in typical manner by congratulating everyone and announcing that a market "bottom" had been reached. The news on Wells Fargo was repeated ad nauseam for two days even though everyone knows that the big banks are holding hundreds of billions in mortgage-backed assets which are marked way above their true value and that gigantic losses are forthcoming. Naturally, the skeptics were kept off-camera or lambasted by toothy anchors as doomsayers and Cassandras. Regrettably, creative accounting and media spin can only work for so long. Eventually the banks will have to write down their losses and raise more capital. Wells Fargo slipped the noose this time, but next time might not be so lucky. Bloomberg sums up Wells Fargo’s situation:

"Wells Fargo & Co., the second biggest U.S. home lender, may need $50 billion to pay back the federal government and cover loan losses as the economic slump deepens, according to KBW Inc.’s Frederick Cannon.

KBW expects $120 billion of “stress” losses at Wells Fargo, assuming the recession continues through the first quarter of 2010 and unemployment reaches 12 percent, Cannon wrote today in a report. The San Francisco-based bank may need to raise $25 billion on top of the $25 billion it owes the U.S. Treasury for the industry bailout plan, he wrote.

“Details were scarce and we believe that much of the positive news in the preliminary results had to do with merger accounting, revised accounting standards and mortgage default moratoriums, rather than underlying trends,” wrote Cannon, who downgraded the shares to “underperform” from “market perform.” “We expect earnings and capital to be under pressure due to continued economic weakness.”

What happened to all those nonperforming loans and garbage MBS? Did they simply vanish into the New York ether? Could Wells sudden good fortune have something to do with the recent FASB changes to accounting guidelines on "mark to market" which allow banks greater flexibility in assigning a value to their assets? Also, Judging by the charts on the Internet, Wells appears to have the smallest "ratio of loan loss reserves" of the four biggest banks. That's hardly reassuring.

Paul Krugman takes an equally skeptical view of the Wells Fargo report:

"About those great numbers from Wells Fargo....remember, reported profits aren’t a hard number; they involve a lot of assumptions. And at least some analysts are saying that the Wells assumptions about loan losses look, um, odd. Maybe, maybe not; but you do have to say that it would be awfully convenient for banks to sound the all clear right now, just when the question of how tough the Obama administration will really get is hanging in the balance."

The banks are all playing the same game of hide-n-seek, trying to hoodwink the public into thinking they are in a stronger capital position than they really are. It's just more Wall Street chicanery papered over with vapid media propaganda. The giant brokerage houses and the financial media are two spokes on the same wheel whirling round in sync. Unfortunately, media fanfare and massaging the numbers won't pull the economy out of its downward spiral or bring about a long-term recovery. That will take fiscal policy, jobs programs, debt relief, mortgage writedowns and a progressive plan to rebuild the nation's economy on a solid foundation of productivity and regular wage increases. So far, the Obama administration has focused all its attention and resources on the financial system rather than working people. That won't fix the problem.

Deflation is sinking its teeth into the economy. Food and fuel prices fell in March by 0.1 per cent while unemployment continued its slide towards 10 per cent. Wholesale prices fell by the most in the last 12 months since 1950. According to MarketWatch, "Industrial production is down 13.3 per cent since the recession began in December 2007, the largest percentage decline since the end of World War II"....The capacity utilization rate for total industry fell further to 69.3 percent, a historical low for this series, which begins in 1967." (Federal Reserve) The persistent fall in housing prices (30 percent) and losses in home equity only add to deflationary pressures. The wind is exiting the humongous credit bubble in one great gust.

Obama's $787 billion stimulus is too small to take up the slack in a $14 trillion per year economy where manufacturing and industrial capacity have slipped to record lows and unemployment is rising at 650,000 per month. High unemployment is lethal to an economy where consumer spending is 72 percent of GDP. Without debt relief and mortgage cram-downs, consumption will sputter and corporate profits will continue to shrink. S&P 500 companies have already seen a 37 percent drop in corporate profits. Unless the underlying issues of debt relief and wages are dealt with, the present trends will persist. Growth is impossible when workers are broke and can't afford to buy the things the make.

The stimulus must be increased to a size where it can do boost economic activity and create enough jobs to get over the hump. Yale economics professor Robert Schiller makes the case for more stimulus in his Bloomberg commentary on Tuesday:

"In the Great Depression ... the U.S. government had a great deal of trouble maintaining its commitment to economic stimulus. 'Pump- priming' was talked about and tried, but not consistently. The Depression could have been mostly prevented, but wasn’t.... In the face of a similar Depression-era psychology today, we are in need of massive pump-priming again.

It would be a shame if we are so overwhelmed by anger at the unfairness of it all that we do not take the positive measures needed to restore us to full employment. That would not just be unfair to the U.S. taxpayer. That would be unfair to those who are living in Hoovervilles...; it would be unfair to those who are being evicted from their homes, and can’t find new ones because they can’t find jobs. That would be unfair to those who have to drop out of school because they, or their parents, can’t find jobs.

It is time to face up to what needs to be done. The sticker shock involved will be large, but the costs in terms of lost output of not meeting either the credit target or the aggregate demand target will be yet larger." (Robert Schiller, Depression Lurks unless there's more Stimulus, Bloomberg)

Even though industrial production, manufacturing, retail and housing are in freefall, the talk on Wall Street still focuses on the elusive recovery. The S&P 500 touched bottom at 666 on March 6 and has since retraced its steps to 852. Clearly, Bernanke's capital injections have played a major role in the turnabout. Former Secretary of Labor under Bill Clinton and economics professor at UC Berkeley, Robert Reich, explains it like this on his blog-site:

"All of these pieces of upbeat news are connected by one fact: the flood of money the Fed has been releasing into the economy. ... So much money is sloshing around the economy that its price is bound to drop. And cheap money is bound to induce some borrowing. The real question is whether this means an economic turnaround. The answer is it doesn't.

Cheap money, you may remember, got us into this mess. Six years ago, the Fed (Alan Greenspan et al) lowered interest rates to 1 percent.... The large lenders did exactly what they could be expected to do with free money -- get as much of it as possible and then lent it out to anyone who could stand up straight (and many who couldn't). With no regulators looking over their shoulders, they got away with the financial equivalent of murder.

The only economic fundamental that's changed since then is that so many people got so badly burned that the trust necessary for consumers, investors, and businesses to repeat what they did then has vanished.... yes, some consumers will refinance and use the extra money they extract from their homes to spend again. But most will use the extra money to pay off debt and start saving again, as they did years ago....

I admire cockeyed optimism, and I understand why Wall Street and its spokespeople want to see a return of the bull market. Hell, everyone with a stock portfolio wants to see it grow again. But wishing for something is different from getting it. And cockeyed optimism can wreak enormous damage on an economy. Haven't we already learned this? (Robert Reich's Blog, "Why We're Not at the Beginning of the End, and Probably Not Even At the End of the Beginning")

If the purpose of Bernanke's grand economics experiment was to create uneven inflation in the equities markets and, thus, widen the chasm between the financials and the real economy; he seems to have succeeded. But for how long? How long will it be before foreign banks and investors realize that the Fed's innocuous-sounding "lending facilities" have released a wave of low interest speculative liquidity into the capital markets? How else does one explain soaring stocks when industrial capacity, manufacturing, exports, corporate profits, retail and every other sector have been pounded into rubble? Liquidity is never inert. It navigates the financial system like mercury in water darting elusively to the area which offers the greatest opportunity for profit. That's why the surge popped up first in the stock market. When it spills into commodities--and oil and food prices rise--Bernanke will realize his plan has backfired..

Bernanke's financial rescue plan is a disaster. He should have spent a little less time with Milton Friedman and a little more with Karl Marx. It was Marx who uncovered the root of all financial crises. He summed it up like this:

"The ultimate reason for all real crises always remains the poverty and restricted consumption of the masses as opposed to the drive of capitalist production to develop the productive forces as though only the absolute consuming power of society constituted their limit." (Karl Marx, Capital, vol. 3, New York International publishers, 1967.)

Bingo. Message to Bernanke: Workers need debt-relief and a raise in pay not bigger bailouts for chiseling fatcat banksters.

Mike Whitney lives in Washington state. He can be reached at fergiewhitney@msn.com


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