Wednesday, February 25, 2009

"Ahora tenéis otras reglas de juego"

Entrevista con Juan Carlos Monedero. Por Roberto Giusti

Eluniversal.com, 22 April 2007

En esta entrevista, Juan Carlos Monedero habla del modelo venezolano en la búsqueda del socialismo del siglo XXI.

Juan Carlos Monedero, politólogo español y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, no sólo fue número 1 de su promoción, sino que hizo su tesis de postgrado en Heildelberg sobre la causas del hundimiento de la República Democrática Alemana y del socialismo real que instauró durante casi medio siglo bajo la férula soviética.



Desde hace 5 años reparte su tiempo entre España y Venezuela. Aquí es responsable de Formación del Centro Internacional Miranda, el laboratorio ideológico del chavismo donde extranjeros y venezolanos se afanan en la búsqueda de la pócima teórica que sintetice, en una sola fórmula, esa cosa llamada Socialismo del Siglo XXI. Eso sin que de las probetas surjan los viejos brebajes ya probados en el siglo pasado.



"Si estudiamos a fondo el siglo XX sacaremos dos lecturas: una es que el reformismo está cargado de mentiras e insuficiencias. Debemos determinar por qué no es un modelo válido para Venezuela ni para América Latina y ni siquiera para Europa. Un estudio del Siglo XX también nos ayudaría a entender los peligros políticos que confrontó el socialismo en ese período. En el último acto del poliedro me alegró escuchar al Presidente hacer una lista de los peligros del estalinismo. Los politólogos sabemos que los partidos tienden hacia la oligarquización y si carecen de fuertes controles populares pueden convertirse en aquello denunciado por Robespierre, Rosa Luxemburgo y Trotski: un aparato que sustituye a la sociedad, un comité central que sustituye al partido y un secretario general que sustituye al comité central. El presidente dio el primer paso para superar los errores, que es su identificación. Así se evita que el partido se confunda con la revolución y el estado y que quien quede fuera de la revolución o del estado sea catalogado como enemigo del pueblo. Cuando el Presidente alerta que el partido no debe utilizarse con fines particulares, está identificando el gran manchón del siglo XX: el estalinismo".



-¿No liquidaron los bolcheviques a organizaciones como los mencheviques y los cadetes sobre la idea del partido único?



-Nadie estaba a favor de un partido único, pero hay gente tramposa que quiere impedir que las fuerzas políticas, conformes con determinada orientación, se junten. Si el presidente Chávez tiene una apuesta decididamente democrática para Venezuela y para ello debe ganar elecciones, necesita un partido unificado.



-¿No es una clave de la democracia la diversidad, incluso dentro de una identidad de propósitos comunes?



-El Presidente ha señalado la posibilidad de que haya diferentes sensibilidades dentro de esta fuerza política.



-Pero al gobernador Martínez lo mandó a la oposición con cajas destempladas.



-Cuando las cocinas están a pleno fuego y como en el caso venezolano se ponen en marcha procesos transformadores tan profundos, los cocineros deben estar alertas. Esas transformaciones reclaman todos los controles posibles. Por eso resulta esencial estudiar los errores del socialismo del siglo XX y del partido bolchevique.



-Hay ejemplos que parecen tontos pero indican cómo esto no parece socialismo del siglo XXI sino del XX: Partido Socialista Unificado de Venezuela y Partido Socialista Unificado de la RDA (Alemania oriental). Ministro del Poder Popular para¿. (Cuba), ministro del Poder Popular para (Venezuela). "Patria, socialismo o muerte" (Cuba), Patria, socialismo o muerte (Venezuela).



-Cuba es el mejor modelo para Cuba y ojalá los niveles de humanidad que hay allí los tuvieran muchos países latinoamericanos. Pero no he oído en ningún lado, ni siquiera en Cuba, que se quiera trasladar ese modelo a otro lugar.



-Si voceamos las mismas consignas, si los ministerios se llaman igual, y si se copia modelos cubanos para diversas áreas, ¿qué puede pensar la gente?



-También llamamos democracia a los regímenes de prácticamente todos los lugares del mundo y son bien diferentes unos de otros. Venezuela hace bien en el intento de rebautizar las palabras porque las palabras se las han robado. Anunciaron una revolución verde y eso significó acabar con una parte de la subsistencia del agro latinoamericano y asiático. Ahora están con otra mentira, que es la palabra biocombustibles, como si beberse un litro de etanol fuera saludable, en vez de denominarlos agro combustibles.



-Cuando se dice "socialismo o muerte", no puede entenderse sino que no tenemos otra alternativa. O se aplica el socialismo o morimos unos y otros.



-Es sólo semántico. Son lemas que intentan unificar en un momento en el cual se impone un gran esfuerzo para hacer valer nuevas reglas del juego. Creo todo lo contrario. Veo que Chávez apuesta por la vida.



-¿Por qué no dice, entonces, patria, socialismo y vida?



-Si Chávez fuera realmente un enamorado de la muerte, hubiera apostado el 11 y 12 de abril por la muerte. Pero no lo hizo, apostó por la vida.



-Algunos pensamos otra cosa.



-Es un lema. A mí personalmente no me emociona, pero sería un error interpretarlo semáticamente porque nadie está mandando a morir por nada. Es una forma de decir que vamos a concentrar todo nuestro esfuerzo en esas transformaciones tan difíciles, lo cual pone al país en el ojo del mundo y de los pueblos que tienen esperanza. Este pueblo sí que se echó a morir el 13 de abril para defender a su Presidente. Esa expresión, que no me emociona, debe interpretarse como la necesidad de hacer las cosas con muchas ganas porque, si no, las transformaciones no salen adelante.



-¿Cómo imaginas a Venezuela a la vuelta de dos años?



-Los plazos para medir las transformaciones son más largos. Si lo comparo con España y a veces me encuentro aquí con cosas que veía en mi país cuando era pequeño, pienso en plazos de una generación. Es decir, en términos de Ortega (y Gasset), 15 años. Yo empecé a venir hace 5 años y observo transformaciones ya profundas. Pero la más profunda de las transformaciones es la que tiene lugar en las conciencias. Hay cosas que nunca se van a resolver con ingeniería o estructuras administrativas, sino cuando la gente entienda las nuevas reglas del juego, que forman parte de un nuevo sentido común. Por eso, lo que más me interesa de este proceso es la educación y el motor denominado Moral y Luces. Estoy convencido de que el hombre nuevo es el hombre viejo en nuevas circunstancias y éstas constituyen las nueva cultura.



-Una cosa es educar y otra indoctrinar. Y esto último es la que priva cuando se dice que los niños serán formados en la idea del socialismo.



-Decimos eso porque tenemos la cabeza formateada con las reglas de juego del sistema capitalista. Seguramente a ti no te escandaliza que en un libro de texto de tu hijo aparezca publicidad de zapatillas Nike.



-Eso no está ocurriendo.



-La publicidad está en el día a día de los entornos educativos. Parte importante de las tareas de las empresas es fidelizar a niños y a adolescentes. Lo ves en la televisión, en los programas infantiles, en las vallas. Es ahora cuando estamos intentando quitar la publicidad de tabaco.



-Si partimos de tu enfoque entendemos, entonces, que la publicidad es tan negativa como indoctrinar niños.



-El planteamiento no es así. Cada sociedad tiene unas pistas sobre las cuales discurren los valores, que se aprenden con la socialización en la escuela, los medios, la familia y antaño la iglesia. Esos valores de la modernidad, del capitalismo y de un modelo de Estado los hemos hecho cotidianos. Pero ahora en Venezuela están cambiando las reglas de juego y buena parte de lo que ustedes ven como un gran contraste es que están en entrando nuevas situaciones a las que uno debe adaptarse. Claro, eso choca, sobre todo cuando uno es mayor. En un sistema capitalista quien gana 40% es un héroe. Pero en una sociedad socialista que alguien se jacte de eso mismo sería una vergüenza porque esa ganancia la obtuvo sobre los hombros de los demás.



-¿Pasa, entonces, el socialismo del siglo XXI por la eliminación de todas las formas capitalistas?



-Hay una incompatibilidad esencial entre capitalismo y socialismo. No es posible pensar en un socialismo que no vaya a las raíces de las cuatro bases sobre las cuales se asienta el capitalismo: que todo se puede convertir en mercancía, incluido el amor; que lo que se produce en sociedad se hace de acuerdo a la oferta y la demanda; que los medios de producción son privados y que se produce para el mercado, es decir, no intercambiamos nuestros excedentes sino que intercambiamos por dinero. Esos cuatro pilares capitalistas son incompatibles con el socialismo.



-Es decir, van a desaparecer en Venezuela.



-Tienen que desaparecer si se pone en marcha el socialismo.



-Entonces desaparece la propiedad privada.



-No. La propiedad privada es bien diferente en virtud de los ámbitos a los cuales te refieres. Si uno lee a Marx , encuentra elementos y predicciones incorrectas. Pero su análisis del sistema capitalista es absolutamente válido hoy. Y lo digo no como ciudadano, sino como doctor en Ciencias Políticas.



-Y como marxista.



-Una vez le preguntaron a Unamuno si creía en la existencia de Dios y él replicó: "Dígame usted que entiende por creer, por existir y por Dios y entonces le contestó. Cuando alguien me pregunta si soy marxista, le contesto: "¿qué entiende usted por marxismo".



-Lucha de clases, materialismo dialéctico, materialismo histórico. Sin contar las 4 condiciones básicas del socialismo que has señalado.



--Pero que no admiten simplificaciones. No es igual el marxismo en autores como David Harvey, Fredric Jameson, Perry Anderson, Michael Leibowitz, Trostki, Gramsci o Stalin, que es la gran simplificación del marxismo.



-Sólo que la de Stalin no es una simplificación teórica, sino fáctica, que le costó la vida a 50 millones de personas.



-Igual que las concreciones del capitalismo le han costado la vida a millones desde el siglo XV. Obviamente siempre hay diferencias entre teoría y práctica.



Publicado por El universal

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