Los gobiernos de todo el mundo se han esforzado duramente desde octubre pasado por mantener en pie el sistema financiero mundial. Han inyectado en torno a 412.000 millones de euros en cientos de entidades para intentar que no se repita lo de Lehman Brothers, cuya caída estuvo a punto de desembocar en la quiebra de todo el sistema.
Con esa inversión, los estados se han convertido en el primer banquero del mundo, a gran distancia del mayor banco por valor en bolsa, el HSBC, valorado en 65.665 millones. Con tanto dinero, que en la mayoría de los casos no ha servido para reflotar definitivamente a las entidades, podrían haber comprado a los catorce bancos más grandes del mundo.
Pero ese esfuerzo podría ser sólo un aperitivo de lo que viene ahora. El pasado viernes, ya se vio en las cotizaciones de dos de los bancos que hasta hace pocos meses estaban en el top-ten mundial: Citigroup y Bank of America. Sus acciones se desplomaron al tiempo que reapareció el fantasma de la nacionalización, aunque el posterior desmentido de la Casa Blanca frenó su caída. Son sólo dos ejemplos de lo que se viene encima, aseguran los expertos, que advierten de que llega la segunda oleada de nacionalizaciones. El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, reconoció esta semana esta posibilidad.
El organismo internacional calcula que las pérdidas que tendrá que asumir la banca en esta crisis serán de unos 1,74 billones de euros. Y difícilmente podrá hacerlo sola con la economía mundial en recesión. Así que a los estados les queda mucho por aportar.
"Nacionalizar para luego privatizar"
El presidente de una gran empresa del Ibex aseguraba esta semana que quizá la solución sea "nacionalizar para luego privatizar" como una manera de recuperar la estabilidad.
El director del Sector Financiero de IE Business School, Manuel Romera, cree que "la situación actual es delicadísima y mucho peor que la de octubre pasado". Ahora, "hay que reconstruir el sistema financiero mundial" y en esa tesitura Estados Unidos será mucho más veloz que Europa. Y mucho más que España, donde ni siquiera se ha empezado a reconocer que las entidades tienen problemas, concluye.
Para Romera, la nacionalización de algunas entidades mundiales es "inminente" y la de las españolas "posible". Según el director de Análisis Financiero de Funcas, Santiago Carbó, "la segunda ronda del tsunami es inevitable", porque la banca se deteriora cada vez más con la recesión.
Los gobiernos se preparan para afrontar esta realidad. De hecho, Alemania acaba de aprobar una ley que permitirá nacionalizar bancos. El problema es que en Europa cada uno va por su lado y eso dificulta una solución común.
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