Trabajadores de restaurantes, bares y cantinas resultaron golpeados por la emergencia sanitaria en la ciudad tras el brote de influenza porcina, si bien muchos establecimientos no han recibido la orden de las autoridades locales de cerrar temporalmente como medida preventiva, los que hasta ayer permanecían en operación resintieron un descenso considerable en su clientela, lo que significó no sólo menos ganancias para sus dueños, sino menos propinas para ellos.
“Estuvo vacío,cerramos a la una de la mañana (del sábado); me llevé cien pesos de propina y para llegar a mi casa, como voy hasta el fondo de Neza, el colectivo (que toma a esa hora de la madrugada en una base de Paseo de la Reforma) me cobra 70 pesos, un coche me cobra 160”. Toribio Pérez, mesero de la cantina La Bohemia, en la Zona Rosa.
“Con toda la información que sale en la tele, la gente se está asustando. Aquí en las mañanas la gente viene al bufete, hoy (sábado) tuvimos sólo a cuatro clientes; a la hora de la comida tenemos unas ocho mesas ocupadas, vea, ahora nada más tenemos una; en las noches lo fuerte es el turismo que viene a ver el espectáculo (bailes y música y bailes regionales) y se llena, pero ayer estuvimos como al 70 por ciento. Alberto Godoy, jefe de cantina en Focolare de la Zona Rosa.
Ya van a ser las cuatro y no me he persignado, otros días aquí es la hora en que hay más gente ni tiempo tendría de estar platicando con usted
. Memo, mesero del restaurante El Bajío en Plaza Reforma.
Si nos cierran unos días nos corren. Si no trabajamos, no nos pagan, tenemos que trabajar para que esto funcione, aunque sea con poca gente, como ayer
. Abraham Gutiérrez, ayudante general del Yarda’s Bar, en la Zona Rosa.
No comments:
Post a Comment