Satiricosas
Se oponen los arruinados porcicultores del mundo a que se llame “porcina” la temida gripe de moda -más en los medios que en los hospitales pues aún son pocos los auténticos casos en diversos países- así las alertas internacionales echen campanas a volar.
Quieren que se denomine H1N1 porque la receta es:
1 cuchara de aviar, 2 de porcina, pero también 2 cucharas de virus humanos, 1 de neumococo y 1 de tuberculosis, todo esto aderezado con un superinfeccioso merengue de miedo global que indefectiblemente ataca a la psique humana.
La consigna es no respires, no pienses, no te muevas, no te reúnas con otros. Se trata de paralizar de pánico a los ciudadanos ingenuos con medidas sanitarias y, mientras, no se atreven ni a estornudar pero se sienten héroes porque usan un bozal en el que respiran su propio CO2, “por solidaridad con México”, el Ejecutivo y el traidor Legislativo ya cocinaron un Patriot Act, a la manera de Bush después de que tiró las Torres Gemelas. Habrá en México un régimen policiaco inaceptable:
-Agentes policiales sin uniforme en los casos en que lo amerite alguna investigación, policías encubiertos, “civiles” armados. Espías por doquier.
-Será legal la intervención de las llamadas telefónicas.
-La policía federal ahora podrá intervenir e incluso retener los correos electrónicos si así lo requiere.
-Se le otorga a la policía federal toda la facilidad para solicitar a las empresas privadas información personal de sus clientes para los fines de su investigación.
-La corporación realizará acciones de vigilancia, identificación, monitoreo y rastreo en la Red Pública de Internet sobre sitios web, con el fin de prevenir conductas delictivas. ¿O mejor dicho para prevenir golpes de estado, marchas, movimientos civiles, etc.?
Se guardó muy bien el “gobierno federal” en esta campaña contra la propagación del H1N1 de explicar a la población mexicana, la gran mayoría muy asustadiza, lo que los generales romanos decían a sus soldados a punto de entrar en combate: “El miedo aumenta los riesgos”.
¿Por qué sólo México?
En esta etapa de un virus “nuevo”, que ya se habia usado en Asia como cortina de humo para ocultar el desastre económico de la región hace unos años, fueron ambos, Estados Unidos y México, los acusados de ensuciar de tan fea manera al impoluto planeta. Se publicó que el primer individuo infectado llegó a este país desde San Diego, California, USA. Pero sobre todo se SUPO que semejante coctelito sólo puede prepararse en los laboratorios del ejército estadunidense, más precisamente en Fort Dietrich, Maryland, al que los científicos rusos y muchos estadunidenses acusan hasta la fecha, con pruebas, de haber “diseñado” el SIDA o Aids y de haberlo lanzado sobre el mundo (para más información, escriba en su buscador de internet el nombre de Fort Dietrich). O bien en el Biomedical Researh Center de San Antonio, Texas. Se supo también que la cepa, probablemente desaparecida de Fort Dietrich, se desarrolló en las Granjas Carroll de la compañía Smithfield, la más grande comercializadora de cerdos del mundo, que le hace también a los transgénicos. En México, el estado de Veracruz las albergó en Perote y no hizo caso a lo largo de años de las protestas ciudadanas por la terrible contaminación que producía. ¡Viva la inversión extranjera indiscriminada!
Por todo eso, México ha sido el único “puerquito” o “chivo expiatorio”, en el caso “respiratorio”, como decía mi amigo Díaz Serrano cuando eso era en su larga
prisión de 5 años infligida por los vendepatrias De Lamadrid y Salinas, en su afán de iniciar el desmantelamiento de Pemex.
Nuestro país es el único en cargar con innumerables y terribles consecuencias de su política sanitaria dizque “responsable” y en quedar desacreditado, apestado
mundialmente, quién sabe por cuánto tiempo. Cayó el peso que tanto costó enderezar, se cancelaron muchas exportaciones, empezando por las de la carne de puerco a muchos países; se perdieron infinidad de oportunidades turísticas en todas partes, no sólo en el Tianguis Turístico de Acapulco; desaparecieron innumerables empleos y hoy hay gente que no tiene qué ni dónde comer; Cuba y Argentina amablemente suspendieron sus vuelos a México y nuestros aviones son detenidos en todas partes con horror por los (aparentemente) 20 muertos por el cóctel H1N1, al escribir estas líneas. Hasta las Chivas del Guadalajara fueron maltratadas en Chile no obstante que empataron con el equipo local. La gente se tapaba la boca al verlos. Como leprosos nos trataron, dijo un jugador.
Estados Unidos, en cambio, no ha tomado ninguna de las medidas que “admira”. ¿Será porque allá sí saben de qué se trata y no piensan dañar más a sus ciudadanos, a su economía y al difícil empleo, ya que México les hace el favor de promover la “pandemia” y de distraer la atención internacional en los medios de sus grandes debates actuales como las atroces torturas legales de Bush en Guantánamo y otros campos de concentración criminales?
Felipe y el G7
Es lógico que se haya elegido a México como el “puerquito”, para servir los propósitos aún tan neoliberales del G7, grupo formado por Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, con el que Calderón se reunió el 2 de abril. Su conducta “heroica” contra los narcos mexicanos (y cualquiera que resulte tontamente responsable por encontrarse cerca o por protestar contra el gobierno federal), los convenció del buen servidor que es. Y por si algo faltaba, mostró su docilidad con el Comando Norte, el famoso NorthCom que creó Bush para combatir el terrorismo, enviando buques mexicanos a servir bajo su mando: “El gobierno de facto de Felipe Calderón está muy cerca de enfrentar la mayor crisis por la que ha atravesado en estos dos años tras conocerse que las fuerzas armadas de México participarán, en violación a la Constitución General y ya en plena subordinación a Washington, en una serie de ejercicios militares organizados por el Pentágono, durante un operativo llamado Unitas 50-09, que se llevará a cabo en las aguas de Florida del 19 de abril al 7 de mayo, según informó el pasado lunes 6 de abril el general James Cartwright, subjefe del Comando Conjunto de las fuerzas armadas estadunidenses”, escribió el 10 de abril 2009 en La Jornada Luis Javier Garrido.
¿Y por qué, Marcelo?
3 mil 108 millones de pesos se perdieron en el DF por las drásticas medidas del cierre de toda clase de establecimientos necesarios para la vida diaria de la ciudad, empezando por los restaurantes. La gente local o de paso no ha tenido ni dónde sentarse a la comida diaria por la prohibición de abrir los restaurantes. El turista se quejó a placer del modo como fue tratado. En 80% bajó el turismo en la ciudad cerrada. Los comerciantes y micro empresarios fueron gravemente afectados. Papelerías y librerías reportan pérdidas del 48%, tiendas departamentales y de abarrotes del 40 y 15% respectivamente, mientras que los autoservicios y la industria automotriz registran una disminución del 8 y el 25% tan sólo en este tiempo de contingencia sanitaria. El presidente de la Cámara de Comercio, servicios y Turismo en el DF, Arturo Mendicuti, señaló que la medida de cierre ha puesto en riesgo la vida de los establecimientos y el empleo de millones de personas.
El alcalde de New York no hace nada de eso y es la ciudad equivalente a la de México en que más casos de influenza por H1N1 se han detectado. ¿Quizás la respuesta sea que NY no tiene al gobierno federal ahí metido y el Sr. Bloomberg pudo pensar antes en los neoyorquinos que en acatar órdenes de dudosa eficacia real del gastroenterólogo de Vicente Fox, con experiencia en León, Guanajuato, que es hoy Secretario de Salud de Calderón. Cuestión de llenar todos los puestos públicos de panistas.
¡Hoy gran venta de Tamiflu!
Al parecer, lo que hoy nos tiene a los mexicanos prendidos de las lámparas y más arruinados, es la ejecución del plan firmado el 11 de septiembre de 2007 en Montebello, Canadá, por the three amigos (dice la nota en inglés): el presidente George W Bush, el primer ministro canadiense Stephen Harper y el presidente mexicano Felipe Calderón. Se llamó “North American Plan for Avian & Pandemic Influenza”. Era cuestión de utilizar una epidemia de gripe para enriquecer a tres burocracias, dijeron entonces malas lenguas gringas, porque curiosamente el Halcón Donald Rumsfeld, Secretario de Guerra de Bush era director de la compañía Gilead Sciences Inc., desarrollador de Tamiflu (Oseltamivir) y se ha cansado de ganar millones cuando la gripe aviar se convirtió en objeto de “ansiedad popular”. El negocio pandémico indudablemente funcionaba y funciona. Hoy para la compañía suiza Roche que usa la patente de Rumsfeld.
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