| Lujambio, de la inexperiencia al reto |  |  |  |
Ernesto Villanueva
De manera inusitada y con cierta dosis de polémica, Alonso Lujambio fue ungido secretario de educación pública por el presidente Calderón, tras haber presidido el Instituto de Acceso a la Información Pública (IFAI) con una gestión de luces y sombras. No se trata su nueva encomienda de un trabajo cualquiera. Por el contrario, es la educación uno de los problemas medulares que hacen de México lo que es y no lo que debiera ser. Como es sabido por todos la educación es un vehículo de transmisión de conciencia y su falta de atención tiene postrado el país. Veamos algunos de los retos.
Primero. Los recursos públicos se han aumentado de manera considerable en educación. Han pasado del 5.1% del Producto Interno Bruto al 8% a partir del 2002. Este hecho, sin embargo, no ha estado acompañado de una mejora en la calidad educativa. De acuerdo a un estudio de la OCDE que trata sobre Educación, en México “la calidad y la cobertura de la educación básica es pobre si se compara con otros países de Europa del Este que dedican un presupuesto similar”. Según la OCDE, Eslovaquia, Hungría, Polonia, la República Checa, entre otros, han hecho mucho más con menos. Esta misma organización señala como uno de los problemas del país que el Estado no “resiste presiones” de los profesores y, por tanto, no aprovecha adecuadamente las nuevas tecnologías que sí sucede en otros casos.
Segundo. De acuerdo al reporte 2008-2009 del Foro Económico Mundial que analiza 134 países las cosas para México también pintan mal. En efecto, en el rubro de calidad en la educación primaria, México aparece en el número ¡116!. Debajo de países como Libia, Burundi, Mongolia, Uganda, Etiopía y un larguísimo etcétera. México es de los países que más gasta en el rubro de educación, al colocarse en el número 31 de 134 , pero sus resultados son inversamente proporcionales a lo que dedica a la educación. Francia (34), Canadá (35) y Suiza (38), por citar tres ejemplos, gastan menos proporcionalmente en educación, pero lo hacen de manera correcta. Prueba de ello es que en la calidad de educación primaria, de acuerdo a este reporte global, Suiza se ubica en el número 4, Canadá en el número 6, y Francia en el 8. Al analizar la calidad total del sistema de educación, el reporte del Foro Económico Mundial sitúa a México en el lugar 109 de 134 existentes. Incluso en países con una gran debilidad económica se puede ver cómo México está de cabeza. La India y Etiopía que en su nivel de gasto se ubican en el 77 y 75 respectivamente, su nivel de resultados los coloca en a la India en el 37 y a Etiopía en el 88. En calidad de educación en matemáticas y ciencia la situación todavía es peor, la India se coloca en el lugar 17 y México en casi en el último lugar con el 127.
Tercero. La información que arrojan los estudios de los organismos internacionales confirma con datos duros la percepción que se tiene aquí sobre el grave problema de corrupción e impunidad que gozan de cabal salud. Alonso Lujambio no tiene experiencia conocida en este sector, aunque no se le podría regatear inteligencia y capacidad de negociación, lo que le permitió sacar adelante la reforma al artículo 6º constitucional, a pesar de la propuesta de ley en materia de transparencia avalada por el IFAI fue criticada por tirios y troyanos y al final fue rechazada en el Congreso por sus elementos regresivos. Nadie puede poner en duda que una verdadera reforma educativa que busque el bien colectivo pasa por un acuerdo con la maestra Elba Esther Gordillo, la lideresa del SNTE. Con un error de cálculo se acostumbra a ver a la Maestra como encarnación del mal. Si la educación está por los suelos no es por la Maestra, sino que se trata de una responsabilidad única del gobierno federal que es el que administra y asigna los recursos públicos, adopta políticas públicas y hace negociaciones con el SNTE. En todo caso la inteligencia de la Maestra ha sido la debilidad de sus interlocutores. En esta aventura, si Lujambio en realidad va a reconstruir lo que se ha hecho mal, tiene un interlocutor eficaz en el SNTE y antiguo colega en el IFE, Emilio Zebadúa, intelectual cercano a la Maestra y un hombre de grandes luces para el diálogo y la negociación. Veremos.
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