Tuesday, September 15, 2009


Es un territorio sin grandes montañas, por lo que esos fenómenos lo afectan, dice experto

La región sur del estado está seriamente amenazada por hundimientos e inundaciones, alerta grupo interinstitucional que elabora mapas de la región

La arcilla hace impermeable al suelo

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Las proyecciones servirán para tomar las medidas pertinentes con la finalidad de evitar desastres. Imagen satelital proporcionada por la UNAM
De la Redacción

Un grupo interinstitucional de geógrafos, hidrólogos y biólogos, coordinado por Francisco Bautista Zúñiga, del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) campus Morelia, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), elabora mapas geomorfológicos para identificar zonas de riesgo de desastres naturales, especialmente huracanes, en la península de Yucatán.

Sólo en 2002, el huracán Isidoro causó en esa región daños por más de 70 mil millones de pesos; derribó más de dos millones de árboles. En 2005 Emily y Wilma arrasaron campos agrícolas e inundaron una extensa superficie de áreas urbanas.

Las proyecciones serán útiles para tomar las medidas pertinentes y evitar desastres, toda vez que la región sur de la entidad está amenazada por hundimientos, deslizamientos de terreno e inundaciones, informaron expertos de las universidades de Quintana Roo, Autónoma de Baja California Sur, así como de las alemanas de Bauhaus y de Jena.

En ese territorio no hay grandes montañas, sólo unas elevaciones de terreno que alcanzan apenas 400 metros de altitud; por ello, los fuertes vientos y la lluvia de los huracanes impactan severamente en el medio, explicó Óscar Frausto, de la Universidad Quintana Roo.

La península de Yucatán se conforma de tres ambientes geomorfológicos: el litoral, de planicies costeras, con influencia marina, riesgo de intrusión salina y contaminación acuífera; el karst, con rocas de carbonato de calcio, extensas planicies y lomeríos aislados, propensos a colapsos e incendios, y el tecto-karst, con influencia del karst y de las fracturas generadas por efecto de las plataformas.

El tecto-karst genera formas negativas del relieve, como las lagunas, los cenotes y las hondonadas propensas a las inundaciones; también da origen a la aparición de formas positivas del relieve, como la sierrita de Ticul, que en realidad es un lomerío alineado, explicó Francisco Bautista Zúñiga.

Los especialistas consideran que las zonas de Yucatán son amenazadas permanentemente por fenómenos naturales de diferentes magnitudes, las cuales dependen de la topografía, las condiciones ambientales y la actividad humana.

Tras varios meses de trabajo, concluyeron que la región sur del estado está seriamente amenazada por hundimientos y deslizamientos de terreno, pero sobre todo por inundaciones.

Entre las localidades de alto riesgo se encuentran San Salvador Piste Akal, Tigre Grande, Blanca Flor, La Esperanza, Huntura Dos, San Manuel, Benito Juárez, La Herradura, Telil, Nueva Santa Cruz, Mesatunich, Mac-Yan, Huntochac, San Felipe Segundo, San Marín Hili, San Pedro Azula, Sudzal Chico, Ayim Dos, Cruz Akal, Xcunya, y X-kanlol.

La alerta crece en la temporada de huracanes, cuya peligrosidad se ha incrementado con el calentamiento global. Cada año se presenta mayor intensidad de lluvias y podría no estar lejano el día en que empiece a elevarse el nivel del mar, advirtió Bautista Zúñiga.

Los investigadores describieron con detalle y precisión los tipos de relieve, entre ellos los de mayor riesgo de inundación, los valles interiores, que corresponden a zonas cerradas en un área de lomeríos altos.

Microcuencas escalonadas

Estos sitios semejan microcuencas escalonadas con diferentes grados de altitud (cuando uno se llena de agua pasa el caudal al siguiente); los suelos son del tipo gleysol, stagnosol y vertisol; su drenaje es deficiente, y se conjuntan para provocar inundaciones.

El leptosol o suelo poco profundo y de buen drenaje es el que mayor superficie ocupa; debajo tiene roca caliza, semejante a una laja, extremadamente resistente a la erosión, y bajo ésta hay otra especie de roca caliza, denominada de transición, no consolidada o litificada, sino más bien arenosa (los antiguos mayas la llamaban sascab), explicó Yameli Aguilar, también del CIGA.

Bautista Zúñiga precisó que los suelos del sur de Yucatán, por su alto contenido arcilloso, se vuelven impermeables en eventos de lluvia extrema, como los huracanes, y por largo tiempo llegan a permanecer inundados.

A su vez, Óscar Frausto y Thomas Ihl, de la Universidad de Quintana Roo, señalaron que si bien se cuenta con un estudio detallado de la geomorfología del sur de la península de Yucatán, es necesario conocer la distribución y la abundancia de los cenotes y las hondonadas.

Con ello, sería posible determinar la gravedad de otro de los problemas ambientales en la región: la vulnerabilidad a la contaminación del acuífero. Esto es de gran importancia porque en la península se encuentra la mayor reserva de agua del país, alertaron.



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