Immanuel Wallerstein
En Medio Oriente se avecina una tormenta de fuego para la que ni el gobierno ni el público de Estados Unidos están preparados. No parecen tener la mínima conciencia de qué tan cerca está en el horizonte o qué tan feroz será. El gobierno estadunidense (y por lo tanto es casi inevitable que el público estadunidense) se engaña a sí mismo a nivel masivo acerca de su capacidad para lidiar con la situación en términos de sus objetivos expresados. La tormenta irá de Irak a Afganistán a Pakistán y a Palestina/Israel y, para utilizar la expresión clásica, se regará como lumbre
.
Guardias de la embajada estadunidense en Kabul durante una orgía que desató nuevas críticas. Foto Reuters
Comencemos con Irak. Estados Unidos ha firmado con Irak un Acuerdo de Estatus de Fuerzas (SOFA, por sus siglas en inglés), que entró en vigor el pasado primero de julio. Éste fijó la responsabilidad de la seguridad interna en el gobierno iraquí y, en teoría, esencialmente restringe las fuerzas estadunidenses a sus bases y a algún limitado papel de entrenar a las fuerzas iraquíes. Algo del fraseo de este acuerdo es ambiguo. Y esto es deliberado puesto que fue la única forma en que ambos lados lo firmaran.
Aun los pocos meses de operación que tiene muestran lo mal que funciona este acuerdo. Las fuerzas iraquíes lo han estado interpretando muy estrictamente y con formalidad prohíben los patrullajes conjuntos y también cualquier acción militar unilateral de los estadunidenses sin que exista una aclaración previa y detallada con el gobierno. Las fuerzas iraquíes han llegado al punto en que a diario impiden que las tropas estadunidenses crucen con abasto durante las horas del día los puestos de revisión.
Las fuerzas estadunidenses se resienten. Han intentado interpretar de una manera mucho más suelta de lo que quisieran las tropas iraquíes la cláusula que les garantiza el derecho a la defensa propia. Apuntan al resurgimiento de la violencia en Irak y por tanto, implícitamente, a la incapacidad de las fuerzas iraquíes para garantizar el orden.
Es obvio que el general que comanda las fuerzas estadunidenses, Ray Odierno, se encuentre descontento en extremo y patentemente trama para encontrar excusas que restablezcan un involucramiento estadunidense directo. Recientemente se reunió con el primer ministro iraquí, Nuri Maliki, y con el presidente del gobierno regional kurdo, Masoud Barzani. Odierno buscó persuadirlos de que permitieran patrullajes conjuntos tripartitas (iraquíes/kurdos/estadunidenses) en Mosul y en otras áreas del norte de Irak, con el fin de evitar o minimizar la violencia. Cortésmente accedieron a considerar su propuesta. Por desgracia para Odierno, su plan requeriría una revisión formal del acuerdo SOFA.
Originalmente se suponía que a principios de julio habría un referendo sobre la aprobación popular al acuerdo SOFA. Estados Unidos tenía miedo de perder la votación, lo que habría significado que todas las fuerzas estadunidenses tendrían que retirarse de Irak para el 31 de diciembre de 2010, un año antes de la fecha teórica del acuerdo SOFA.
Estados Unidos pensó que era muy inteligente al persuadir a Maliki que pospusiera este referendo para enero de 2010. Ahora se llevará a cabo en conjunción con las elecciones nacionales. En estas elecciones, todos buscarán obtener votos. Nadie va a hacer campaña a favor de un SI en el referendo. Por si hubiera alguna duda, Maliki está presentando un proyecto al Parlamento iraquí que permitirá que una mayoría simple de votos NO anule el acuerdo. Habrá una mayoría de votos NO. Puede aun haber una mayoría aplastante de votos NO. Odierno debería empezar a empacar ahora. Apuesto a que aun tiene la ilusión de que puede evitar el comienzo de la tormenta de fuego. No puede.
¿Qué pasará entonces? Hasta ahora, pero esto puede cambiar de aquí a enero, parece que Maliki ganará las elecciones. Logrará esto volviéndose el campeón número uno del nacionalismo iraquí. Hará tratos con todos y cada uno sobre esta base. Al momento, el nacionalismo iraquí no tiene mucho que ver con Irán o Arabia Saudita o Israel o Rusia. Significa primero que nada liberar Irak de los últimos vestigios de dominio colonial estadunidense, que es como casi todos los iraquíes definen lo que han vivido desde 2003.
¿Habrá violencia interna en Irak? Probablemente, aunque posiblemente menos de lo que esperan Odierno y otros. Pero, ¿y qué? La liberación
iraquí –que es lo que todo el Medio Oriente interpretará con el voto NO en el referendo por venir– tendrá gran impacto sobre Afganistán. Ahí, el pueblo dirá: si los iraquíes pueden hacerlo, nosotros también.
Por supuesto, la situación de Afganistán es diferente, muy diferente, de aquella de Irak. Pero miremos lo que ocurre ahora con las elecciones en Afganistán. Tenemos un gobierno puesto en el poder para controlar y destruir a los talibanes. Los talibanes han resultado ser mucho más tenaces y militarmente efectivos de lo que nadie hubiera anticipado. Aun el rudo comandante de ahí, Stanley McChrystal, lo ha reconocido. El ejército estadunidense habla ahora de triunfar
tal vez en 10 años. Es claro que los soldados que piensan que cuentan con 10 años para ganar una guerra contra insurgentes no han leído historia militar.
Veamos a los políticos afganos mismos. Tres candidatos punteros a la presidencia, incluido el presidente Hamid Karzai, debatieron en televisión sobre la guerra interna actual. Concordaron en una cosa. Tiene que haber algún tipo de negociación política con los talibanes. Difirieron en los detalles. Estados Unidos y las fuerzas de la OTAN están ahí, ostensiblemente, para destruir a los talibanes. Y los políticos afganos más importantes debaten ahora cómo llegar a términos políticos con ellos. Aquí hay una discrepancia en la apreciación de las realidades, o tal vez en los objetivos políticos.
Las encuestas –en lo que valgan– muestran que la mayoría de los afganos quiere que las fuerzas de la OTAN se vayan y la mayoría de los votantes estadunidense quiere lo mismo. Ahora miremos hacia enero de 2010, cuando los iraquíes votarán que Estados Unidos salga de Irak. Recuerden que, antes de que los talibanes llegaran al poder, el país era el sitio de un fiero y despiadado combate entre los señores de la guerra que competían unos contra otros, cada uno con sus bases étnicas, por controlar el país.
De hecho, Estados Unidos descansó cuando los talibanes (con respaldo de los paquistaníes) asumieron el poder. Orden por fin. Pero resultó que había un pequeño problema. Los talibanes se tomaban en serio lo de la sharia y eran amistosos con la emergente Al Qaeda. Así que tras el 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos, con la aprobación de Europa occidental y la sanción de Naciones Unidas, invadió. Los talibanes fueron derrocados del poder –por un poco tiempo.
¿Qué pasará ahora? Probablemente los afganos vuelvan a la situación de las continuadas e insidiosas reyertas interétnicas de los señores de la guerra, y serán los talibanes solamente una de las facciones. La tolerancia del público estadunidense hacia esa guerra se evaporará por completo. Todas las facciones internas y muchos de los vecinos (Rusia, Irán, India, y Pakistán) seguirán peleando por los pedazos.
Y luego la etapa tres: Pakistán. Aquí hay otra situación complicada. Pero ninguno de los jugadores confía en Estados Unidos. Y las encuestas muestran que el público paquistaní piensa que el mayor peligro para Pakistán es Estados Unidos, y eso lo muestra una votación abrumadora. El enemigo tradicional, India, está muy atrás de Estados Unidos en las encuestas. Cuando Afganistán se desmorone en una guerra civil a toda vela, el ejército paquistaní estará muy ocupado respaldando a los talibanes. No pueden respaldar a los talibanes en Afganistán y combatirlos en Pakistán. Ya no aceptarán que los aviones no tripulados estadunidenses, los llamados drones, bombardeen Pakistán.
Así llegamos a la etapa cuatro de la tormenta de fuego: Israel/Palestina. El mundo árabe observará el colapso de los proyectos estadunidenses en Irak, Afganistán y Pakistán. El proyecto estadunidense en Israel/Palestina es un acuerdo de paz entre los israelíes y los palestinos. Los israelíes no van a ceder un centímetro. Pero tampoco ahora, y especialmente después del resto de la tormenta de fuego, cederán los palestinos. La única consecuencia será la enorme presión que los otros estados árabes pondrán sobre Fatah y Hamas para que unan fuerzas. Esto se hará sobre el cadáver de Mahmoud Abbas –lo que podría ser literalmente el caso.
Todo el programa de Obama se habrá ido en las llamas. Y los republicanos harán paja con él. Le nombrarán traición
a la derrota estadunidense en Medio Oriente y es obvio ahora que hay un grupo grande al interior de Estados Unidos que será receptivo al tema.
Cuando uno anticipa tormentas de fuego hace uno algo útil al respecto o es barrido por ellas.
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein
The Firestorm Ahead
Immanuel Wallerstein
There is a firestorm ahead in the Middle East for which neither the US government nor the US public is prepared. They seem scarcely aware how close it is on the horizon or how ferocious it will be. The US government (and therefore almost inevitably the US public) is deluding itself massively about its capacity to handle the situation in terms of its stated objectives. The storm will go from Iraq to Afghanistan to Pakistan to Israel/Palestine, and in the classic expression "it will spread like wildfire."
Let us start with Iraq. The United States has signed a Status of Forces Agreement (SOFA) with Iraq, which went into effect on July 1. It provided for turning over internal security to the Iraqi government and, in theory, essentially restricting US forces to their bases and to some limited role in training Iraqi troops. Some of the wording of this agreement is ambiguous. Deliberately so, since that was the only way both sides would sign it.
Even the first months of operation show how poorly this agreement is operating. The Iraqi forces have been interpreting it very strictly, formally forbidding both joint patrols and also any unilateral US military actions without prior detailed clearance with the government. It has gotten to the point that Iraqi forces are stopping US forces from passing checkpoints with supplies during daytime hours.
The US forces have been chafing. They have tried to interpret the clause guaranteeing them the right of self-defense far more loosely than the Iraqi forces want. They are pointing to the upturn in violence in Iraq and therefore implicitly to the incapacity of Iraqi forces to guarantee order.
The general commanding the US forces, Ray Odierno, is obviously extremely unhappy and is patently scheming to find excuses to reestablish a direct US role. Recently, he met with Prime Minister Nouri al-Maliki of Iraq and President Masoud Barzani of the Kurdish Regional Government. Odierno sought to persuade them to permit tripartite (Iraqi/Kurdish/American) joint patrols in Mosul and other areas of northern Iraq, in order to prevent or minimize violence. They politely agreed to consider his proposal. Unfortunately for Odierno, his plan would require a formal revision of the SOFA agreement.
Originally, there was supposed to be a referendum in the beginning of July on popular approval of the SOFA agreement. The United States was afraid of losing the vote, which would have meant that all US forces would have had to be out of Iraq by Dec. 31, 2010, one full year earlier than the theoretical date in the SOFA agreement.
The United States thought it was very clever in persuading al-Maliki to postpone this referendum to January 2010. Now it will be held in conjunction with the national elections. In the national elections, everyone will be seeking to obtain votes. No one is going to be campaigning in favor of a "yes" vote on the referendum. Lest this be in any doubt, al-Maliki is submitting a project to the Iraqi parliament that will permit a simple majority of "no" votes to annul the agreement. There will be a majority of "no" votes. There may even be an overwhelming majority of "no" votes. Odierno should be packing his bags now. I'll bet he still has the illusion that he can avoid the onset of the firestorm. He can't.
What will happen next? At the present, but this may change between now and January, it looks like al-Maliki will win the election. He will do this by becoming the number one champion of Iraqi nationalism. He will make deals with all and sundry on this basis. Iraqi nationalism at the moment doesn't have much to do with Iran or Saudi Arabia or Israel or Russia. It means first of all liberating Iraq from the last vestiges of US colonial rule, which is how almost all Iraqis define what they have been living under since 2003.
Will there be internal violence in Iraq? Probably, though possibly less than Odierno and others expect. But so what? Iraqi "liberation" -- which is what the entire Middle East will interpret a "no" vote on the referendum to be -- will immediately have a great impact on Afghanistan. There people will say, if the Iraqis can do it, so can we.
Of course, the situation in Afghanistan is different, very different, from that of Iraq. But look at what is going on now with the elections in Afghanistan. We have a government put into power to contain and destroy the Taliban. The Taliban have turned out to be more tenacious and militarily effective than any one seemed ever to anticipate. Even the tough US commander there, Stanley McChrystal, has recognized that. The US military is now talking of "succeeding" in perhaps a decade. Soldiers who think they have a decade to win a war against insurgents have clearly not been reading military history.
Notice the Afghan politicians themselves. Three leading candidates for the presidency, including President Hamid Karzai, debated on television the current internal war. They agreed on one thing. There must be some kind of political negotiations with the Taliban. They differed on the details. The US (and NATO) forces are there ostensibly to destroy the Taliban. And the leading Afghan politicians are debating how to come to political terms with them. There is a serious disjuncture here of appreciation of realities, or perhaps of political objectives.
The polls -- for what they are worth -- are showing that the majority of Afghans want the NATO forces to leave and the majority of US voters want the same thing. Now look ahead to January 2010, when the Iraqis vote the United States out of Iraq. Remember that, before the Taliban came to power, the country was the site of fierce and ruthless fighting among competing warlords, each with different ethnic bases, to control the country.
The United States was actually relieved when the Pakistani-backed Taliban took power. Order at last. There turned out to be a minor problem. The Taliban were serious about sharia and friendly to the emergent al-Qaeda. So, after 9/11, the United States, with west European approval and United Nations sanction, invaded. The Taliban were ousted from power -- for a little while.
What will happen now? The Afghans will probably revert to the nasty continuing inter-ethnic wars of the warlords, with the Taliban just one more faction. The US public's tolerance for that war will evaporate entirely. All the internal factions and many of the neighbors (Russia, Iran, India, and Pakistan) will remain to fight over the pieces.
And then stage three -- Pakistan. Pakistan is another complicated situation. But none of the players there trust the United States. And the polls there show that the Pakistani public thinks that the greatest danger to Pakistan is the United States, and that by an overwhelming vote. The traditional enemy, India, is far behind the United States in the polls. When Afghanistan crumbles into a full-fledged civil war, the Pakistani army will be very busy supporting the Taliban. They cannot support the Taliban in Afghanistan while fighting them in Pakistan. They will no longer be able to accept US drones bombing in Pakistan.
So then comes stage four of the firestorm -- Israel/Palestine. The Arab world will observe the collapse of US projects in Iraq, Afghanistan, and Pakistan. The US project in Israel/Palestine is a peace deal between the Israelis and the Palestinians. The Israelis are not going to budge an inch. But neither now, and especially after the rest of the firestorm, are the Palestinians. The one consequence will be the enormous pressure that other Arab states will put upon Fatah and Hamas to join forces. This will be over Mahmoud Abbas's dead body -- which might literally be the case.
The whole Obama program will have gone up in flames. And the Republicans will make hay with it. They will call US defeat in the Middle East "betrayal" and it is obvious now that there is a large group inside the United States very receptive to such a theme.
One either anticipates firestorms and does something useful, or one gets swept up in them.
Immanuel Wallerstein, Senior Research Scholar at Yale University, is the author of The Decline of American Power: The US in a Chaotic World (New Press).
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