Devienen dramas casos de jubilados afectados por Madoff
■ Un anciano tuvo que regresar a trabajar; entrega volantes
■ Una mujer de 60 es empleada de limpieza luego de perder 7.3 mdd
Boston, 14 de febrero. Después de que el desacreditado administrador de fondos Bernard Madoff le hiciera perder los ahorros de toda su vida, Ian Thiermann de 90 años abandonó su jubilación y ahora trabaja como promotor de un almacén para llegar a fin de mes.
Repartiendo volantes que pregonan aguacates y costillas de cerdo en un supermercado de Ben Lomond, California, Thiermann es uno de los muchos que está enfrentándose a dramáticos cambios en su estilo de vida, después de perder sus ahorros en el presunto esquema Ponzi de Madoff por 50 mil millones de dólares.
Thiermann ni siquiera estaba al tanto de que había invertido su dinero con Madoff, hasta el 15 de diciembre cuando un amigo que le administraba sus inversiones lo llamó por teléfono. “Me dijo, ‘Lo he perdido todo y tú lo has perdido todo también’”.
Para Thiermann eso ascendía a 750 mil dólares.
Días después de la difusión de una lista de miles de clientes de Madoff, desde el lanzador de beisbol Sandy Koufax al actor John Malkovich, empezó a aparecer el alcance de un escándalo que ha repercutido mucho más allá de los aún ricos de Estados Unidos.
Atrapados en el sufrimiento quedaron muchos que deberían estar disfrutando del ocaso de sus vidas en una pacífica jubilación, en lugar de pelear por ganarse el sustento.
Adiós a la comodidad
Thiermann, propietario de una compañía de control de plagas en Los Ángeles antes de retirarse hace 25 años, gozó durante una década y media de la rentabilidad de 10 a 12 por ciento que sus ahorros le proporcionaban al año, independientemente de si el mercado subía o bajaba.
El vivía de esa renta, dedicando gran parte de su tiempo a actividades sin fines de lucro.
“No tenemos ninguna reserva de efectivo ahora. Y todavía debemos dinero por nuestras casas”, dijo en una entrevista telefónica. El se enteró de sus pérdidas mientras hacía las compras en un almacén local junto a su esposa Terry.
“El gerente de la tienda a quien conocemos muy bien dijo ‘¿Qué ocurre?’ Nosotros dijimos, ‘¿Has escuchado hablar sobre Madoff?’ Y él dijo, ‘¡Ay Dios!’, explicó Thiermann. “Ahora yo trabajo allí como novato y estoy profundamente agradecido”, agregó.
Unos 4 mil 10 kilómetros al este en West Chester, Pennsylvania, Maureen Ebel también ha renunciado a una cómoda jubilación y trabaja como empleada de limpieza, después de que Madoff le hiciera perder los 7.3 millones de dólares de sus ahorros familiares.
El 17 de diciembre, seis días después de enterarse de sus pérdidas, esta viuda de 60 años halló trabajo limpiando la casa a un amigo y cuidando de una mujer de 93 años.
El marido de Ebel, un doctor, murió en el 2000 a los 53 años. Esta ex enfermera también tiene a la venta su lujoso todo terreno Lexus y una casa de invierno en Florida.
“El primer día que fui a trabajar, después de empujar esa aspiradora por la sala, volví a casa y me dije a mí misma ‘en esto se ha convertido mi vida’ y abracé a mi perro y lloré”, dijo Ebel, en una entrevista telefónica.
En Pompano Beach, Florida, Irwin Salbe, de 73 años, también espera regresar a trabajar después de perder 75 por ciento de su cartera de inversiones con Madoff, quien según documentos de la Corte les confesó a sus hijos el 10 de diciembre que el negocio de asesoramiento de inversiones de la firma era “básicamente un gran esquema Ponzi”.
Esos esquemas usan dinero de nuevos inversionisas para pagar repartos y rembolsos a inversionisas ya existentes.
Salbe dijo que las inversiones de su familia en manos de Madoff se remontan a la década de 1960, aunque se negó a decir exactamente por cuánto dinero.
“Mis hijos, mis nietos y yo teníamos una gran participación. Todos ellos tenían cuentas junto a la mía. Todos estamos en esto y es significativo”, afirmó.
“Ahora estamos reduciendo nuestro tamaño. Tenía dos autos.
Nos hemos deshecho de uno. He cancelado algunos viajes. He reducido mis gastos en cada oportunidad. No comemos afuera como solíamos hacerlo. Si salimos, solemos ir a una pizzería del barrio”, agregó.
Salbe, un gerente general de una compañía de distribución de periódicos y revistas en Nueva York antes de retirarse en 1991, heredó las inversiones que estaban en poder de Madoff cuando su padre murió en 1984.
Con los años, él fue invirtiendo su propio dinero, hasta con el tiempo colocar los ahorros de su jubilación con Madoff.
“Definitivamente tendré que volver a un trabajo de tiempo parcial”, señaló.
En Wisconsin, Abby Frucht se pregunta por el destino de sus padres, cuyo millón de dólares en ahorros de toda la vida aparentemente se evaporó con el colapso de Bernard L. Madoff Investment Securities LLC, el negocio de asesoramiento de inversiones de Madoff.
Sus padres vivían de ese dinero en un hogar para ancianos en Santa Fe, Nuevo México.
“Mi papá tiene 85 años y mi mamá 79. No sabemos cuánto tiempo más ellos pueden quedarse allí. Estamos resolviendo eso ahora”, dijo.
Su padre padece de Alzheimer y puede que no comprenda del todo lo que está ocurriendo, dijo la mujer en una entrevista telefónica. “Son muy ancianos y no hay forma que vuelvan a trabajar. Están muy cómodos y felices donde están”, agregó Frucht.
Sus padres tienen suficientes ahorros para quedarse en Nuevo México dos meses más. Después de eso, puede que no les quede más alternativa que mudarse con ella en Wisconsin.
“Mis hermanas y yo tenemos un poder sobre ellos, así que hemos estado uniendo fuerzas para tratar de encontrar un modo de que nuestros padres conserven la comodidad”, agregó.
Algunos quieren que los reguladores de la industria o los gobiernos paguen.
Después de haber perdido dinero con Madoff, Lawrence Velvel, decano de la Facultad de Derecho de Massachusetts, dijo que tanto la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos y la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera podrían ser llevadas ante la justicia por el desfalco de los inversores.
“La industria de la correduría es responsable de esto, porque estas son las personas que causaron todo esto”, dijo Velvel.
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