Sunday, April 25, 2010


A la Mitad del Foro

La cárcel de Cananea

León García Soler

Al otro lado, en Phoenix, Arizona, la gobernadora republicana firmó la norma que criminaliza a los indocumentados y obliga a la policía a detener e interrogar a cualquier sospechoso de extranjero ilegal. En tribunales resolverán que es inconstitucional dicha ley, que lo migratorio y fronterizo es asunto federal desde siempre, apenas escritos los Papeles del Federalista. La Suprema Corte, atrapada en la polarización política y en su ánimo ultraconservador, se tomará su tiempo para resolver los asuntos que llegarán hasta esa última instancia. Y de Tijuana a Matamoros se extenderá el desierto de Sonora, espejismo neofascista, reflejo del miedo a la otredad.

De acá de este lado, la huelga de Cananea. Y la amenaza de hacer estallar la mina. Pero no encenderán la mecha los obreros en paro, con la ciudad por cárcel y todos sus habitantes hundidos en las mazmorras del empobrecimiento progresivo, implacable, amargo reflejo del páramo en que se ha convertido el país todo: 10 millones de latinoamericanos cayeron en la pobreza en 2009; ese mismo año, cinco millones de mexicanos se hundieron en la pobreza. No hay explosivos en la mina de Cananea, aseguran autoridades militares. Los hay en abundancia para provocar un estallido social en el país. Y Javier Lozano, secretario del Trabajo, ya encendió la mecha.

Foto
Aspecto de la mina de Cananea, en Sonora, que continúa en huelga
Foto Notimex


Los señores Larrea revisan sus cuentas bancarias. El segundo tribunal colegiado en materia de trabajo ha resuelto en forma definitiva el conflicto en la mina Cananea, dice Juan Rebolledo Gout, hoy al servicio del Grupo México, apenas ayer, alto funcionario de Ernesto Zedillo. El Banco Mundial informa que el impacto de la crisis de 2009 en el mercado laboral fue severo; que el monto de salarios pagados se redujo 20 por ciento (la quinta parte del ingreso de los trabajadores), pérdida que en México fue la más pronunciada de entre los países de ingreso medio. Sepan cuantos... La concentración del ingreso en México aumentó en los cuatro años recientes: la décima parte de los mexicanos en la punta de la pirámide de la riqueza concentró ingresos por el equivalente a 439 mil 597.2 millones de dólares, esto es, 41.3 por ciento del ingreso total nacional.

Vamos a Cananea. A la mina o a la cárcel. Hace cuatro años en las cuentas de los ricos más ricos, los de la punta de la pirámide, se concentró 31.5 por ciento del ingreso total; en 2009, creció 6.9 por ciento la concentración de la riqueza. En plena crisis que vino de fuera, del catarrito según diagnosticó Agustín Carstens, hoy gobernador del Banco de México, sonriente, satisfecho, en la fotografía publicada ayer sábado, en la que saluda en Washington a Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal. Ah, los pobres, los del socavón, la décima parte de los mexicanos más pobres participó –vaya eufemismo– con 1.2 por ciento del ingreso total. Éramos muchos, tantos como 50 millones de pobres, a los que en un año se añadieron cinco millones de mexicanos más.






No hay dinamita en la mina de Cananea, informan los militares. El desierto de Sonora abarca Arizona. Pero ya no es refugio el desierto, como lo fue para Juárez y la República trashumante. Del otro lado vinieron los mercenarios a combatir a los mineros que se declararon en huelga en el ocaso del porfiriato. Hoy no hacen falta. Los dueños de Minera México tienen a su servicio a Javier Lozano, obcecado promotor de la iniciativa de reformas con las que esperan liquidar al sindicalismo y enviar el artículo 123 al basurero de la reacción. Dicen que los mineros no dinamitarán Cananea. Pero han sembrado explosivos en todo el territorio nacional. Ya ha pasado lo peor, dice el jefe de los optimistas para los que la violencia no desalienta la inversión extranjera y el desempleo se resuelve con cifras maquilladas.

Pero sigue el recuento de muertos. Felipe Calderón reconoció que el peso de las víctimas civiles no puede reducirse a cifras relativas al número de las muertes de delincuentes, o con el agraviante calificativo de colaterales. Y Fernando Gómez Mont declara en Cuernavaca: Yo no soy el asesino, entre ellos se matan. No se les acusa. Se les exige ejercer las facultades que la ley les señala. No se pueden amparar en iniciativas de reformas que autorizarían al Ejecutivo a declarar estado de excepción sin haber solicitado autorización del Congreso. Reformas que no serán aprobadas como las envió el titular del Ejecutivo. En comisiones del Senado se aprobó el dictamen que reforma la Ley de Seguridad Nacional. Ahí está la semilla del debate a fondo para resolver, para bien, las relaciones entre las fuerzas armadas, la autoridad civil y la sociedad.

En Morelos, reunido el gabinete de seguridad n, Fernando Gómez Mont dijo: No debe haber un solo fin de semana más donde la gente tema la violencia sin que la autoridad esté presente.... Duras palabras ante el gobernador Marco Adame Castillo y el Consejo Estatal de Seguridad en pleno. Pero el secretario añadió: Pedimos de favor a la comunidad que no deje espacios a los violentos y los recupere. Y llegaron tropas del Ejercito a instalar retenes y soldados de la Policía Federal a ocupar los espacios que la sociedad abandonó al cundir el miedo por correos electrónicos que anunciaban toque de queda y el combate de sicarios por el control de la plaza. Los diputados locales de Morelos habían pedido medidas iguales a las aplicadas en Ciudad Juárez.

En el antiguo Paso del Norte, donde el reparto de culpas confronta a los tres órdenes de gobierno. El revitalizado Gómez Mont, no satisfecho con sentarse a la puerta de la casona de Covián para ver los restos de César Nava pasar, aseguró que el nuevo sistema de justicia penal de Chihuahua ha producido desgobierno en la entidad. El viernes refutó el gobernador José Reyes Baeza los alegatos del abogado: Son electoreros e irresponsables... en todo el territorio nacional hay desgobierno. Y los violentos asesinaron a seis policías en Ciudad Juárez; a cuatro escoltas en Michoacán. Resume La Jornada de ayer sábado: Este viernes el crimen organizado cobró la vida de otras 21 personas en Sonora, Sinaloa, Guerrero, Baja California, Jalisco, Morelos, Durango y Tamaulipas.

Digresión de alivio por la presentación en Los Pinos de un libro: Historia de México. Sin excesos contra la historia oficial. Aunque se habló de nueva Historia de México. Y Felipe Calderón expreso satisfacción porque supera la concepción maniquea de la historia. En la obra editada por el gobierno federal para conmemorar el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, dijo, no hay ángeles ni demonios, simplemente seres humanos con mayor o menor conciencia de su tiempo y de su responsabilidad con la patria. Punto un poquitín escabroso, diría Miguel León Portilla: Quiero decirles, y me curo en salud, yo estoy seguro de que todos coincidimos en que hemos obrado con entera libertad.

Enrique Krauze puntualizó el contraste: en 1910 los porfiristas festejaron de manera apoteósica los 100 años de la Independencia y los 80 años de Porfirio Díaz, y en 2010 no hay apoteosis posible. Se preguntó si los historiadores estaremos a la altura de los tiempos. No lo sé, sólo sé que por fortuna ese juicio no lo tendrá ya don Porfirio ni el Porfirio en turno... lo tendrá el público y la crítica.

Y entre ecos del corrido de Cananea, la sonrisa de Felipe Calderón invocó al fantasma del compadre Manuel González.





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