Khaled Diab
The Guardian
El cambio climático ha sido enredado con palabrerías. Necesitamos dar un paso atrás y mirar con una mayor perspectiva.
Esta noche marca el excitante clímax del drama ecológico Burn Up (1) (Ardiendo), que he disfrutado viendo. A pesar de su sencillo mensaje político, los protagonistas fueron complejos e interesantes, la acción continua y el drama sin concesiones.
Junto con el anormal alto porcentaje de gente guapa y de escenarios asombrosos, un drama similar sobre el cambio climático ha estado jugando sobre el hilo narrativo de Cif en las últimas semanas. Esto fue disparado por la emisión del reportaje de Ofcom sobre el documental The Great Global Warming Swindle de Channel 4 (2) que causó una elevación alarmante de la temperatura del debate, elevando la preocupación sobre el delicado ecosistema de Cif.
Durante los últimos años, la creciente fijación sobre el cambio climático me ha parecido preocupante ya que todo el debate se ha deslavazado. Lo que debería haberse convertido en un debate más amplio sobre el medioambiente y nuestro lugar en él, se ha reducido a un solo asunto. Todo el debate medioambiental se reduce al calentamiento global.
De alguna forma, esto es entendible, ya que para la gente es más fácil concentrarse en un solo asunto político que tratar de comprender las intrincadas complejidades de la realidad. Los ambientalistas y los políticos verdes nos pueden asustar con las historias del inminente infierno, mientras que las grandes empresas y el resto de políticos nos aseguran que en el paraíso consumista nuestras acciones no tienen consecuencias, e incluso que si la temperatura sube un poco, este particular infierno no es un mal sitio para estar.
Mientras tanto, el pensamiento dominante se ha centrado en la idea de que una dieta baja en carbono post-Kioto salvará a nuestras obesas sociedades. Y como la fórmula de cualquier programa dietético exitoso, nos advierte del dolor en un aspecto de nuestras vidas pero nos promete que nuestro estilo de vida seguirá intacto.
Aquellos que incluso son incapaces de contemplar una reducción, ponen en duda que el clima se está calentando, si las temperaturas subirán tanto como prevén los modelos, si es por nuestra culpa y que parte es nuestra responsabilidad.
Por supuesto, no creo que nuestras economías basadas en el petróleo sean sostenibles y pienso que cambiar a energías renovables es esencial para nuestro futuro. Pero aunque nuestro suministro de energía provenga de fuentes renovables, ¿acabarán ahí nuestros problemas?
Si dejamos de utilizar petróleo, esto ayudaría a prevenir una enorme crisis energética que ya parece haber comenzado. Después de todo, solo nos quedan unas cuantas décadas de petróleo. Según una estimación de American Petroleoum Institute hecha en 1999, las reservas de petróleo mundiales se habrán agotado entre 2062 y 2094.
Esto estaba basado en la estimación de reservas probadas de 1,4 a 2 billones de barriles y el consumo de 80 millones de barriles diarios. Como sabemos, desde entonces la OPEP y las compañías de petróleo tienen interés en engordar sus reservas y ya en 2005 (3), el consumo diario sobrepaso los 83,5 millones de barriles diarios.
El problema no es sólo que se esté acabando el petróleo- sino que todo se está acabando. El carbón con el ritmo actual de producción es muy posible que se agote en 150 años (4). Si se utiliza como sustituto del petróleo, la fecha se adelantaría varias décadas.
Muchos metales relativamente frecuentes (5), como el cobre, también se encuentran en riesgo de agotarse si la economía global sigue creciendo rápidamente. Incluso el relativamente abundante hierro puede desaparecer en seis décadas si la demanda continua creciendo al ritmo del 2% anual, según Lester Brown del Worldwatch Institute.
Al actual ritmo de deforestación, todas las selvas tropicales en el mundo habrán desaparecido en 2090 (6). Un modelo incluso dice que a La Amazonia le quedan 50 años y que más de la mitad de la Selva de Papua Nueva Guinea (7) - la tercera más grande del mundo- puede desaparecer para 2021.
Esto no sólo se refiere a los efectos devastadores para los animales que en ellas habitan, sino que dentro de poco tiempo, nos enfrentaremos a una escasez global de alimentos y de madera, a un colapso de la tierra agrícola que reemplazará a las selvas debido al agotamiento y la erosión del suelo.
Las sequías y la desertificación también amenazan a millones de personas. El desierto del Sahara está expandiéndose a un ritmo de 30 millas anuales. (45Km), Nigeria cede cientos de kilómetros cuadrados anuales al desierto, y un 80% de la tierra árida de Afganistán (8) está afectada por la erosión y la desertificación.
Incluso en la más templada Europa, las sequías han aumentado dramáticamente durante las ultimas 3 décadas- las áreas afectadas han aumentado una quinta parte entre 1976 y 2006. La sequía de 2003 afecto a 100 millones de europeos y el sur de España puede convertirse en desierto en las próximas décadas.
En un par de generaciones, la economía global habrá sobrepasado lo que el planeta puede soportar. Sin acceso a otros planetas, el crecimiento económico exponencial no puede seguir indefinidamente. Los recursos finitos no pueden ser utilizados en infinitos aumentos para impulsar nuestros niveles de vida. Un día nos chocaremos con un muro de ladrillos. Nuestros insaciables estilos de vida son un riesgo para nosotros mismos e incluso más para las generaciones futuras.
Hay una necesidad desesperada para repensar nuestra actitud hacia el consumismo, la cultura desechable, la sobrepoblación y la ortodoxia del crecimiento económico para encontrar las formas de aumentar el disfrute de una manera más igualitaria sin la necesidad de cometer un suicidio colectivo en el proceso. La humanidad es probable que sobreviva a nuestra irresponsabilidad pero nuestra moderna civilización industrial puede que no lo haga, y puede que nos convirtamos en el mito de la Atlántida para las sociedades futuras.
Traducido Félix Nieto para Globalízate.org
Revisado por Mario Cuéllar
Referencias:
(1) http://www.bbc.co.uk/drama/burnup/
(2) http://www.ofcomswindlecomplaint.net/
(3) https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/rankorder/2174rank.html
(4) http://www.worldcoal.org/pages/content/index.asp?PageID=188
(5)http://www.livescience.com/strangenews/060119_scarce_metals.html
(6) http://news.bbc.co.uk/2/hi/science/nature/1406567.stm
(7) http://www.dailymail.co.uk/news/worldnews/article-1023590/Worlds-largest-rain-forest-disappear-years.html
(8) http://www.yubanet.com/cgi-bin/artman/exec/view.cgi/31/62235
Khaled Diab Viernes 25 Julio 2008 The Guardian
Articulo Original: Back to basics on climate change
The climate change debate has become shrouded in hot air. We need to step back and look at the larger picture
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2008/jul/25/climatechange.fossilfuels
Esta noche marca el excitante clímax del drama ecológico Burn Up (1) (Ardiendo), que he disfrutado viendo. A pesar de su sencillo mensaje político, los protagonistas fueron complejos e interesantes, la acción continua y el drama sin concesiones.
Junto con el anormal alto porcentaje de gente guapa y de escenarios asombrosos, un drama similar sobre el cambio climático ha estado jugando sobre el hilo narrativo de Cif en las últimas semanas. Esto fue disparado por la emisión del reportaje de Ofcom sobre el documental The Great Global Warming Swindle de Channel 4 (2) que causó una elevación alarmante de la temperatura del debate, elevando la preocupación sobre el delicado ecosistema de Cif.
Durante los últimos años, la creciente fijación sobre el cambio climático me ha parecido preocupante ya que todo el debate se ha deslavazado. Lo que debería haberse convertido en un debate más amplio sobre el medioambiente y nuestro lugar en él, se ha reducido a un solo asunto. Todo el debate medioambiental se reduce al calentamiento global.
De alguna forma, esto es entendible, ya que para la gente es más fácil concentrarse en un solo asunto político que tratar de comprender las intrincadas complejidades de la realidad. Los ambientalistas y los políticos verdes nos pueden asustar con las historias del inminente infierno, mientras que las grandes empresas y el resto de políticos nos aseguran que en el paraíso consumista nuestras acciones no tienen consecuencias, e incluso que si la temperatura sube un poco, este particular infierno no es un mal sitio para estar.
Mientras tanto, el pensamiento dominante se ha centrado en la idea de que una dieta baja en carbono post-Kioto salvará a nuestras obesas sociedades. Y como la fórmula de cualquier programa dietético exitoso, nos advierte del dolor en un aspecto de nuestras vidas pero nos promete que nuestro estilo de vida seguirá intacto.
Aquellos que incluso son incapaces de contemplar una reducción, ponen en duda que el clima se está calentando, si las temperaturas subirán tanto como prevén los modelos, si es por nuestra culpa y que parte es nuestra responsabilidad.
Por supuesto, no creo que nuestras economías basadas en el petróleo sean sostenibles y pienso que cambiar a energías renovables es esencial para nuestro futuro. Pero aunque nuestro suministro de energía provenga de fuentes renovables, ¿acabarán ahí nuestros problemas?
Si dejamos de utilizar petróleo, esto ayudaría a prevenir una enorme crisis energética que ya parece haber comenzado. Después de todo, solo nos quedan unas cuantas décadas de petróleo. Según una estimación de American Petroleoum Institute hecha en 1999, las reservas de petróleo mundiales se habrán agotado entre 2062 y 2094.
Esto estaba basado en la estimación de reservas probadas de 1,4 a 2 billones de barriles y el consumo de 80 millones de barriles diarios. Como sabemos, desde entonces la OPEP y las compañías de petróleo tienen interés en engordar sus reservas y ya en 2005 (3), el consumo diario sobrepaso los 83,5 millones de barriles diarios.
El problema no es sólo que se esté acabando el petróleo- sino que todo se está acabando. El carbón con el ritmo actual de producción es muy posible que se agote en 150 años (4). Si se utiliza como sustituto del petróleo, la fecha se adelantaría varias décadas.
Muchos metales relativamente frecuentes (5), como el cobre, también se encuentran en riesgo de agotarse si la economía global sigue creciendo rápidamente. Incluso el relativamente abundante hierro puede desaparecer en seis décadas si la demanda continua creciendo al ritmo del 2% anual, según Lester Brown del Worldwatch Institute.
Al actual ritmo de deforestación, todas las selvas tropicales en el mundo habrán desaparecido en 2090 (6). Un modelo incluso dice que a La Amazonia le quedan 50 años y que más de la mitad de la Selva de Papua Nueva Guinea (7) - la tercera más grande del mundo- puede desaparecer para 2021.
Esto no sólo se refiere a los efectos devastadores para los animales que en ellas habitan, sino que dentro de poco tiempo, nos enfrentaremos a una escasez global de alimentos y de madera, a un colapso de la tierra agrícola que reemplazará a las selvas debido al agotamiento y la erosión del suelo.
Las sequías y la desertificación también amenazan a millones de personas. El desierto del Sahara está expandiéndose a un ritmo de 30 millas anuales. (45Km), Nigeria cede cientos de kilómetros cuadrados anuales al desierto, y un 80% de la tierra árida de Afganistán (8) está afectada por la erosión y la desertificación.
Incluso en la más templada Europa, las sequías han aumentado dramáticamente durante las ultimas 3 décadas- las áreas afectadas han aumentado una quinta parte entre 1976 y 2006. La sequía de 2003 afecto a 100 millones de europeos y el sur de España puede convertirse en desierto en las próximas décadas.
En un par de generaciones, la economía global habrá sobrepasado lo que el planeta puede soportar. Sin acceso a otros planetas, el crecimiento económico exponencial no puede seguir indefinidamente. Los recursos finitos no pueden ser utilizados en infinitos aumentos para impulsar nuestros niveles de vida. Un día nos chocaremos con un muro de ladrillos. Nuestros insaciables estilos de vida son un riesgo para nosotros mismos e incluso más para las generaciones futuras.
Hay una necesidad desesperada para repensar nuestra actitud hacia el consumismo, la cultura desechable, la sobrepoblación y la ortodoxia del crecimiento económico para encontrar las formas de aumentar el disfrute de una manera más igualitaria sin la necesidad de cometer un suicidio colectivo en el proceso. La humanidad es probable que sobreviva a nuestra irresponsabilidad pero nuestra moderna civilización industrial puede que no lo haga, y puede que nos convirtamos en el mito de la Atlántida para las sociedades futuras.
Traducido Félix Nieto para Globalízate.org
Revisado por Mario Cuéllar
Referencias:
(1) http://www.bbc.co.uk/drama/burnup/
(2) http://www.ofcomswindlecomplaint.net/
(3) https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/rankorder/2174rank.html
(4) http://www.worldcoal.org/pages/content/index.asp?PageID=188
(5)http://www.livescience.com/strangenews/060119_scarce_metals.html
(6) http://news.bbc.co.uk/2/hi/science/nature/1406567.stm
(7) http://www.dailymail.co.uk/news/worldnews/article-1023590/Worlds-largest-rain-forest-disappear-years.html
(8) http://www.yubanet.com/cgi-bin/artman/exec/view.cgi/31/62235
Khaled Diab Viernes 25 Julio 2008 The Guardian
Articulo Original: Back to basics on climate change
The climate change debate has become shrouded in hot air. We need to step back and look at the larger picture
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